De pueblos, gobiernos locales y procesos constituyentes

Por Andrés Carvajal

Por Anais Lucena

06/11/2019

Publicado en

Chile / Columnas

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Por Andrés Carvajal.- El momento de la crisis del modelo neoliberal instalado en Chile ha articulado la rabia y la esperanza de las personas que habitan este país. Cientos de demandas colectivas se han incorporado a marchas, rayados y petitorios. Desde encuentros barriales, asambleas comunales, cabildos en torno a derechos, salud, educación, música y teatro, toda la diversa vida sociocultural expresa su diagnóstico y su propuesta. Y la propuesta es un cambio profundo de la forma en que queremos vivir juntos y juntas. Y una nueva Constitución.

También los pueblos han aprovechado este momento destituyente (deconstruyente) del modelo y su orden colonial, para expresar sus demandas por tierras, derechos, autonomías. Y poco a poco aparecen, en redes sociales, en asambleas y cabildos, las ideas de Proceso Constituyente Plurinacional, Constitución Plurinacional, Chile Plurinacional. Personas y organizaciones de Pueblos Originarios han comenzado a plantear en estos espacios, la necesidad del reconocimiento de la diversidad de pueblos que constituyen este país y la situación de subordinación de estos pueblos al Estado nacional.

Pero para los pueblos, no será un nuevo pacto social, ¿Cómo hablar de un nuevo pacto social con los Pueblos Originarios? El pacto del Estado con los pueblos ha sido el asesinato y el expolio de tierras y derechos. Pacto social, Pacificación, eufemismos de Estado. Destituir, deconstruir, descolonizar estas relaciones asimétricas, ese es este momento. Y el de empezar a vivir las nuevas formas de hacerlo.

En ese contexto los gobiernos locales de orientación transformadora han ido construyendo espacios donde la ciudadanía se articula y organiza, han puesto a disposición de vecinos y vecinas, su infraestructura y sus capacidades profesionales y técnicas para ordenar y sistematizar las experiencias de organización local. Esa es una parte importante del rol de nuestra institucionalidad, designado por la ciudadanía, en el contexto de la violencia militar desatada en las calles. Pero también debemos aportar en contenidos, que han sido aprendizajes de estos tiempos de gobierno local. La idea de Proceso Constituyente es un ejemplo, porque sitúa, en la realidad institucional un modelo que entiende la Asamblea Constituyente como un momento del camino de cambio del modelo social que nos sostiene, las reglas del juego y de definición política de nuestro horizonte societal.

En el caso de Valparaíso y de la Alcaldía Ciudadana, esta comprensión del momento crítico se articula con la propuesta de transformación democrática de los territorios, la que se encuentra virtuosamente con el diagnóstico que vecinos y vecinas han elaborado de las condiciones de su propia existencia y de sus propuestas de mejora de esas condiciones, que se ha plasmado, entre otras, en la construcción del Pladeco comunal. Y en este Pladeco, hemos reconocido la condición plurinacional de la comuna, expresándola en el proceso de municipalización del Convenio 169. Y fue el proceso de construcción de ese instrumento de planificación comunal participativo, el Pladeco, lo que fortaleció nuestra idea de transformación institucional que requieren los presentes momentos de construcción de una nueva forma de vida social y que termina chocando con la Constitución que heredamos de la dictadura. Y nuestro gobierno local, nuestro pequeño juguete rabioso, cuyo corazón está compuesto por el proyecto político de los Pueblos, el Buen Vivir, debe aportar esas miradas al Proceso Constituyente.

Es por esto que se necesitamos que el Cabildo Constituyente, ese espacio de encuentro de vecinas y vecinos transformadores de su vida con este gobierno local democratizador de los territorios y transformador de la institución, sea un Cabildo Constituyente Plurinacional, inmerso en un Proceso Constituyente Plurinacional. Porque comprendimos o comenzamos a comprender, que Chile se construirá entre todos los pueblos que lo habitamos o seguirá siendo expresión de un modelo colonial, cuya única respuesta a las necesidades y proyectos de personas y pueblos, es la subordinación o el asesinato.

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