El Servicio Público

Estar a cargo de una comuna no significa ser el dueño o dueña de la misma

Por Wari

22/07/2012

Publicado en

Columnas

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Estar a cargo de una comuna no significa ser el dueño o dueña de la misma. Estar a cargo de una comuna requiere ser un servidor o servidora público/a ante todo. La actual legislación permite que los alcaldes tomen decisiones por sí, y ante sí, sin mayores consultas. Hay que agregar que la labor de los concejales es bastante limitada para ejercer una fiscalización real. Hoy, adicionalmente, la ley permite la reelección de alcaldes por períodos indefinidos lo que aumenta la tentación de apernarse en el poder y con el tiempo permitirse ciertos gustos personales que no dicen relación con lo que queremos los habitantes de esas comunas. Hoy, los ciudadanos y ciudadanas solo cuentan para la administración comunal, principalmente como contribuyentes. Para mí, los y las ciudadanas, somos personas y debemos ser escuchadas/os.

Hoy la ciudadanía, cada vez más consciente de nuestros derechos pero, por sobre todo, teniendo muy presente nuestros deberes y nuestras responsabilidades, requerimos ser partícipes de las decisiones sobre nuestros territorios. Para ello nos hemos preparado silenciosa y seriamente. Es un proceso continuo que día a día alimentamos. La ciudadanía capacitada y organizada constituye una potente herramienta capaz de transformar el planeta. Ahí está nuestra esperanza de futuro. Haciendo se hace ciudadanía. Lo contrario la retrasa. Educar es la clave, todos aprendemos de todos.

A lo largo de los últimos años, los ciudadanos hemos pasado de ser objetos de desconocimiento o “víctimas” de las decisiones de las autoridades comunales -y, a solo protestar por las decisiones-, a tener propuestas sobre lo que queremos en nuestros territorios, y hoy buscamos la incidencia en las políticas públicas que disminuyan la brecha entre las ciudades y comunas que queremos y las que efectivamente tenemos.

Llegó la hora que, en esta democracia representativa que tenemos, ya no podemos seguir votando por personas, por rostros, por publicidad callejera. Se trata de elegir PROGRAMAS. Programas que las autoridades traduzcan en metas durante su mandato con resultados asociadas a cada una de éstas, de modo que puedan ser evaluadas. Desde la ciudadanía, debemos ejercer la fiscalización ciudadana para que las promesas de campaña que nunca se cumplen, no sean más parte del escenario político comunal.

Somos sujetos de derecho y no solo de crédito o mercado. El acceso a nuestra ciudad es uno de ellos. Queremos que las ciudades se piensen para los habitantes y no los automóviles. Las necesitamos inclusivas, sustentables, luminosas y amables, donde la forma de habitarla que potencia nuestra identidad y pertenencia sea respetada. Quienes somos los protagonistas de la ciudad no podemos ser expulsados de nuestra historia para borrarla y construir sobre ella una nueva identidad barrial decidida por otros sin incluirnos.

¿Quiénes son los ciudadanos de hoy? Somos personas que han comprendido que sus preocupaciones y problemas no son endosables a otros, quienes al parecer, están más preocupados de las estructuras de poder que de los asuntos reales, tangibles y cotidianos de la gente. Hablo de personas que han sido sorprendidas porque en las ofertas de compra propuestas por las inmobiliarias no están sus desvelos, sus jardines, sus recuerdos, ni nada que posea un valor que no sea el fijado por el mercado controlado por ellas mismas. Descubren que el valor que le han agregado a su casa no vale nada. Descubren además que sí hay un valor agregado pero que quien lo cobra es el especulador urbano. Descubren que sus desvelos han sido para lucro de otros.

Hoy, los ciudadanos contamos con escasas herramientas que nos permitan defender nuestros barrios. Por lo mismo nos vemos convocados a ser parte de los gobiernos comunales para desde allí impulsar Programas Comunales, mediante los cuales efectivamente se fomente la vida a escala humana: Protección a la vida de barrio, el patrimonio cultural, la sustentabilidad, la planificación urbana en la cual existan personas y no solo automóviles, incluir la bicicleta como un medio de transporte y no solo para un fin recreativo, la educación y la salud pública, la dignidad de nuestros adultos mayores, la ciudadanía activa.

Llegó la hora de exigir Programas Comunales a los servidores públicos que aspiren a un cargo público, a representarnos. Este un camino recomendable para poder fiscalizar. No votemos más por personas. Votemos por Programas.

Por Josefa Errázuriz Guilisasti

Candidata a Alcaldesa de Providencia

El Ciudadano Nº126, primera quincena junio 2012

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