Grecia: Un prototipo de Golpe de Estado Neoliberal

Analistas europeos han caracterizado lo sucedido en Grecia e Italia como un “Golpe de Estado Blanco” de los círculos financieros europeos

Por Director

19/11/2011

Publicado en

Columnas

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Analistas europeos han caracterizado lo sucedido en Grecia e Italia como un “Golpe de Estado Blanco” de los círculos financieros europeos. “Son los banqueros de la Unión Europea que con pleno desprecio del mandato popular se han tomado directamente el poder”, afirma el académico griego Stathis Kouvelakis (1). En el caso griego, dicho de manera bruta, es como si en un período de crisis financiera y especulativa con descontento popular y movilizaciones sociales en alza, el parlamento binominal chileno bajo presión de gobiernos extranjeros y de los poderes o mercados financieros internacionales acordara nombrar a Hernán Büchi o a Rolf Lüders como reemplazante de Piñera.

Mario Monti, el recién nombrado Primer Ministro italiano en lugar de Berlusconi y Lucas Papademos, reemplazante del griego Papandreu, son tecnócratas salidos directamente de las elites financieras y la banca europea; son ejecutivos, administradores y académicos (cuadros orgánicos del capital financiero) con redes de apoyo en el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

La amenaza constante de los mercados que pesa sobre las democracias de España, Irlanda, Portugal, Italia y Grecia fue calificada hace alguno meses como “terrorismo financiero” por el Presidente de la Junta de Andalucía, España.

Por supuesto que en Grecia hubo, después de la proposición de plebiscito de Georges Papandreu —quien fue humillado en el encuentro del G20 en Cannes el 26-27 de octubre—, un “acuerdo nacional” entre los sectores neoliberales del partido socialista griego Pasok (aún mayoritario en el parlamento) con la derecha (Nueva Democracia) y la extrema derecha (Laos).

Pero más determinante que las maniobras politiqueras destinadas a alejar la amenaza de un plebiscito popular para calmar las bolsas y la cólera de Angela Merkel y de Nicolás Sarkozy —cuyo resultado hubiera sido el rechazo ciudadano de las condiciones antipopulares para el pago de la deuda impuesta por los gobiernos de Alemania y Francia— fue la presión de estos últimos junto con los “mercados” financieros quienes impusieron a Lucas Papademos.

El actual Premier griego L. Papademos fue vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) de 2002 a 2010, miembro de la Comisión Trilateral (poderoso Think Tank neoliberal planetario), Director del Banco Central de Grecia entre 1994 y 2002 y, en tales circunstancias, uno de los promotores de la entrada de Grecia en la zona euro junto con su tutor político, el ex Primer ministro socialista griego “modernista” Costas Simitis. Este es considerado el principal ideólogo del neoliberalismo en Grecia y es un íntimo de las elites financieras y empresariales alemanas.

Stathis Kouvelakis escribió en un artículo reciente: “Precisemos del comienzo: al contrario de la impresión que los medios internacionales han querido dar, no fue el anuncio sobre las decisiones de la Cumbre Europea del 26-27 de octubre el que precipitó los acontecimientos en Grecia, sino la situación pre insurreccional en la cual estuvo sumergida el país en las jornadas del 19 y 20 de octubre.”

Kouvelakis, profesor de filosofía política en el King’s College de la Universidad de Londres, explica: “Es a esta situación de movilización social casi insurreccional que intentaba responder la iniciativa de alto riesgo de convocar a un Referendo que le costó el cargo a Papandreu.”

Los ciudadanos griegos se consideran un conejillo de indias en el “tratamiento o terapia de shock” que las clases dominantes han decidido aplicarle a los pueblos europeos. Ya Naomi Klein había hecho el diagnóstico y analizado la “mise en scène” en su libro acerca del neoliberalismo publicado el 2008. Para la analista política del neoliberalismo, el llamado “tratamiento de choc” neoliberal aplicado por las clases dominantes es “indisociable de los desastres” (el provocado por el Golpe militar de Pinochet por ejemplo). No puede aplicarse en un marco político institucional normal y por eso requieren de un “estado de urgencia” (que en el caso chileno llevó a un “Estado de excepción” que suspendió el derecho, asesinó a opositores e impuso una nueva Constitución neoliberal).

Un paso más en la visión neoliberal del mundo ha sido dado al considerar que los Estados como las empresas pueden estar en quiebra, interviniéndolos y despojándolos de su soberanía. Lo peor, esta crisis se ha producido cuando los Estados han querido salvar a los bancos privados de la crisis especulativa financiera en la cual se han sumergido. En el libro Hay Alternativas, tres economistas españoles escriben (2): “Pero hay que tener en cuenta también el más importante problema de la deuda privada, de los hogares y de las empresas, como resultado del descenso de la capacidad adquisitiva de la población a consecuencia de las políticas neoliberales que causaron un descenso continuado de las rentas del trabajo (salarios)”.

En el caso europeo de los 27 países que forman parte de la Unión Europea, son las instituciones del Directorio franco-alemán quienes son los amos y operadores de la situación. Esta situación nueva, en la que una especie de neocolonialismo franco-alemán europeo sobre “protectorados económicos” surge en Europa, todavía no es reconocida por amplios sectores de demócratas europeos plantea Kouvelakis.

La ciudadanía griega; sus sindicatos, partidos, estudiantes, movimientos y comerciantes percibieron claramente que el acuerdo de mayo entre el Gobierno y la troika (FMI-BCE-Comisión Europea) significaba que por primera vez el pillaje de las riquezas del país estaría legitimada por su propio gobierno debido al abandono de la soberanía nacional en caso de insolvabilidad. La indignación de la población griega ha ido en aumento puesto que muchos medios europeos la tratan de “floja”, “derrochadora” y de “poco dispuesta a hacer sacrificios”.

Al respecto, en un artículo en el New York Times del 29 de junio 2011, el historiador británico especialista en historia griega contemporánea Mark Mazower (3) recordaba a las opiniones públicas que solamente glorifican a Grecia Antigua (siglo V A de J) que en el curso de los últimos doscientos años Grecia moderna ha estado muchas veces en la “vanguardia de la evolución europea”. Así fue cuando se lanzaron en una guerra de independencia llamada la Revolución de 1821. Entonces fueron los primeros en emanciparse del Imperio Otomano y sacudir el orden de la Santa Alianza. Además, en 1940, las victorias de los griegos contra las tropas de Mussolini y sus luchas masivas contra las tropas de ocupación nazi-alemanas fueron puntas de lanzas en el combate antifascista y las resistencias para toda Europa.

Y al sublevarse y derrocar la Dictadura de los Coroneles en 1974 mostraron el camino de la lucha democrática, al pueblo portugués, español, sur coreano, filipino y también al chileno que vivían una opresión similar. Y ahora Grecia “podría retomar el hilo de su Historia y dar una vez más la señal de la sublevación. Esta vez contra la dictadura financiera, los negociantes y sus patéticos comisarios políticos” afirma por su parte Kouvalakis.

Por Leopoldo Lavín Mujica

(1) Stathis Kouvelakis, Grèce : coup d’État européen face au soulèvement populaire, Grèce : coup d’État européen face au soulèvement populaire

(2) Hay Alternativas, (www.sequitur.es), Vicenç Navarro, Juan Torres López, Alberto Garzón Espinosa

(3) The New York Times, Democracy’s Cradle, Rocking the World, por Mark Mazower

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