A las vacas siempre se les olvida que fueron terneras

La prensa regional ha salido con un bombardeo de primeras planas y editoriales, con denuncias de corrupción y faltas a la probidad de los antiguos gobernantes y sus asesores

Por Wari

14/07/2010

Publicado en

Columnas

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La prensa regional ha salido con un bombardeo de primeras planas y editoriales, con denuncias de corrupción y faltas a la probidad de los antiguos gobernantes y sus asesores. Es más, el sábado 10 de julio de 2010 en Valparaíso, el que escribe su editorial declara, “en exclusiva”, que ellos han sido los paladines de la investigación de los anteriores excesos. Pareciera que recién los políticos han iniciado denuncias en contra de lo que el Poder Judicial y sus nuevos Fiscales han denominado “solo faltas administrativas”, suprimiendo de las crónicas históricas las veces anteriores en que los ciudadanos nos acercamos a su medio con denuncias documentadas, precisamente sobre estos temas y otros de carácter nacional y que este monopolio de las comunicaciones desechó.

Permitan al suscrito aventurar que gran parte de la corrupción existente, o conocida “hoy” es producto del silencio persistente y prolongado de su equipo editorial como el medio más leído y mas “prestigioso” de nuestra región. Me refiero a El Mercurio de Valparaíso, el diario más antiguo en lengua castellana. Es irritante para quienes creemos nuestro deber detener y acorralar el escamoteo que, tan ligero de verbo, este medio aparezca rasgando vestidura en contra de estas conductas por cierto, no sólo son reprochables, cuando son responsables por omisión y por su odioso silencio de estas conductas generalizadas, no sólo en nuestra región sino en el país entero.

El silencio de lo que fue la “desaparición” de los 2.550 millones de pesos que la Contraloría General de la República detectó y que fue ratificada por la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados, a propósito de la privatización de los puertos; el apoyo irrestricto al Proyecto Puerto Barón, sin poner en el conocimiento público las oscuras formas en que se llevó a cabo, y su persistente postura de aval a dichas conductas en varias editoriales se contradice con aquello que el sábado subtitula su editorial: “El rescate de la confianza pública y la instauración de una cultura de la probidad en la Región de Valparaíso son tareas prioritarias que corresponde a todos”. Eso que menciona el editorial es ahora y siempre, como también lo fue cuando, con su silencio, avalaron las conductas que hoy critican.

Un pueblo educado e informado podrá decidir de mejor manera cuál es su destino. Lo contrario lo hará más pobre. Los medios de comunicación formales y tan mayores como el que destaco en esta nota, se olvidaron de lo anterior desde hace mucho, o simplemente han cultivado la segunda opción. Se han transformado en concubinas del poder, no importa qué religión profesen. Desenfadadas y obsecuentes alaban a cualquier truhán, gorila asesino. Justifican con su silencio la violación de los derechos humanos que reclaman para sí, cuando el terror y la infamia que han sembrado les explotan en la cara.

Ahora el editorial de El Mercurio llama a “restablecer la confianza”. Como siempre a las vacas se les olvida que fueron terneras.

Por Jorge Bustos

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