Ideologías en el ámbito animalista

La cuestión de los Derechos Animales es un tema controversial en el mundo occidental, existen opiniones divididas y una serie de movimientos que sostienen ideologías diferente

Por Leonardo Buitrago

11/11/2020

Publicado en

Columnas

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Por Nicole Sandoval Cañas

Existen tres tipos de ideologías que predominan en el ámbito animalista: bienestarismo, neo-bienestarismo y abolicionismo. En este ensayo pretendo hacer un breve análisis de cada ideología, y concluir cuál de ellas deberíamos adoptar si nos importan los Derechos Animales.

Evolución del pensamiento moral sobre los demás animales

La cuestión de los Derechos Animales es un tema controversial en el mundo occidental, existen opiniones divididas y una serie de movimientos que sostienen ideologías diferentes. No es un tema moderno o contemporáneo, pues se remonta incluso desde la Grecia antigua, exponentes como Pitágoras, Porfirio, Plutarco y Theopastrus. Es en la Edad Moderna que el pensamiento moral sobre los animales empieza a evolucionar y es abordado por distintos filósofos, como: Emmanuel Kant, John Locke y Arthur Schopenhauer.

La cultura occidental antes del siglo XIX no reconocía que los animales fueran sujetos de consideración moral, pues se creía que eran “máquinas con movimiento” hechas por Dios sin alma, carentes de la facultad de sentir o pensar. El primer filósofo de la Edad Moderna que se oponía a esa creencia fue Emmanuel Kant (1724 – 1804), quien reconocía la capacidad de sentir en los animales, pero negaba que la humanidad tuviera alguna obligación moral directa con ellos. Kant afirmaba que los animales sólo existen como medios para nuestros fines, a diferencia de los seres humanos que son fines en sí mismos, y no pueden ser usados exclusivamente como un medio para satisfacer intereses ajenos. En su libro “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”, sostenía que únicamente los humanos tienen valor moral inherente; porque pueden razonar, ser conscientes de sí mismos y reflexionar sobre las normas morales.

La revolución en el pensamiento moral sobre los animales ocurrió con el filósofo utilitarista Jeremy Bentham (1748 – 1832), quien sostuvo en su libro “The Principles of Morals and Legislation” que la humanidad tenía una obligación moral directa con los animales. Su famosa frase: “La cuestión no es ¿pueden razonar? o ¿pueden hablar?, sino ¿pueden sufrir?” generó un cambio de paradigma, porque se reconocía que los animales tenían el interés en no sufrir o evitar el daño. Las ideas de Bentham fueron recogidas por el filósofo utilitarista Peter Singer (1946), que las afinó en su libro “Liberación Animal”. Singer es conocido como un referente de los Derechos Animales, pero su postura es opuesta a la ética de derechos, pues se basa en el utilitarismo. Su filosofía sostiene que no existe un problema moral en explotar a otros animales o incluso matarlos, porque en su opinión no tienen un interés genuino en seguir existiendo (a diferencia de los humanos), sino que sólo quieren evitar el sufrimiento. Por tanto, Singer establece una jerarquía moral: los intereses de los humanos tienen un lugar privilegiado frente a los intereses de los animales.

Tom Regan (1938 – 2017), fue un filósofo y profesor de Filosofía estadounidense, es autor de cuatro libros sobre la filosofía de los Derechos Animales. El libro más influyente y revelador fue “The Case for Animal Rights”, porque adopta una postura absolutista y deontológica de Kant sobre la ética, pero realiza una crítica a la suposición de que sólo los seres racionales tienen valor moral, y merecen respeto moral absoluto. Regan objeta esa suposición, afirma que el estatus moral no depende de la capacidad de razonar, de comprender las normas morales o de tener una idea sobre el valor inherente, sino de la capacidad de ser un “sujeto de una vida”, es decir, un ser que tiene deseos, una vida emocional, creencias, sentido del futuro, propósitos y una identidad propia a lo largo del tiempo. Pero finalmente Regan establece un tipo de jerarquía moral; lo fundamenta en una supuesta capacidad de experimentar más satisfacciones futuras en los humanos. Por tanto, al igual que Singer privilegia a los seres humanos sobre el resto de animales.

El gran giro en el pensamiento moral sobre los animales, sucedió con el trabajo e investigación del profesor y abogado estadounidense Gary  Francione (1954), quien postula un enfoque absolutista y deontológico que prescinde de las jerarquías morales; señala que la capacidad de sentir o la sintiencia, es el único criterio relevante para el estatus moral, sin importar la capacidad de raciocinio o de experimentar más sucesos satisfactorios en el futuro. Francione comparte al igual que Kant y Regan el valor inherente, pero lo extiende a todos los seres con capacidad de sentir; si un ser es sintiente, entonces tiene un valor moral absoluto. El autor postula que todos los animales con capacidad de sentir, deben ser tratados moralmente de manera igual; sus intereses básicos o relevantes deben ser considerados al mismo nivel, pues son los mismos intereses, aunque se den en individuos diferentes. Esto lo llevó a postular el enfoque abolicionista de los Derechos Animales, basado sólo en la capacidad de sentir y en un único derecho absoluto: el derecho a no ser tratado como propiedad.

Las posturas de Bentham, Singer, Regan y Francione, fueron tomadas por distintas organizaciones desde finales de los años setenta, que originaron diferentes tipos de movimientos que dicen defender a los animales. Hay tres ideologías que predominan en el ámbito animalista: bienestarismo, neo-bienestarismo y abolicionismo.

Tres movimientos: tres ideologías

En las definiciones siguientes me baso en los libros de Gary Francione y en su blog personal, donde explica las diferencias significativas entre la teoría y la supuesta práctica de los Derechos Animales.

El bienestarismo es una ideología de tipo consecuencialista, porque se basa en las consecuencias o efectos que genera la explotación animal (peletería, avícola, láctea, zoológicos,), esto es, el sufrimiento deliberado; causado por la violencia física y psicológica. Los bienestaristas creen que los humanos tienen un deber moral de no infligir sufrimiento innecesario a los animales, pues reconocen en ellos el interés de evitar el sufrimiento o el daño. Por tanto, se preocupan de las condiciones o las políticas de bienestar animal. Ejemplo de bienestarismo son las campañas que buscan regular la explotación animal, por medio de políticas públicas: mejoramiento de jaulas, transporte, sacrificio, etc.

Existe una variante del bienestarismo clásico conocido como neo-bienestarismo, son los nuevos bienestaristas que postulan que el fin de su movimiento es la abolición de la explotación animal, pero los medios o estrategias que utilizan son de corte bienestarista. Un ejemplo de neo-bienestarismo son las campañas monotemáticas de la famosa organización Peta: People for the Ethical Treatment of Animals, que buscan prohibir determinadas formas de explotación animal (rodeo, zoológicos, circos con animales,) por medio regulaciones.

Abolicionismo

Por último, tenemos la ideología abolicionista propuesta por Gary Francione, como una necesidad de compromiso y coherencia si los animales importan moralmente. Esta ideología es una extensión de la postura abolicionista surgida en Inglaterra en el siglo XVIII, que tenía por objetivo eliminar el estatus de propiedad que padecían los esclavos negros. El abolicionismo se diferencia de manera radical y está al otro extremo de las dos primeras, pues es partidaria de una ética deontológica de derechos morales o inalienables que tienen los animales con capacidad de sentir. Lo que defiende es que debemos rechazar la explotación animal en sí misma, independiente del trato o las condiciones en que se lleve a cabo. Según los abolicionistas, si nos basamos en el principio de igualdad, no existe una razón moral que justifique excluir al resto de animales de la consideración moral, pues ellos tienen un interés genuino en seguir existiendo, evitar el daño y en ser libres.

Los abolicionistas sostienen que existe un prejuicio milenario denominado especismo, que nos inculcan desde temprana edad por medio de la educación. Este prejuicio excluye a los animales de la consideración moral (homólogo al sexismo, xenofobia, racismo,) y es la causa directa de la explotación o uso de animales. Por tanto, los abolicionistas pretenden abolir la explotación animal por medio de un activismo pacífico (similar a como activaron los abolicionistas de la esclavitud negra), esto es: educación vegana creativa y no-violenta. El imperativo moral o principio fundamental que defienden es el veganismo; un principio moral que se opone a la explotación o uso de animales. En palabras de Francione:

“Si los animales importan moralmente, entonces ser vegano no es una opción sino una necesidad. Es un imperativo moral. Si no eres vegano, estás participando directamente en la explotación de animales”.

Negocio animalista

Hay tres aspectos del movimiento bienestarista y neo-bienestarista que no he mencionado anteriormente: sus ideologías resultan ser rentables. Esto ha sido motivo de denuncia y crítica constante por parte de los abolicionistas, porque las grandes organizaciones reciben dinero por medio de donaciones y coaliciones, trabajan en conjunto con las mismas industrias o empresas que explotan a los animales. Lo que hacen es auto-financiarse a sí mismas y a sus dirigentes, se sirven de las desgracias de los animales para beneficiarse a sí mismas. Las organizaciones venden una idea de marketing; la promesa que ellos ayudarán o defenderán a los animales, pero necesitan de las donaciones para llevarlo a cabo. Las organizaciones bienestaristas y neo-bienestaristas, defienden una ideología que esconde sus verdaderos intereses y además implantan una falsa conciencia; implantan un problema y luego venden la solución.

Conclusión

No podemos escapar o alejarnos de la ideología, pues todas las posturas e incluso el ámbito de la ciencia se basan en un sistema de ideas. Para alejarnos de la ideología tendríamos que alejarnos de las propias ideas, pero esto no es posible. Por tanto, nos queda elegir si la ideología adoptada se basará en prejuicios y errores, o se basará en hechos empíricos y en la lógica. Por muy perniciosa, irracional e incoherente que pueda ser una ideología en concreto, no es propio del concepto mismo. Una ideología que se base en la razón, en la lógica y en los hechos, puede dar lugar a ideas justas, racionales y objetivas.

Bienestarismo y neo-bienestarismo, parecen ser posturas dogmáticas respecto al conocimiento, pues aceptan ciertas creencias sin cuestionarlas o no verifican si tienen concordancia con la realidad. Por ejemplo: la evidente contradicción de fines y medios en la ideología del neo-bienestarismo. Por el contrario, el abolicionismo parece ser una postura criticista, es decir, reflexiva y critica con sus propios lineamientos y de las demás.

Si analizamos los fundamentos del abolicionismo, éstos se basan en hechos empíricos y en la razón. Primero, el hecho empírico de la sintiencia no se considera de manera parcial como lo hace el bienestarismo; que sólo reduce la cuestión moral al mero sufrimiento. Los animales (incluyéndonos) tenemos otras sensaciones e intereses, además de sentir dolor y evitar el daño. Segundo, se teoriza acerca de las causas de la explotación animal y sus soluciones. Tercero, existe coherencia de principios y se aplica tanto a los medios como a los fines.

La ideología del abolicionismo resulta ser justa, racional y objetiva. Es justa porque se basa en el principio de igualdad y en el respeto al valor inherente de los individuos. Es racional porque se basa en evidencias empíricas, históricas, en la razón y en la lógica. Es objetiva porque reconoce la causa de la explotación animal (especismo) y aplica una solución que corresponde (educación vegana). Si defendemos los Derechos Animales, el veganismo debe ser la base de cualquier campaña o proyecto que pretenda defender su dignidad.                                                                 

Sin veganismo, es como defender los derechos humanos y aceptar la esclavitud humana.

 Por: Nicole Sandoval Cañas, estudiante de filosofía y actual presidenta de la organización chilena «Defensa Animal». 

@nicoleactivista en Twitter, Instagram y Facebook.

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