BRICS+, la consolidación del mundo multipolar

Los BRICS+ representan el 50% de las reservas mundiales de petróleo, el 40% de las de gas y litio, el 80% de las reservas mundiales de tierras raras, y el 50% de la producción mundial de trigo.

Por El Ciudadano

30/08/2023

Publicado en

Columnas / Mundo

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Por Katu Arkonada

La reciente cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, China, India, Sudáfrica) que se produce en mitad de varias turbulencias políticas entre Europa y una África que rechaza el neocolonialismo europeo, ha terminado por dejar atrás los momentos de unipolaridad (hegemonía estadounidense) y bipolaridad (expresada en el conflicto entre Rusia y Occidente, Europa, Estados Unidos y OTAN), para consolidar un mundo multipolar.

Si ya los BRICS como bloque eran una potencia política y económica, la incorporación a partir del 1 de enero de 2024 del principal exportador de petróleo, Arabia Saudita, sumado a Irán, Egipto, Argentina, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos, convierten a los BRICS+ en un bloque que va a representar al 42% de la población mundial, con un 22% de la superficie continental, y un 18% del comercio global que sin embargo representa el 35% del PIB global. Y si hablamos de los cada vez más escasos, y por lo tanto valiosos recursos naturales, los BRICS+ representan el 50% de las reservas mundiales de petróleo, el 40% de las de gas y litio, el 80% de las reservas mundiales de tierras raras, y el 50% de la producción mundial de trigo.

Además de las incorporaciones formales, son más de 40 países los que han manifestado en los últimos meses su intención de formar parte de los BRICS, de los cuales 23 solicitaron formalmente su adhesión, siendo 6 los que se incorporarán a partir del 2024. Todo ello en un contexto global de pérdida de peso del dólar frente a otras monedas como el yuan chino. Una china que se erige en ganadora de este proceso no solo de desconexión gradual del sistema dólar, sino que cada vez obtiene más relevancia en el contexto mundial sin necesidad de recurrir, a diferencia de Estados Unidos, a una carrera armamentística que se traduce en golpes de Estado e instalación de bases militares. De hecho, una de las pocas bases militares de China fuera de su territorio está situada en Djibouti, país con salida al Mar Rojo, y que también dá salida, por medio de un ferrocarril chino, a Etiopía. Tanto Etiopía como Egipto, que controla la mayor parte del Mar Rojo, son parte de las nuevas incorporaciones a los BRICS (nada es casualidad).

China, que ya es el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe, sale ganando con esta ampliación de los BRICS, por varías vías. En lo económico, va a formar parte de un bloque que le va a permitir acceder más fácilmente a los recursos naturales (crudo, gas, litio) que necesita para seguir creciendo y desarrollándose industrial y tecnológicamente al mismo tiempo que su moneda, el yuan, se fortalece frente al dólar. Asimismo, en lo comercial, su apuesta por la nueva ruta de la seda, un proyecto multidimensional que siguiendo la antigua ruta de la seda y las rutas marítimas de la Dinastía Ming, va a reconfigurar el mapa de (tele) comunicaciones que nos dejaron las potencias coloniales y que sigue presente hasta el día de hoy en nuestra manera de ver el mundo. China está ya construyendo redes de comunicaciones, trenes, puertos y fuentes de energía y agua en todo el sur global. China ya tiene un crecimiento anual del PIB 5 veces superior al de Estados Unidos, aunque todavía EEUU representa el 25% del PIB global, frente al 18% que representa China, aunque este país ya supera a Estados Unidos en PIB medido en paridad de compra.

El otro gran ganador de la cumbre de los BRICS celebrada en Johannesburgo, es Rusia. A pesar del accidente o atentado del avión en el que murió toda la cúpula de Wagner en Rusia cuando comenzaba la cumbre de los BRICS en Sudáfrica, la cumbre supone una victoria para Rusia. Al igual que el atentado contra el gasoducto Nord Stream en el que toda la prensa occidental llegó a responsabilizar a Rusia, no tiene sentido atribuir una responsabilidad a Rusia de un atentado que podían haber ejecutado en África (donde se encontraba el líder de Wagner Prigozhin días antes), o desde luego, no cruzarlo con la Cumbre de los BRICS y hacerlo después. Más parece, como en el Nord Stream, responsabilidad de Occidente, sean los servicios de inteligencia estadounidenses, o las cloacas de la OTAN (si se me permite la redundancia). No olvidemos la responsabilidad, e incluso liderazgo, del grupo Wagner, y por lo tanto de una parte del ejército y gobierno rusos, en las revueltas africanas que están teniendo estos días epicentro en Níger. Nadie puede calificar de izquierda a una organización como Wagner o al gobierno ruso, pero si lo miramos desde un filtro geopolítico, claramente hoy desde Wagner a los BRICS encontramos componentes anticoloniales y antiimperialistas que van desde el pueblo africano ondeando banderas rusas a la incorporación a los BRICS de un país sancionado por Estados Unidos como Irán.

El mundo está cambiando, más rápido de lo que el software de la izquierda está programado para entender, y es por eso que dejando de lado nuestro eurocentrismo, y como está haciendo una buena parte del sur global, debemos mirar más a China, Rusia, y a los BRICS ampliados en general.

 Katu Arkonada Politólogo vasco.

Diplomado en Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Políticas Públicas.

Miembro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad.

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