Irán, el eslabón clave de la cadena en Medio Oriente

El potenciamiento y creciente rol político que Irán ha estado construyendo en la región, es consecuencia de un acercamiento a países que han estado liderando el cuestionamiento al mundo unipolar hegemonizado por Estados Unidos y el otanismo europeo. Sus relaciones privilegiadas con la Federación Rusa y China se han incrementado y alcanzado una estatura cualitativa muy relevante.

Irán, el eslabón clave de la cadena en Medio Oriente

Autor: El Ciudadano

Por Carlos Gutiérrez P.

Una vez derrocado el gobierno de Assad, y el comienzo del desmembramiento del Estado y la repartición territorial de Siria, toda la atención del hegemonismo unipolar encabezado por Estados Unidos y su socio israelí en la zona se concentran en Irán, el último escollo para su favorable reconfiguración geopolítica de la región.

Ante esto, es necesario repasar cuáles son las condiciones particulares que hacen de Irán este eslabón clave:

  • Una ubicación privilegiada entre el mar Caspio y el Golfo Pérsico, siendo este una ruta vital en el transporte marítimo del petróleo, ya que en su entorno están los principales productores del recurso.
  • Fronteras con Irak, Turquía y la cadena euro asiática. Es una conexión hacia el Cáucaso y principalmente entre el Medio Oriente y el Asia central. Una puerta de entrada a toda la cadena de países ex miembros de la Unión Soviética y frontera terrestre con la Federación Rusa.
  • De las mayores reservas mundiales de petróleo y gas natural. En el gas tiene la segunda reserva más grande del mundo, pero que no puede explotar a plenitud debido a las sanciones. Sus principales socios en este ámbito son Rusia y China en cuanto a inversiones para explotación y modernización.

Actualmente posee gasoductos regionales muy importantes, uno que suministra hacia Irak y Turquía, y otro más débil hacia Pakistán e India. De hecho, junto a Rusia se han manifestado intenciones de construir un gasoducto que sería fundamental para Europa, tanto en cantidad como en precios.

  • Es un país con 90 millones de personas, el más poblado de toda la sub región, y un ejército de un millón de soldados.
  • Crisol cultural y religioso, con mayoría chiita, minorías sunita, cristiana, judía y zoroástrica, con una mezcla de pasado persa y presente islámico.
  • Es una república islámica desde 1979 a propósito de la revolución contra la monarquía de los Reza Pahlavi, tiene un presidente elegido por votación popular y un líder supremo religioso de gran influencia contingente.
  • Con el proceso iniciado por la revolución, su orientación en política internacional se distanció de Occidente, especialmente de Estados Unidos, con el cual entra en una crisis importante entre los años 1979 y 1981 en la llamada Crisis de los Rehenes.
  • Su enemistad con Estados Unidos se prolonga por el apoyo de este a Irak en la invasión que realizó en 1980 que llevó a una guerra de 10 años. Desde 1979, Estados Unidos considera a Irán un Estado patrocinador del terrorismo y no mantienen relaciones diplomáticas.
  • Pasa a tener una influencia muy importante en Medio Oriente, especialmente a través de los apoyos a los grupos insurgentes Hezbollá y Hamas, en el soporte a la resistencia palestina, y desde 2015 en el sostenimiento del gobierno de Assad en Siria, junto a Turquía y Rusia, que enfrentaba los ataques de Estados Unidos y el apoyo otanista de Europa.

La mayor presión estadounidense sobre Irán se ha ejercido desde el momento del importante rearme y potenciamiento de sus fuerzas armadas iniciado con fuerza en la segunda década del siglo XXI, particularmente de su programa nuclear, que ha llevado a la aplicación de un conjunto fuerte y permanente de sanciones, a la cual se sumó la Unión Europea.

Las más intensas son en el ámbito económico, como la prohibición de exportación de petróleo (que es su principal fuente de ingresos), restricciones bancarias (está descolgado del sistema Swift para transacciones internacionales), bloqueo a empresas extranjeras que puedan generar negocios en sectores claves como la energía, la banca y el transporte.

Los impactos de estas restricciones en la situación económica y social de Irán son bastante profundos, y generan un ambiente tenso en lo político, que es uno de los flancos débiles del gobierno actual. Así también la disputa abierta que dejó la muerte del presidente Ebrahim Raisi y la futura sucesión del líder religioso Jamenei.

Según datos no oficiales, la inflación supera el 40 %; la devaluación de la moneda nacional, el Rial, equivale a un dólar igual a 500.000 riales en el mercado negro; escasez notoria de medicinas y tecnologías; las exportaciones de petróleo cayeron de 2,5 millones de barriles /diarios en 2017 a un millón en 2024. Las restricciones a las ventas se evaden vendiendo a Rusia, China y Venezuela.

A pesar de la crudeza en los efectos de las sanciones y el largo período que llevan aplicándose, no han tenido efecto en la modificación de la política internacional, particularmente en la influencia regional ni en su programa nuclear.

Sobre su influencia en la región, hoy es el aliado más importante en la lucha del pueblo palestino y enemigo declarado de Israel. Esto lleva también a que tiene tensas relaciones con los estados árabes de la región, como Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein en el Golfo Pérsico; Arabia Saudita por la competencia en la influencia regional y diferencias religiosas; con Turquía por la competencia en la proyección regional hacia el Cáucaso; con Azerbaiyán por disputa fronteriza y la influencia turca.

Como se puede apreciar, está rodeado de posibles enemigos que tienen sus propias aspiraciones para una derrota estratégica de Irán.

Desde el momento en que se despejó el enclave sirio para los intereses de Israel y Estados Unidos, claramente el próximo objetivo es la caída del régimen en Irán. Ya tuvieron el primer intercambio militar directo entre ambos países, con los ataques de drones y misiles en abril del año 2024 y operaciones encubiertas y actos de sabotaje que apuntaron a líderes militares y órganos de inteligencia.

Ese encontrón militar permitió dibujar el alineamiento regional, ya que los ataques realizados por fuerzas israelíes, estadounidenses y británicas, contó con la cooperación activa o pasiva de varios países árabes, como Qatar, Jordania, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

La escalada del conflicto entre Israel y las fuerzas palestinas ha tenido en Irán a un soporte clave en materia de información, sistemas de armas y logística facilitada a los grupos insurgentes de Hamas y Hezbollá, así como a los hutíes de Yemen.

El potenciamiento y creciente rol político que Irán ha estado construyendo en la región, es consecuencia de un acercamiento a países que han estado liderando el cuestionamiento al mundo unipolar hegemonizado por Estados Unidos y el otanismo europeo. Sus relaciones privilegiadas con la Federación Rusa y China se han incrementado y alcanzado una estatura cualitativa muy relevante.

En estas tensiones con el mundo unipolar, sus intereses comunes abordan temas de seguridad, energía y comercio. El 26 de marzo se sometió a ratificación en el parlamento ruso el Tratado de Asociación Estratégica Integral entre Rusia e Irán, que aborda los ámbitos de defensa, lucha antiterrorista, energía, finanzas, transporte, industria, agricultura, cultura, ciencia y tecnología.

A esto debe sumarse la integración iraní a espacios multilaterales que le permiten cooperación política, diplomática y también económica como la Organización de Cooperación de Shanghai de la cual es miembro pleno desde el año 2021. Con la creciente y cada vez más determinante asociación de los BRICS, habiendo sido aceptado en 2024.

En ambos espacios se encuentra con Rusia y China.

En cuanto a la cooperación militar y de seguridad, con Rusia cooperaron en el apoyo al gobierno sirio en 2015, el uso de drones de fabricación nacional por parte de Rusia en la guerra con Ucrania y la venta de sistemas de defensa rusas S-300 y S-400, con nuevas tecnologías.

En cuanto a China, en el año 2021 firmaron un acuerdo de cooperación estratégica de 25 años que incluye temas militares y tecnológicos. También ha adquirido armamento chino de última generación.

Los tres países han realizado maniobras conjuntas navales en el océano Índico y el Golfo Pérsico.

Para el ámbito económico y comercial, Rusia y China son sus principales compradores de petróleo y gas; Rusia le ayuda en la elusión de sanciones, particularmente las financieras; China tiene comprometidas inversiones en infraestructura por 400 mil millones de dólares. Ambos países usan monedas nacionales en el intercambio comercial, yuanes y rublos, evitando así el dólar. Y entre los tres, su plan más ambicioso, el proyecto energético de gasoducto Power of Siberia.

Toda esta nueva situación hace que la tensión entre Estados Unidos-Israel-OTAN contra Irán sea de muy peligrosos alcances.

Irán hoy es una potencia militar a nivel regional, tiene acuerdos con los otros dos grandes poderes de alcance global y sobre todo una determinación muy sólida en su lucha soberana y en no aceptar negociaciones bajo amenazas.

A fines de marzo, el economista Jeffrey Sachs advirtió sobre una posible agresión de Estados Unidos hacia Irán. Por esos mismos días afirman que la inteligencia rusa también avisó a Irán de un ataque inminente.

El presidente Donald Trump envió una carta al gobierno iraní que exigía el desmantelamiento completo de los misiles balísticos de largo alcance, el cese total de su programa nuclear y el cese del apoyo a los grupos insurgentes de la región, concluyendo con una abierta amenaza en caso de no cumplimiento. El líder espiritual, Ali Jamenei, le respondió muy altivamente afirmando que no aceptaba las amenazas y que habría una respuesta ante cada golpe estadounidense.

La soberbia de palabra del imperio ha sido acompañada con movimientos militares, como el traslado de aviones bombarderos estratégicos B-2 a la isla-base Diego García en el océano Índico.

Irán, a su vez, se prepara con todo su potencial bélico, particularmente su sistema de misiles en instalaciones subterráneas capaces de resistir ataques aéreos, que comprenden los anti buques, anti aéreos y balísticos. Entre ellos, ataques a la isla Diego García con misiles balísticos y aviones no tripulados.

Junto a todo ese moderno equipamiento militar, el disuasivo más importante es el proyecto nuclear iraní que tuvo un salto fundamental en junio del año 2024, cuando hicieron entrar en funcionamiento 135 nuevas centrifugadoras, las que una vez completadas podrían construir varias armas nucleares en un mes. El 23 de marzo el canciller iraní, Abbas Araghchi, declaró que no renovarán el acuerdo nuclear en su forma actual, ya que ha logrado un desarrollo significativo en la esfera nuclear, señalando de paso que no le importaban las expectativas del gobierno estadounidense al respecto, ya que actúan en beneficio de sus propios intereses.

Simultáneamente, hay indicios que desde 2003 se ha trabajado en un programa secreto de defensa nuclear que habría convertido a este país en el único en tener un escudo de defensa nuclear completa.

Irán es un país difícil de invadir por tierra, las fronteras terrestres más complejas para Irán se encuentran al norte (Azerbaiyán), y al oeste (Turquía), que no son muy extensas, pensando en la neutralidad de Irak, por lo tanto, con muchas limitaciones en esta variante. Por mar es aún más difícil, por la estrechez de Ormuz y el propio golfo. Eso hace que las amenazas de Estados Unidos e Israel se basen en ataques aéreos de destrucción, más no de ocupación, al no disponer de plataforma para ese tipo de operación. Excepto que logren convencer a Turquía como el guerrero proxy.

Recientemente, en su viaje por la región, el Secretario de Estado de Estados Unidos aseguró que se ha llegado a un acuerdo con Turquía para contener la influencia iraní en la región.

Una guerra contra Irán haría tambalear la economía estadounidense y una crisis severa a nivel mundial ya que impactaría notablemente en los precios del petróleo, su extracción y distribución; la vía del estrecho de Ormuz se vería interrumpida; la infraestructura petrolera del Golfo se vería atacada, especialmente la de Arabia Saudita.

Además, la incertidumbre de cuántos otros actores podrían verse arrastrados producto de acuerdos y tratados, intereses particulares y odios ancestrales, que abriría efectivamente una coyuntura de descontrol mayúsculo.

Pero, en estos tiempos de monstruos, parece que lo impensable e imposible sí puede ser cierto.

Por Carlos Gutiérrez P.

Carta Geopolítica 38, 1/4/2025

El Centro de Estudios Estratégicos de Chile -CEECH- espera sus opiniones y sugerencias en
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