Un videojuego podría tratar el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad

El videojuego comienza evaluando las capacidades cognitivas del paciente, se ajusta a ellas y luego va aumentando gradualmente el grado de dificultad

El videojuego comienza evaluando las capacidades cognitivas del paciente, se ajusta a ellas y luego va aumentando gradualmente el grado de dificultad.

Un ensayo clínico realizado por la Universidad de California en San Francisco apunta a que un videojuego puede ayudar a los pacientes con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y mejorar dicha condición.

El prototipo, denominado Proyecto EVO, fue diseñado por la compañía de expertos en Medicina Digital Terapéuticamente Activa Akili Interactive, que desarrolla tratamientos neurológicos digitales, con el objetivo de mejorar directamente los déficits asociados con los trastornos del procesamiento sensorial.

A lo largo y ancho del planeta, los videojuegos se han llegado a catalogar como un vicio para niños y jóvenes, incluso la adicción a los ellos ha sido reconocida recientemente como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, el estudio publicado en Journal Autism Developmental Disorders sugiere que Proyecto EVO se enfoca de manera efectiva a mejorar conductas determinadas en pacientes durante un ciclo de tratamiento.

Una empresa denominada Akili tendrá que convencer a las aseguradoras sanitarias de que cubran el coste del juego que desarrolla.Foto web.

Efectos del videojuego

En la investigación, se pidió a 348 niños con TDAH de 8 a 12 años de edad que jugaran al juego durante cuatro semanas. Los resultados mostraron que el videojuego mejoró su nivel de atención y su capacidad de concentración de forma estadísticamente significativa, a pesar de las distracciones.

Eddie Martucci, fundó en 2011 la compañía Akili y creó desde su factoría el primer videojuego con receta del mundo para tratar esta patología. Después de un largo proceso, ahora espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (Food and Drug Administration, FDA, por sus siglas en inglés) apruebe el videojuego a finales de año.

En la compañía trabajan científicos, expertos en dispositivos médicos y diseñadores de videojuegos procedentes de compañías como Electronic Arts, Lucasfilm y Walt Disney.

Los juegos están diseñados para enviar de forma selectiva estímulos que activan sistemas cognitivos concretos en el cerebro y mejoran su funcionamiento.

En sus procesos de estudios, solicitan que los pacientes con TDAH realicen varias tareas a la vez para constatar la mejora de su nivel de atención y su capacidad para procesar diversos estímulos y responder a ellos.

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El juego creado por Akili comienza evaluando las capacidades cognitivas del paciente, se ajusta a ellas y luego va aumentando gradualmente el grado de dificultad.

Después de ocho años dirigiendo la empresa, Martucci está acostumbrado a tener que convencer a los escépticos de que piensen más allá de los comprimidos y las inyecciones.

«Solemos pensar que no podemos disfrutar de los medicamentos que tomamos. Solo esperamos que sean seguros y bien tolerados. Pero si Akili logra lo que se propone hacer, podría ser asombroso, atractivo y maravilloso», declara Martucci.

El videojuego de Martucci ha tenido una gran demanda por parte de los pacientes con TDAH y sus padres. Los médicos suelen prescribir terapia conductual para los niños más pequeños con TDAH y el medicamento Ritalin cuando alcanzan la edad escolar. Pero Ritalin no funciona en todos y puede causar efectos secundarios como aturdimiento.

Crear una nueva categoría de productos destinados al tratamiento del TDAH en una industria muy regulada conlleva desafíos enormes. Foto web.

Esfuerzo conjunto

Su visión ha sido respaldada por grandes inversores como Temasek, el fondo soberano de Singapur, Shire (el líder del mercado de medicamentos para el TDAH), lo que demuestra que se está tomando en serio el potencial de la tecnología para rivalizar con sus productos), y PureTech Health, un fondo de capital riesgo del que Martucci es socio.

Otras compañías también creen en la idea de que la tecnología puede ayudar a tratar a pacientes usando «terapias digitales» que a menudo son aplicaciones. Una de ellas es Pear Therapeutics, que recientemente ha recibido la aprobación de la FDA para una aplicación para el tratamiento de la adicción a los opiáceos.

Muchos padres desean una alternativa para el para el TDAH. De hecho, «hay personas que están en contra de que sus hijos tomen medicamentos. Y otras los prueban y no les gustan sus efectos secundarios. Sin embargo, los padres a menudo observan diferencias en sus hijos después de jugar al juego; por ejemplo, parecen más atentos”.

Muchos padres desean una alternativa para el para el TDAH. De hecho, «hay personas que están en contra de que sus hijos tomen medicamentos.

Industria regulada

Crear una nueva categoría de productos destinados al tratamiento del TDAH en una industria muy regulada conlleva desafíos enormes. Por ello, Martucci cree que el escepticismo está justificado, ya que «en la tecnología hay muchas cosas que son pseudociencia».

A esto se agrega la creciente preocupación de que los smartphones pueden destruir nuestra capacidad de concentración.


En ese contexto, un videojuego diseñado para mejorar las capacidades cognitivas de las personas será difícil de vender, especialmente para los pacientes con TDAH.

«En los últimos cinco años, los médicos les han dicho a los padres que sus hijos jueguen menos a videojuegos, porque podrían ser la causa de los síntomas o exacerbarlos. Sin embargo, nosotros los presentamos como un tratamiento», dice Martucci.

En este escenario, los investigadores consideran necesario realizar los ensayos clínicos para obtener pruebas científicas que respaldaran sus afirmaciones con respecto al TDAH.

Además del ensayo principal, Akili está realizando otros estudios más pequeños. La empresa ha mantenido conversaciones en profundidad con la FDA para que acepte la nueva categoría.

Al respecto, Martucci señala que las primeras conversaciones con ellas muestran que son «más abiertas de mente que lo que creía. Les importan los datos, la salud de los pacientes y si el videojuego supondrá un coste adicional».

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Si llega a conseguir su aprobación, Akili tendrá que convencer a las aseguradoras sanitarias de que cubran el coste del juego.

El esfuerzo no acaba allí, pues Akili también tendrá que convencer a los médicos para que prescriban el juego. Para ello, se ha asociado con la compañía farmacéutica japonesa Shionogi para venderlo en Asia, pero aún no ha decidido si éste es el mejor modelo para todo el mundo.

Actualmente, la compañía también está desarrollando juegos para otras enfermedades, como trastornos neurodegenerativos debidos al envejecimiento o a lesiones cerebrales traumáticas, la enfermedad de Parkinson, el autismo y la esclerosis múltiple.

«Queremos desarrollar tecnologías que activen ciertas funciones cognitivas y mejoren ciertas disfunciones cognitivas. El campo de la medicina donde hacen falta más tratamientos son las enfermedades cerebrales. Akili también creará juegos con diferentes contenidos para adaptarse a los distintos pacientes con el fin de que sean más eficaces para cada usuario», concluye Martucci.

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