Bolivia: Cultura, Religión y otras libertades

“El hombre no sólo produce un mundo, sino que también se realiza a sí mismo en su propio mundo” La semana pasada celebramos Pascua, para los más religiosos celebramos Semana Santa

Por Leonel Retamal

05/04/2013

Publicado en

Columnas

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“El hombre no sólo produce un mundo, sino que también se realiza a sí mismo en su propio mundo”

La semana pasada celebramos Pascua, para los más religiosos celebramos Semana Santa. Ambas festividades son distintas en sus dimensiones, una por un lado es mucho más comercial, mercantilista, hablamos del conejo de pascua, de los huevitos y del chocolate por supuesto, mientras por el otro lado es de carácter espiritual con la muerte y resurrección de Jesús.

Lo interesante es que ambas festividades se conectan y se convierten para el hombre en una “segunda naturaleza” porque sigue siendo distinta a la verdadera naturaleza y por lo tanto adquiere un carácter exclusivamente cultural, hablamos de esta cultura que es producida por la actividad humana.

En Bolivia tenemos un sinfín de contradicciones en el concepto de nuestras libertades, ya que si bien el modelo de Estado se funda en la pluralidad y el pluralismo cultural, como un proceso integrador, y por el otro lado la sociedad como empresa de construcción del Estado, que dentro de esa empresa la religión ocupa un lugar propio, no son acordes al mismo modelo.

Lo que nos hace dar cuenta que todavía existe un vínculo entre la humana religión y la humana construcción de Estado.

Es por eso que como Estado, como sociedad seguimos con esas viejas estructuras que son intrínsecas y precarias no predestinadas a estos nuevos cambios.

Cuando se aprobó la Constitución Política del Estado, se acordó respetar y garantizar la libertad de religión y de cualquier creencia espiritual al mismo tiempo y muy importantes es que el Estado es independiente de la religión.

Lastimosamente no se cumple con estas libertades constitucionales, ya que desde las mismas instituciones del Estado, la misma sociedad en su conjunto, todavía estamos ligados a las cadenas del oprobio colonial y feudal.

Por Sergio Salazar Aliaga

Estudiante de Derecho y activista del proceso de cambio en Latinoamérica

3 de abril de 2012

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