La Sociedad de la Igualdad y sus enemigos

Varias intenciones tiene la publicación de esta obra

Por Leonel Retamal

31/12/2011

Publicado en

Ciudadanos al Poder

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Varias intenciones tiene la publicación de esta obra. Por una parte, el conocimiento del movimiento que a fines de la década de 1840 conmovió la intelectualidad y la política de la República de Chile. Conocimiento necesario del pasado histórico, por la permanencia de intereses que todavía son historia viva y activa y por lo tanto, política dentro de las fronteras de la República. Fue la Sociedad de la Igualdad un cuestionamiento, a mitad del siglo XIX del autoritarismo impuesto por la concepción portaliana del poder, y también fue un punto inicial del posterior desarrollo político del país.

Por otra parte actuó como bisagra entre el pasado de la política libertadora, tanto ohigginista como carrerina, exterminada por Portales y el futuro latinoamericano de Chile, expresado por el más brillante de los integrantes de La Sociedad de la Igualdad, Francisco Bilbao. El fin de la lucha por la independencia había estado marcado por la eliminación de sus cabezas más notables: José Miguel Carrera y Bernardo O`Higgins, tras una lucha trágica dentro del bando libertador, a consecuencia de la cual, José Miguel Carrera, expresión de una incipiente “burguesía minera” y Bernardo O’Higgins basado en la economía rural, habían sido eliminados o expatriados, y tras ellos, sus seguidores en la guerra de la independencia, de la que participaron hasta el final en Ayacucho. Si los pipiolos reemplazaron a O’Higgins, expatriándolo, Portales, el representante de una burguesía comercial importadora que en nada había participado en la lucha por la independencia, eliminó a ambas fuerzas tras el Golpe de Estado que llevó a la batalla de Lircay.

Los viejos intereses ligados al colonialismo y los intereses comerciales se integraron en los pelucones gobernantes de Portales. Los pipiolos sólo representaron en adelante la disidencia sólo en cuanto al autoritarismo de la concepción portaliana. En adelante el enfrentamiento entre “pelucones” y “pipiolos” se circunscribiría a un conflicto interno de la oligarquía entre quienes querían sostener el régimen autocrático de la Constitución de 1833 y quienes querían morigerarlo con medidas políticas liberalizadoras, pero siempre a espaldas del pueblo. La elección de Manuel Bulnes a la presidencia, electo por 39 mil votos en una población superior al millón, expresaba esta realidad.

El último estertor de la tradición americana, se había conservado en un sector de las fuerzas armadas, aquellas que durante el primer enfrentamiento con la Confederación Peruano-Boliviana llegaron al acuerdo de Paucarpata, firmado por Blanco Encalada, posteriormente desconocido por Portales y que costara el enjuiciamiento de aquel. El último acto sería el fusilamiento de Portales por parte de las tropas de Vidaurre que se negaban a una guerra fratricida.

Por último su trascendencia a los tiempos actuales, con su propuesta de una forma de asociatividad que conserva plena vigencia como propuesta moderna, actual y contemporánea, fruto de la propuesta de asociatividad expuesta por Santiago Arcos.

Se ha querido ver en esto una influencia francesa determinante en el movimiento, pero lejos de ello, y más allá que sus dos primigenios promotores, Arcos y Bilbao estuvieran imbuidos de los principios del 48 francés, el movimiento expresaba una inquietud específica de la sociedad en Chile.

En ese contexto fueron cambiando algunos aspectos de la estructura económica básica de Chile. Si en 1826 se exportaban a Inglaterra 60 toneladas de cobre, en 1835 llegaban a 12.700 toneladas. Varios minerales le acompañaron y la producción de plata se multiplicó 6 veces entre 1840 y 1852. La minería del carbón llegaba en 1854 a las 22.000 toneladas.

Es en esas circunstancias que coinciden una serie de elementos políticos y sociales que se asentaban en la nueva realidad. El partido pelucón se divide durante la segunda Presidencia de Manuel Bulnes. De una parte su ministro Vial, quien había liberalizado en parte las disposiciones políticas realizando una apertura hacia los pipiolos, quien renunció en junio de 1849. De la otra, Montt, por el sector extremo y más autoritario de los pelucones. Así, de los vialistas y pipiolos surgió el Club de la Reforma (el 29 de octubre de 1849), cuyo fin era aglutinar la oposición a la futura candidatura de Montt.

Por otra parte, el artesanado ligado a las construcciones en la formación de poblaciones, mejoras, edificaciones, ebanistería y bienes de consumo provistos por curtidurías y otras. Así ingresaba a la vida política el artesanado de Santiago con sus primeras huelgas y participación, como otro elemento de los acontecimientos que romperían con la estructuración rígida emergida con Portales. Por otra parte, este sector había sobrevivido a la competencia europea, debido a los altos precios de esta y proveía a todo el país de zapatos, ropa y otros artículos. En su momento, el diario de la Sociedad de la Igualdad, informaría que eran 10 mil los artesanos en 1850 en Santiago.

A esa realidad económica, de una República cuyos cimientos económicos se conmovían, cuya situación política se complicaba con la división de los pelucones gobernantes entre quienes querían continuar a rajatabla con la estructura portaliana y quienes querían abrirse a un acuerdo con los pipiolos en conspiración, se incorporan los jóvenes chilenos llegados de Francia con una visión liberal y progresista. Entre ellos Santiago Arcos, Francisco Bilbao y Antonio Mata entre otros. Esos jóvenes serían los númenes organizadores de la Sociedad de la Igualdad, aunque el último no participaría directamente en su conformación.

En su serie de propuestas se destacaban algunos puntos esenciales. El primero era la intención de cambiar las formas de sociabilidad política, o sea reemplazar las agrupaciones informales como la llamada de los “Girondinos chilenos” o esencialmente instrumentales como el “Club de la Reforma, para pasar a construir un organismo permanente, con estatutos, programas y planes de acción, una sociedad republicana con una red territorial, con la intención de modernizar Chile con el apoyo de los sectores sociales postergados.

LA SOCIEDAD DE LA IGUALDAD

A fines de marzo de 1850 se realiza la primera reunión de la Sociedad de la Igualdad, con la participación de seis personas: Arcos, Bilbao, Lillo, Zapiola y los artesanos Ambrosio Larrecheda, sombrerero y Cecilio Cerda, sastre. La segunda reunión sería con la participación de Manuel Guerrero, de origen pipiolo, Francisco Prado proveniente de la oligarquía y el sastre Rudesindo Rojas. En la tercera reunión se incorporaron dos artesanos y un ex oficial del ejército, Luciano Piña, quién propuso el nombre de la asociación: Sociedad de la Igualdad. Comenzaron a publicar “El Amigo del Pueblo”, cuyos redactores más importantes serían Eusebio Lillo, Arcos, José V. Lastarria, Manuel y Francisco Bilbao.

La propuesta de la sociedad, reflejada en su periódico sería: la reestructuración del sistema impositivo, el mejor trato de los humildes en los juzgados civiles y en los cuarteles de la Guardia Nacional, mejoras en la policía, libertad y protección laboral, educación popular, mejora de la higiene pública, aumento de la existencia de moneda divisionaria (que facilitaba el comercio y favorecía a los sectores más pobres), protección de la industria nacional (reivindicación de los artesanos que buscaban la protección de la competencia industrial extranjera). En el aspecto político, de menor atención, la reivindicación era contra los ataques permanentes y violentos del autoritarismo impuesto por los portalianos, y era la reivindicación o bandera a la vez del sector pipiolo y pelucón vialistas, que aunque no participaban, se supone que financiaban el diario de la Sociedad. Igualmente, esta comenzó con clases, conferencias y discusión pública de proyectos de mejora de la clase obrera, fin primero que perseguían sus fundadores.

La primera reunión general se efectuó el 14 de abril de 1850 y el mismo día se disolvió el Club de la Reforma, cuyos afiliados se incorporaron a la nueva Sociedad de la Igualdad.

Nacía así la Sociedad de la Igualdad como una reunión entre quienes proponían una nueva forma de sociabilidad política, popular y modernizadora, abierta a los sectores populares por la influencia de Arcos y Bilbao y quienes veían en ella un órgano de lucha contingente contra el gobierno autoritario, financiada por la opositora oligarquía pipiola y aún más por el grupo pelucón disidente del ex ministro Vial.

El primer incidente se originó con la Iglesia Católica chilena, que respaldaba la tradición absolutista españolizante de los pelucones extremos, sometida a la crítica de “El Amigo del Pueblo”.

La designación por el presidente Bulnes de Antonio Varas como ministro del Interior, quien apoyaba la futura candidatura de Montt en las próximas elecciones presidenciales, determinó el enardecimiento de la oposición pipiola y vialista, que ingresó masivamente ahora a la Sociedad de la Igualdad.

El ingreso de estos sectores oligárquicos torcidos cambió el carácter de origen de la sociedad, de club republicano nacido como una nueva forma de asociatividad política y social con objetivos de fondo a mediano plazo, a gran asamblea que pugnaba como instrumento político contingente de conspiración e insurrección dirigida por caudillos de la oligarquía pipiola.

Santiago Arcos, apoyado por los artesanos vio claramente el peligro para la Sociedad que producía el ingreso de la oposición pipiola y vialista, que motivó su moción apoyada por el directorio, dirigida a evitar el giro de la misma. La posterior renuncia de Arcos a su posición dirigente, en parte prueba su oposición a que se desvirtuaran sus propuestas originales para convertirse en instrumento de la oligarquía a la que se oponía sin distinción del partido al que estuviera adscripta, fueran pipiolos o pelucones. La transformación de la Sociedad de la Igualdad de club republicano y popular en maquinaria conspirativa coincidió así con el alejamiento de Arcos no de la Sociedad, si al menos como uno de sus dirigentes.

Es así que en su segunda etapa, a partir de junio de 1850, la Sociedad de la Igualdad era empujada por hechos ajenos a los propósitos originales a un enfrentamiento cada vez más frontal con el gobierno. A diferencia del 48 francés, donde la burguesía se alejó por la radicalización de los sectores populares, en Chile, los sectores populares fueron reducidos a simples seguidores sin voz por el copamiento del movimiento por parte de los sectores oligárquicos radicalizados en la disputa del poder con el sector portaliano de la oligarquía.

Se conformó así un nuevo directorio formado por Paulino López, José Zapiola, Rafael Vial, Ambrosio Larrecheda, Santos Valenzuela, Nicolás Villegas, Juan Aravena, Manuel Guerrero y Francisco Bilbao, o sea aún formada por y jóvenes pipiolos. Las reuniones se transformaron en tan virulentas como inútiles reacciones contra la candidatura de Montt, lo cual permitió al gobierno presentar a la Sociedad como un peligro para la paz social.

El 2 de julio, con la designación como Ministro de Justicia del pelucón ultra autoritario Máximo Mujica, adherente a Manuel Montt, el gobierno quedó bajo el control absoluto de este sector, comenzando los incidentes más graves y violentos a partir del 19 de agosto. El gobierno se abocó a la destrucción de la Sociedad, y la Sociedad de la Igualdad aparece contribuyendo al juego, manipulada por los desesperados de siempre. El 30 de junio se había producido el primer incidente con el Intendente de la provincia de Aconcagua. Se sucedió con otros y la declaración del estado de sitio el 7 de noviembre que puso a los igualitarios fuera de la existencia legal, determinó el encarcelamiento de un grupo de artesanos y contribuyó a su exasperación. Tras el estado de sitio se produjo el alzamiento militar de San Felipe (en el cual se negó toda participación) y el decreto de disolución de la Sociedad de la Igualdad de Santiago, determinado por el Intendente Ramírez, el 9 de noviembre de 1850.

Otros hechos sucederían a estos, como por ejemplo el motín del 20 de abril de 1851 (Arcos ya se encontraba en California en esta época), la insurrección del regimiento de Valdivia, en la tradición del levantamiento militar pipiola caudillista, el de artesanos de Valparaíso el 28 de octubre de 1851 y la guerra de 1851 reflejo de la oposición entre Santiago y las provincias. Pero estos hechos quedan fuera del hecho inicial, simbólico de la Sociedad de la Igualdad, como antecedente de una nueva forma de sociabilidad y propuesta modernizadora de Chile. Fue el hecho “precursor” de reformas e instituciones que influirán en la modernización durante el siglo XIX, de las luchas sociales del siglo XX, en organizaciones de artesanos y tipógrafos y antecedente de una nueva forma de poder.

Otro aspecto político y cultural, al menos y principalmente en Bilbao, fue su visión de que la modernidad debía alcanzar a América. Merece una breve consideración el mismo. Es posible que el pensamiento de Simón Rodríguez, el primer socialista americano tuviera una influencia en el pensamiento de algunos de los integrantes de la Sociedad de la Igualdad, ya que este había permanecido en Chile durante largos años, pero en cuanto a la “participación” de su visión americana, se ha confundido en identificar a todos los emigrados en Chile con esa visión por simpatía, aunque por necesidad colaboraran con los pelucones. Es notorio que aunque se ha querido exculpar a Mitre, Sarmiento, Alberdi y otros, como si hubieran participado de esos “ideales” liberales de igualitarios y pipiolos, estos emigrados no sólo participaron del peluconismo por “necesidad”, sino que fueron “pelucones”, “portalianos” en la Argentina (tal vez con la sola excepción de Echeverría), donde se integraron a la fuerza unitaria, pero que más claramente se podrían definir como porteñistas expropiadores de la renta aduanera que pertenecía a todo el país, que ensangrentaron no sólo la Confederación Argentina, sino también al Paraguay de Solano López, con la oposición de las mayorías federales argentinas. Lejos de ellos, Bilbao, luego de huir a Perú, donde participó en la política interior oponiéndose a los gamonales de la oligarquía, y tras su paso por París, se radicó en Argentina, defendiendo en la prensa al jefe del Partido Federal, Urquiza, en los momentos que junto a los caudillos federales del interior (el sector mayoritario, popular y nacional de Argentina) enfrentaba justamente al porteñismo mitrista de Buenos Aires. No resulta pues casual, su relación posterior con Manuel Matta, quien escribía en su Revista del Nuevo Mundo, siendo este uno de los creadores del partido radical, que en su primera Asamblea tenía además de los puntos que hacían a la específica política de Chile, en su quinto y último punto establecía: “Por la Unión Americana”. Bilbao seguiría consecuente con esta idea americana como a las propuestas sociales que había enarbolado en la Sociedad de la Igualdad hasta su muerte en Buenos Aires en 1865.

Arcos en cambio, durante su estadía en Buenos Aires, apoyaba a los grupos extranjerizantes y pro británicos cuya figura central era Mitre. Tras su viaje a Europa, participó junto a los izquierdistas republicanos y federales, fue candidato a las Cortes Constituyentes de 1869, para finalmente radicarse en París, donde muere en 1874.

Por José Zapiola

Músico, quien desde 1850 formó parte de la Sociedad de la Igualdad y, entre 1870 y 1872, se desempeñó como regidor por Santiago.

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