Consolidar la Primavera Chilena: fuerza al Verano Ciudadano

La Primavera Chilena parece estar dando paso a un tenso verano de ánimos cada vez más caldeados y posiciones divergentes

Por Mauricio Becerra

10/11/2011

Publicado en

Columnas

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La Primavera Chilena parece estar dando paso a un tenso verano de ánimos cada vez más caldeados y posiciones divergentes. Hasta ahora resistimos la estrategia gubernamental de identificar el movimiento social con sus facciones más radicales, de preferencia con el vandalismo, manteniendo un 67% de apoyo a las reformas propuestas por los estudiantes pese a las tergiversaciones oficialistas apoyadas por una potente máquina mediática. Pero desgraciadamente algunos sectores están cayendo en este juego, radicalizándose, quitando piso a las figuras más emblemáticas del movimiento – esenciales para mantener el apoyo del ciudadano común -, optando por tomas y acampadas, que tienen fuerte repercusión pero acarrean el riesgo de generar una percepción negativa de las demandas. El cambio de tendencia advierte que este último es un camino sin salida, para retomar el rumbo los estudiantes y todos los ciudadanos debemos renovar nuestra estrategia.

Las necesarias reformas de fondo al sistema educativo parecen alejarse y tras seis intensos meses de esfuerzo es necesario recuperar el aliento recordando el ritmo largo de los ciclos históricos, como lo ha hecho Gabriel Salazar, que pone este proceso en el rango de cambios sociales que pueden tomar hasta una década para llegar a su culminación. Particularmente, menciona el rol central que empezarán a jugar las Asambleas Ciudadanas Comunales que ya se forman en decenas de comunas de Chile y el extranjero. Es en este tipo de instancias donde se debe repolitizar el tejido social, para integrar a todos los ciudadanos como agentes activos de una toma de consciencia general.

La política no debe ser un evento bianual que se limita a depositar un voto, debe ser una actividad creativa y social cotidiana. Hoy existen tecnologías que facilitan la creación de estos espacios y hay que aprovecharlas. Los vecinos deben conocerse, organizarse, definir objetivos y responsabilizarse por sacarlos adelante. No es necesario fijar grandes metas, basta con cumplir un rol fiscalizador de las autoridades locales, organizar eventos informativos y recreativos para cohesionar a la comunidad y preparar así la cultura política local necesaria para enviar representantes en caso de convocarse a una Asamblea Constituyente Nacional.

Como ya lo comentamos en un artículo anterior, la Refundación de Chile necesita mucho más que reformas educativas. Actualmente se invierte un 4,5% del PIB en educación y para lograr un sistema justo e inclusivo se requiere una inversión adicional de entre un 2 y un 3% del PIB. También hay temas pendientes en salud, pensiones, mercado laboral, descentralización y en general, respecto al rol del Estado como proveedor de bienestar. Con estos horizontes, es necesario aumentar los ingresos del sector público a través de reformas tributarias y con un mucho mejor aprovechamiento de nuestros recursos naturales. En Chile el gasto público alcanza un 24% del PIB, mientras que en EE.UU., sociedad rica pero desigual, es de 40% y en Francia llega al 55%. Esto da una idea de cuánto hay que invertir para garantizar un mínimo de bienestar social. Nuestro sector público es uno de los más eficientes del mundo, según cifras de la OCDE, y cuenta con profesionales cada vez mejor capacitados. Pero necesita recursos suficientes para satisfacer la demanda por bienes superiores, para los que el mercado es un pésimo administrador: educación, salud y cultura. A mediano plazo, sería razonable llegar a un tercio del PIB en gasto público redistributivo, lo que bastaría para satisfacer las más urgentes necesidades sociales y de desarrollo inclusivo en nuestro país. Esto requiere de reformas estructurales y para realizarlas se necesita una Nueva Constitución, que libere al Estado de Chile de la camisa de fuerza impuesta por el principio de subsidiariedad y el sistema binominal, los dos pilares de la constitución autoritaria de 1980.

Y por supuesto que los estudiantes seguirán cumpliendo un rol clave en esta transición, ojalá aprovechando el apoyo ciudadano y la tribuna que tienen para promover esta vía. La represión se combate mejor con maña que con fuerza, las alternativas están a su alcance y contenidas en sus propias demandas. ¿Educación gratuita, pública y de calidad? Prepararse mejor y reforzar las campañas de información puerta a puerta, con voluntarios bien formados. Editar y distribuir folletos con ideas sintéticas, claras y en lenguaje sencillo. Sacar la Universidad a la calle, abrir aulas en espacios públicos. ¿Qué mejor que una clase de introducción a la economía en un parque para entender por qué el mercado es incapaz de construir un sistema eficiente y justo de educación? No es tan complicado como quieren hacernos creer los gurús neoliberales, los trabajadores y dueñas de casa que nunca recibieron esta información pueden y deben asimilarla.

La utópica Primavera Chilena que tenemos el privilegio de vivir no debe marchitarse en violencia, entre todos cuidemos sus flores para que maduren en un fructífero Verano Ciudadano.

Matías Garretón

Doctorante en Planificación, Universidad Paris Est

Investigador de Otra Distancia

@Garretwitt

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