El fantasma antisindical que ronda a la Reforma Laboral

Para nadie es un misterio que las condiciones laborales de los trabajadores en Chile están altamente precarizadas, y que nos encontramos absolutamente desprotegidos ante una legislación laboral que resguarda los intereses de los empleadores en desmedro de los trabajadores

Por Leonel Retamal

15/12/2014

Publicado en

Columnas

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Alejandra Lizana OssandónPara nadie es un misterio que las condiciones laborales de los trabajadores en Chile están altamente precarizadas, y que nos encontramos absolutamente desprotegidos ante una legislación laboral que resguarda los intereses de los empleadores en desmedro de los trabajadores. Por esto, no es extraño que este 9 y 10 de diciembre fueran despedidos seis socios del Sindicato del Colegio GEA de la ciudad de Quilpué, miembro de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación- FENATED, en una clara vulneración de sus derechos por parte del empleador.

El conflicto se inició el lunes 01 de diciembre cuando el Sindicato solicitó el balance financiero del establecimiento, derecho establecido en el art.315 del Código del Trabajo, para dar inicio al proceso de negociación colectiva. El sostenedor se negó, incurriendo en la primera práctica antisindical. Inmediatamente, el Sindicato notifica que el proyecto de negociación colectiva sería presentado este lunes 15 de diciembre; sin embargo, y en otra clara práctica antisindical, el empleador despide a seis trabajadores, socios del sindicato, a pesar de estar en el marco de una negociación colectiva que entrega a los trabajadores allí incluidos 10 días de fuero antes de la presentación del proyecto y 30 días después de finalizado el proceso (art. 309 CDT).

{destacado-1}Este tipo de vicios y humillaciones son los que debemos soportar bajo el marco legislativo actual, teniendo que someternos a engorrosos procesos de denuncia y juicios por prácticas antisindicales que obstaculizan el derecho a la organización y donde, en muchos casos, los empleadores prefieren pagar las multas (que no son altas) o indemnizaciones, con tal de debilitar la organización sindical. Esto nos reafirma que las necesarias transformaciones del cuerpo legislativo laboral se hacen cada vez más urgentes.

Hoy día, a pesar de los grandes anuncios realizados por el gobierno en materia de Reforma Laboral, no se vislumbran profundos cambios para los trabajadores. Específicamente para el caso de la negociación colectiva, poco y nada se ha mencionado para que ésta sea efectivamente fortalecida y los trabajadores protegidos. Por el contrario, las declaraciones dadas hasta el momento hacen suponer que el terreno se vendría aún más complejo.

Aquí algunos elementos centrales para aportar al debate de tres de los anuncios dados hasta ahora y que son cruciales al momento de hablar de fortalecimiento de la negociación colectiva:

1º Sindicalización automática: Se ha esbozado el impulso de esta medida que, a pesar de ser anunciada como un avance para la organización sindical, resulta más bien una amenaza preocupante. Hoy, la taza de sindicalización levemente supera el 14%; de estos sindicatos, bien sabemos que existe un número no menor de sindicatos “de la empresa”, que fueron creados por el mismo empleador o que tienen objetivos afines a la protección de éstos por sobre los trabajadores. La sindicalización automática vendría a fortalecer aún más estas organizaciones, instando a los empleadores a crear inmediatamente nuevos sindicatos, afiliándose los trabajadores de manera obligatoria a él, neutralizando la fuerza de éstos y evitando que se construyan organizaciones que realmente velen por los intereses de la clase trabajadora.

2º Titularidad Sindical: Se ha anunciado el fin de la bi-titularidad al momento de negociar; pero esta medida debe ser tajante, clara, sin excepciones ni dobles interpretaciones. Mientras no se le prohíba expresamente al empleador a negociar con grupos de manera paralela al sindicato la negociación colectiva no se verá fortalecida.

3º Fin del reemplazo en huelga: El Ejecutivo hace un tiempo anunció el fin de esta medida que quita todo poder efectivo a la huelga, única gran arma de presión que han tenido los trabajadores para lograr cambios reales. Con el pasar del tiempo, y entre anuncios noticiosos, comenzaron a aparecer excepciones en donde sí se permitiría el reemplazo, muestra clara de la nula voluntad del gobierno por fortalecer realmente la organización sindical. Afortunadamente para los trabajadores, esta semana apareció el fallo de la Corte Suprema donde se prohíbe la movilidad de empleados dentro de una misma empresa restando fuerza a la huelga. Los trabajadores exigimos que se le dé real poder a la huelga en todo efecto (no sólo en el marco de negociación colectiva) prohibiendo el reemplazo mientras ésta dure.

Si miramos de manera transversal los tres puntos que se analizaron, podemos sacar en conclusión que si no se realizan las modificaciones a favor de los trabajadores, el fantasma de las prácticas desleales y antisindicales seguirá rondando, dejando abierto el camino a los empleadores para seguir incurriendo en ellas. Se deben maximizar las multas, castigos u otras medidas que no sólo sancionen al empleador, sino que den mayor protección a los trabajadores, evitando efectivamente que estas acciones que atentan hacia la organización sindical sean tan recurrentes como hoy. Lo que está viviendo el Sindicato del Colegio GEA nos sirve, lamentablemente, como uno de muchos ejemplos que podríamos mencionar en este escrito donde los trabajadores ven vulnerado uno de sus derechos primordiales como lo es la organización y la lucha por mejorar sus condiciones de vida.

Hoy más que nunca debemos fortalecer la organización sindical desde los mismos trabajadores, para poder estar preparados para el gran debate y lucha que se viene en torno a la Reforma Laboral, cuyo envío ya fue anunciado para antes de terminar este año; más aún teniendo como antecedente, por un lado, a un ejecutivo que en el discurso “está” con los trabajadores pero que en el momento de legislar sigue protegiendo los intereses económicos del empresariado nacional , y por otro, una dirigencia de la CUT alineada con la Nueva Mayoría, más que con los trabajadores, a quien debería representarnos.

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