Falta una izquierda libertaria

El doble, triple y cuádruple estándar se le puede criticar a cualquier partido político en Chile en lo que respecta a los derechos humanos y las relaciones internacionales, o la carencia de estándares que no es lo mismo pero es igual

Por Wari

11/05/2012

Publicado en

Columnas

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El doble, triple y cuádruple estándar se le puede criticar a cualquier partido político en Chile en lo que respecta a los derechos humanos y las relaciones internacionales, o la carencia de estándares que no es lo mismo pero es igual. En esta isla de país la clase política es en general ignorante de, y reacia a, los avances civilizatorios que en términos de normas y costumbres se logran y persiguen en ese mundo al que los chilenos parecen aspirar con ansiedad. Pero lo que más molesta es que se hagan los suecos. Ni la UDI (no lo hizo Pinochet), ni la DC, hablan de los derechos humanos en China (y en la izquierda silencio total) cuando hay alguna visita protocolar o un tratado comercial que firmar. Al gigante que paga el sueldo de Chile, y donde el Premio Nóbel de la Paz está encarcelado, mientras crezca al 8% no lo toca nadie por pragmatismo o dogmatismo.

Los udi y los decé sólo hablan cuando se trata de Cuba. Los primeros porque en la isla vive el “enemigo natural” y viven también algunos de los que dispararon contra Jaime Guzmán, uno de los ideólogos de la más perversa dictadura del Cono Sur que ha sido convertido en mártir -con características divinas- porque fue asesinado al inicio de la transición a la democracia. Algún rato habrá que escribir sobre su participación en la dictadura cívico militar, más allá de que salvó de la muerte inminente a algunos afortunados. Los segundos, están impregnados aún del miedo a los barbudos de los años 60, de sus relaciones pasadas con la CIA y permanentes con el Vaticano, y exigen siempre que los representantes chilenos se reúnan con la disidencia cubana y que en lo local los partidos de izquierda se pronuncien contra las violaciones a los derechos humanos en Cuba. Ahora bien, esto último es más que razonable.

¿Cuándo será el día que los partidos de izquierda repudien las violaciones a los derechos humanos en Cuba? ¿Cuándo, fundamentalmente, el PC al que no se le puede desconocer su trayectoria democrática en el Chile del siglo XX, criticará la existencia del partido único, la casi nula libertad de expresión, el encarcelamiento prolongado por manifestarse en contra del régimen y la pena de muerte? ¿Cuándo habrá un partido de izquierda que defienda en el discurso y en las acciones los derechos humanos en cualquier parte del mundo? ¿Tendremos que esperar que los referentes de las nuevas generaciones, no militantes de partidos tradicionales, se institucionalicen para recoger este enorme patrimonio de la humanidad como norte y todas las otras luchas justas de los oprimidos? Se lo estoy preguntando y pidiendo a la izquierda porque a ella le corresponde.

Por ahora estamos lejos de una izquierda en Chile que tenga como eslogan “discriminados y discriminadas del mundo, uníos”. El secretario general del PC, Guillermo Tellier, dice que en Cuba hay restricciones a los derechos humanos, no violaciones. Una distinción del todo espuria. Envía condolencias al pueblo coreano por la muerte del “amado líder” Kim Jung Il, un criminal político que gobernó por 17 años con mano de hierro a un pueblo que lloró su muerte en organizadas y ridículas coreografías del poder televisadas. A Camila Vallejo estas condolencias le chocaron en su minuto, pero ha dicho y escrito hace poco que admira la “democracia” cubana.

No discuto como un hecho épico emocionante para la izquierda el triunfo de la revolución cubana y la imagen de Fidel y Cienfuegos entrando en tanque a La Habana. No soy un pacifista y estuve por responder con balas al policidio de la dictadura cívico militar que hacía desaparecer gente, que quemaba jóvenes en la vía pública y que impregnaba de un miedo enceguecedor a la población en general. Pero todo cambia: hacia fines de los ochenta todavía sentía un sabor amargo al criticar a Cuba. Pero todo cambia y que yo cambie no es extraño, felizmente. Mientras más me adentraba en la memoria sobre los crímenes de la dictadura más se afianzaba mi postura en una convivencia basada en el respeto a las personas, los diversos colectivos humanos y sus derechos.

¿Qué es la gente en la calle y los movimientos sociales hoy en Chile y el mundo sino una manifestación del reclamo y la lucha por la conquista de derechos de tercera generación como los económicos, sociales y culturales? ¿Cómo seguir defendiendo revoluciones que estancaron los derechos de primera generación? Los parrilleros del PS no lo hacen mucho mejor con su lealtad hacia la RDA que los recibió como exiliados.

OK, todos tenemos pasado, pero transcurridos 17 años de dictadura y 21 de gobiernos civiles de corte electoral debiera haber un referente político de izquierda libertario, que abogue por la causa verde, por la causa mapuche y los pueblos originarios del mundo, por la causa de las minorías sexuales [1], por el derecho a las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos, por la laicización de las instituciones y la vida pública, por un nuevo orden social donde quepamos todos y todas, que esté en todas las luchas civilizatorias, que tenga contacto con los y las líderes que han guiado procesos de liberación, que tenga contacto con pequeñas comunidades que a través del mundo luchan del lado de los explotados. Pero lo que buscas está en el PPD dirán algunos, pero si está Marco Enríquez-Ominami dirán otros. No sé si me entienden, pero no me alcanza.

Por Marco Ensignia Zapata

Publicado el 9 May, 2012

NOTA:

[1] El acercamiento entre Gladys Marín y Pedro Lemebel es reciente, antes de eso solo hubo una izquierda homofóbica.

Publicado en ballotage.cl

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