Cámaras ocultan chantas

Hace poco Canal 13 mostró en las noticias un reportaje de Contacto en el que se mostraba con cámara oculta a actores caracterizados como empleadas de casa particular, solicitando antecedentes de cómo conseguir matrícula en colegios de nivel socioeconómico alto. Pretendían ver si había discriminación. El reportaje tenía una segunda parte que se emitió solo parcialmente, porque el director ejecutivo del canal René Cortázar encontró que había aspectos de él que no tenían los estándares de calidad que deben tener los reportajes del canal.

Los colegios afectados reclamaron derecho a tener requisitos, en contra del daño de imagen causado y la falsedad explícita del reportaje. Renuncia el director interino del Departamento de Prensa Patricio Ovando y la editora general de Reportajes Pilar Rodríguez. El Departamento Prensa de canal 13 mando una carta al directorio rechazando lo que llamaron censura e intervención en el sitio web de teletrece:”Vulnera, nuestras convicciones y compromisos, con la verdad, la rigurosidad y la veracidad del ejercicio de nuestra profesión”; firmaron editores, conductores, periodistas, investigadores y productores del Departamento de Prensa de canal 13. Hacia una semana que el canal había empezado una nueva programación en este segmento en donde los reportajes eran importantes lo que habría sido traicionado, se creó inseguridad profesional.

El director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de Chile, Gonzalo Saavedra, cree que se pensó que la cámara podía mostrar la verdad, cuando hay muchos otras fuentes de información mejores, en un montaje, que no queda claro cuales son sus propósito y los medios para conseguirlos, déficit que tendría el periodismo en general. Las cámaras secretas se han usado hace tiempo para humor u otros fines a veces con acierto otras no. “Todos estos ejercicios, se asientan en una concepción si no errónea, por lo menos pueril: que la verdad está en la evidencia registrada, no importa como se haya conseguido”. El Mercurio en su editorial del 120512 dice al respecto: “Investigaciones periodísticas complejas requieren un riguroso tratamiento para no dar espacio a la denuncia infundada o la casuística irrelevante” Otros han dicho que si se tratara de un colegio pobre en el que se denuncian con cámara secreta las injusticias quizás la reacción hubiera sido distinta en cuanto a la privacidad vulnerada; da lo mismo que a los pobres se les saquen sus dolores a plaza pública, o a los delincuentes o imputados como suele verse en televisión.

Ascanio Cavallo, decano de Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez, con conocida trayectoria, que no puede ser censura en que un medio decida por si mismo suprimir contenidos, ese concepto es aplicable cuando se deniega un derecho por una intervención autoritaria. El problema ético que esconde el reclamo de censura es la elaboración de un montaje para demostrar una tesis prediseñada. “Hace rato que las reconstrucciones y las dramatizaciones vienen envenenando de facilismo al periodismo de investigación televisivo. Pero este caso es posible que haya tocado fondo en impericia y vulgaridad”. A continuación explica esta decadencia ética por la competencia entre los medios de televisión detrás de los resultados. Reflexiona: “Nada de esto se hizo en el momento más difícil de la libertad de prensa y todo lo que se supo entonces se debe a investigadores minuciosos y dedicados, que tenían interés en la verdad de los hechos no en el show. ¿Porqué una televisión democrática emplea los instrumentos de, digamos la CNI?”

Hace algunos años, en el programa En la Mira de canal 11 se presentaron entrevistas grabadas en las que unos periodistas y actores se concertaron para engañar a unos médicos, Habían preparado a una persona que simuló ser paciente, y en consulta planteaba una situación de salud con el propósito de ser ayudado pero induciendo al profesional a una falta,”agentes provocadores” sería el término jurídico. Esta farsa fue demoledora en algunos casos para el médico, su familia, sus ambientes laborales y sus pacientes; nunca supieron que los iban a exhibir en tan desdichadas y humillantes condiciones mas que cuando se enteraron por sí mismos al verse por casualidad en las pantallas, lo que es delito según los asesores jurídicos del Colegio Medico que en un documento del Departamento de Ética expresan: “Por otra parte, debemos señalar que la grabación de imágenes o hechos de carácter privado, sin la voluntad del afectado, realizada en un recinto particular o en lugares que no son de libre acceso al público, constituye delito, según establece el artículo 161 -A del Código Penal” , “ Finalmente, es del caso señalar que una filmación obtenida de este modo no podría ser admitida como medio probatorio para acreditar la comisión del delito contenido, artículo 43 de la Ley Nº 12.084, por cuanto fue obtenida mediante la comisión de otro delito …“ Este “periodismo investigativo y denuncia”, mostró al final de cuentas a algunos médicos que cometían algunas faltas en una situación inventada, no real; luego las investigaciones judiciales sobreseyeron a algunos de ellos porque las acusaciones o denuncias además no se comprobaron, pero ya no había reparación posible. Lo mismo que ahora fue un acto ilegal.

Los editores, conductores, periodistas, investigadores y productores del Departamento de Prensa de canal 13 no respetan la ley al usar cámaras ocultas y crear una ficción con agentes provocadores, y parece que quieren seguir haciéndolo, y sin embargo dicen en su declaración, ya comentada, que los responsables de suprimir parcialmente la segunda parte del reportaje sobre empleadas de casa particular no midieron las consecuencias externas e internas de su decisión:”Vulnera, nuestras convicciones y compromisos, con la verdad, la rigurosidad y la veracidad del ejercicio de nuestra profesión”. ¡Como va a ser coherente esto!

El conocido caso del juez Calvo, que llevaba un caso con celo y reconocimiento público de alto impacto, derivó en su incompetencia porque una persona con cámara secreta, gravó una conversación privada que lo involucraba en asistir a un sauna gay. En Tolerancia Cero, la semana anterior estaban encantados con el juez y cuando esto ocurrió lo colgaron. El presidente del Colegio Médico, Juan Luís Castro, en el otro caso fue muy tajante, no iban a respaldar a nadie que estuviera realizando faltas o delitos; los médicos afectados dijeron que cuando buscaron apoyo de su orden gremial fueron tratados como si tuvieran la peste. Creo que el Colegio Médico junto con no avalar conductas irregulares de sus miembros, debieron haber dicho con igual convicción que iban a seguir acciones penales contra canal 11 por vulnerar la privacidad de la consulta médica, columna de la profesión, con conductas fuera de la ley también. Para que la foto de Salomón del presidente del Colegio fuera de cuerpo entero.

Vuelvo a ilusionarme en estas páginas con un Canal Nacional Cultural y Social, autofinanciado, que no es el actual Canal Nacional por cierto, y que no tenga que sobrevivir como sea con espectadores cautivos, medido por el rating, para que los capitales que son la fuente de su existencia a través del avisaje les etiqueten la mente.

Que triste recordar. Yo estuve muchos años en la consulta donde ocurrió uno de los casos y cuando sucedió lo relatado con los médicos recién me había cambiado, quizás el tiro me pasó rozando. Trabajé ahí muchos años con amigos que conocía de la universidad y de la especialización. Uno fue sobreseído. El otro Me llamo desesperado el día en que En la Mira iba a mostrar el reportaje, se había visto a sí mismo por casualidad en pantalla entregando dos boletas por una atención a un paciente; al actor que lo hizo caer no a un paciente real, parte del equipo que tramó la emboscada. No es que le hayan avisado del programa que él iba a salir y en que condiciones. No sabía que venía al día siguiente al enfrentar la opinión pública sublevada con sus rastrojos, después que había construido una vida de profesor universitario, dirigente social, incluso en el Colegio Médico. Supo mejor dar la cara a la dictadura que lo amenazó, rondó, y mutiló, que a esta dictadura de la opinión pública.

A mi no me hubieran pillado porque soy quisquilloso en las normas. Él era inteligente, valiente, bondadoso, amplio. Varios pacientes le debían honorarios, la secretaria le decía: se están aprovechando doctor si quiere yo les cobro. Ese día, llegó el falso paciente del equipo periodístico, le contó su dolencia y pidió dos boletas para que le reembolsaran más; así cayó preso de la misma sensibilidad que le conocíamos; el no ganaba dinero con eso, y le sobraban pacientes. Corto tiempo después se suicidó, y todos los que estábamos cerca, de la situación, varios expertos en salud mental, creímos que el reportaje le había dado el golpe de gracia a pesar que traía un trastorno nervioso que lo martirizaba. Dije soy quisquilloso no hubiera caído, pero en delicadeza a esa amistad digo que creo que si me encuentro enfermo, marginado, viejo, y no estoy en los planes del sistema, no me ha considerado cuando lo necesito, entonces que se valla al carajo.

Es hora que todas las imágenes de televisión tengan fecha y hora siempre y que si se pide transparencia también sea para los medios. Lo que implica también revisar eso de que “la fuente” de información debe ser secreta sí o sí; porque si hay transparencia de verdad no hay privilegios. Habrá que proteger a los que se atreven a denunciar lo justo de otra manera. Si a este respecto algunos creen que se puede vulnerar la ley, porque tienen fines superiores y se relacionan con su actividad, “que son más iguales que otros”, y otros creen que no se debe invadir la libertad del metro cuadrado, la sutileza de la llama en la tempestad, debatamos entonces y aclaremos las cosas, pero no impongamos el “a río revuelto ganancia de pescadores”.

Avelino Jiménez Domínguez