El Cuento de Estudios Púbicos: CEP

A lo largo de la historia universal se ha aceptado que los deseos humanos, -buenos y malos-, se alojan en la cavidad pelviana por ahí por donde cae el pubis

Por Director

12/11/2009

Publicado en

Columnas

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A lo largo de la historia universal se ha aceptado que los deseos humanos, -buenos y malos-, se alojan en la cavidad pelviana por ahí por donde cae el pubis. Conocer los deseos íntimos del personal, sus pulsiones racionales e irracionales, sus inclinaciones sensuales, aquellas que le llevan a lo que el lenguaje freudiano llama “pasar al acto”, a decidir y a actuar, equivale a sondearle no el alma sino el bajo vientre, no la circuitería neuronal sino la calidad, turgencia, reactividad y disposición de algunos esfínteres.

De ahí el título de esta nota. La encuesta del CEP de octubre 2009 se nos antoja un Cuento de Estudios Púbicos. La abordamos pues con la seriedad que merecen las cuestiones que tocan -es el caso de decirlo- de cerca o de lejos la región de nuestra anatomía llamada “partes íntimas” y que algunas almas pudendas designan como “las vergüenzas”.

El universo sondeado incluye la población de 18 años y más. Un despistado pudiese suponer que el carácter y naturaleza de la exploración aconsejan evitar las disposiciones del código penal relativas a los menores de edad habida cuenta que el detallito de estar o no estar inscrito en los registros electorales aparece solo mucho más tarde y en modo no tan evidente. Por algún motivo no indicado se excluye a los habitantes de Isla de Pascua: para lo púbico puede que lo disuasivo sea el nombre de la isla que sus habitantes conocen como “Te Pito”. Entre otros, el método aplica una estratificación por manzana: se ve que Adán y Eva no andan lejos lo que refuerza la sensación de examinar las intimidades, un tema en plan placeres prohibidos. Estoy bromeando. Pero el CEP también.

El nivel de precisión es de +/-3%, lo que según la aritmética y la geometría euclidiana da una amplitud de 6%. Cualquier cifra que caiga por debajo de este intervalo no tiene significación alguna, como por lo demás nos inclinamos a pensar ocurre con todo el estudio que indica que el “nivel de respuesta” fue de un 83% “con sujetos originales”, sin que la idea de que pudiese haber sujetos de proveniencia trucha haya titilado nuestras dendritas.

Los hechos noticiosos del período en el que se hizo la encuesta parecen haber sido escogidos en algún caso para estimular las bajas pasiones, en otros para actuar como una suerte de anti Viagra. “10 de octubre: Con triunfo ante Colombia, Chile clasifica al mundial 2010”. ¿Cómo no sentir el llamado de la selva? “14 de octubre: Se presenta y se retira proyecto para entregar nacionalidad por gracia a Marcelo Bielsa”. ¿Cómo no pensar en un coitus interruptus?

El sondeo  afirma que lo que más preocupa a los chilenos es la delincuencia, sin discriminar entre la delincuencia financiera, las tasas usureras practicadas en los créditos al consumo, el pillaje de las riquezas básicas, la destrucción del medio ambiente, los abusos en la facturación del agua y la electricidad, la incuria, las malversaciones y el peculado. Nos quedamos pues sin saber qué tipo de delincuencia específica es la más inquietante, pero tenemos la grata sorpresa de descubrir que Transantiago y la EFE son un éxito estruendoso visto que ese tema inquieta a solo un 2% de la población.

Interrogados  sobre la actual situación económica del país (no la suya propia, cuestión que podría ser peligrosa) los chilenos entregan una respuesta de normando, -“en una de esas sí, en una de esas no”-, o tal vez se hacen los suecos visto que 52% no la juzga “Ni buena ni mala”. Tal vez todo lo contrario.

A mi juicio se debe a que las cuestiones formuladas sugieren la respuesta esperada omitiendo, entre las respuestas posibles, aquella que cualquier ciudadano informado tiene por buena. Para ejemplo un botón: “¿quién es, a su juicio, el principal responsable del alza del desempleo: el gobierno, los empresarios o la crisis económica internacional?” Las opciones de respuesta omiten al responsable evidente: la especulación financiera, la banca, el grupo de rufianes que llaman delicadamente “comunidad financiera”, aquella que provocó la crisis.

Con este tipo de preguntas sería muy fácil para cualquier pijotero encuestador determinar que la principal causa del divorcio es el matrimonio, ¡no te jode!

Cuando el CEP elimina de los escenarios de la segunda vuelta a Jorge Arrate está modificando ex ante el objeto de su estudio, lo está interviniendo, contaminando, está usando un resultado obtenido con su estudio para orientar su estudio. This is not fair, nor scientific, folks!

¿Vale la pena tomar en serio la encuesta del CEP mientras nos cachondeamos de las otras? ¿Vale la pena aprovechar lo que aparece como un excelente resultado para Jorge Arrate que es el único candidato que progresa significativamente en todos los criterios explorados? No.

Definitivamente no. Más vale adoptar la actitud de Winston Churchill a quién le gustaba decir: “Creo en las estadísticas solo cuando las falsifico yo mismo”.

Los verdaderos resultados estarán disponibles el 13 de diciembre por la noche. Y serán el resultado de la voluntad de los chilenos que cumplan con su deber cívico. Los otros, aquellos que no se inscribieron, que votarán blanco o nulo o simplemente no votarán, estarán dando la medida de la desconfianza que produce nuestra pinche democracia “protegida”, que para más inri es manipulada por las encuestas.

De eso el CEP no dice ni pío. Por eso tengo la sensación de que nos están viendo la región púbica.

Por Luis CASADO

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