Democracia: una rayita en un papel

Creo que los gobiernos de la Concertación han desvirtuado los conceptos y el significado de la palabra democracia. Me refiero a las elecciones presidenciales, que no son más que un acto de participación indirecta, donde ni siquiera te piden la opinión y sólo nos piden marcar una raya por alguna ideología.

Los gobernadores son sólo seudo democráticos (las autoridades provinciales y regionales sólo son elegidas por el presidente, electo por el 51% de los chilenos sufragantes) y creo que en dictadura había más seudo democracia por que por lo menos preguntaban si querían Constitución o presidente (plebiscitos del ’80 -’88 y elecciones del ’89). Cuento aparte es cómo se legitimaron estas consultas populares.
Pero ¿qué pasa con el resto de las personas que no votaron por la mayoría? Seguramente será la oposición, que muchas veces sale a protestar por causas anticapitalistas o mejores condiciones para vivir y vuestro presidente, ¿cómo las contesta? Con “orden”, mejor dicho con violencia policíaca, enviando carros blindados, gases y golpeando aunque estén protestando pacíficamente. Ser presidente es una responsabilidad, claro, pero él también eligió gobernar a un pueblo y así como es leal, debe dar la mano. Vean ¿por qué le llaman el “palacio quemado” en Perú? Porque el pueblo se sublevó y no aguanto más la ineptitud del elegido.
Yo, en cambio, doy una opción clara y prefiero una participación ciudadana de forma directa, en colectividad. ¿Qué significa esto? Que corresponda a una comunidad más cercana, donde todos nos conozcamos, intercambiemos ideas, opiniones y establezcamos decisiones sin dañar mi hábitat.
Es decir, que no decidan por mí estas instituciones, que viven en la complicidad del silencio de la comunidad unionina. Opino que el ser humano puede ser perfecto, pero en un constante ensayo y error, transmitiendo experiencias con futuras generaciones, pero en la participación indirecta, votar como zombis con una rayita no va conmigo, tal vez por eso existe la alta tasa de jóvenes que no creen en políticos que viven de nuestro sueldo, mejor que nosotros.
Dejo la puerta abierta para que la sociedad AVIVE EL SESO Y DESPIERTE, como diría Jorge Manrique en aquellos tiempos, aunque la sociedad no ha cambiado y sigue siendo tan prejuiciosa y destructiva como siempre. Vivir en igualdad y en armonía con el medio ambiente es posible, pero hay que luchar contra los malos hábitos que nos inculca el autoritarismo de ciertos sectores. Dirán que soy extremista, pero ellos son sólo personas avarientas que no saben otra opinión más que la suya y que no les importa contaminar, si sus productos se pueden vender.
No espero nada del gobierno, sólo expresiones a toda prueba de consecuencia y cordura, sólo que el lector se interiorice sobre temas de su medio, porque nada de lo que hacemos es indiferente al medio, ni viceversa. Hay que hacerse de nuevo cada día.

Ojos Rotos