La Concertación debe explicaciones (IX)

El liderazgo de la Concertación debiera explicarle también al pueblo chileno porque abandonó una de las políticas económicas claves que definen a un liderazgo de centroizquierda: la búsqueda de mayor justicia en la distribución del ingreso

Por Wari

22/09/2010

Publicado en

Columnas

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El liderazgo de la Concertación debiera explicarle también al pueblo chileno porque abandonó una de las políticas económicas claves que definen a un liderazgo de centroizquierda: la búsqueda de mayor justicia en la distribución del ingreso. Particularmente en un país que luego de las políticas regresivas de la dictadura había quedado entre los peores del mundo en la materia.

Así, incluso cuando en la década de los 90 Chile experimentó una alta tasa de crecimiento económico, nuestro país continuó sufriendo una escandalosa desigualdad en la distribución del ingreso. En efecto, de acuerdo a la propia encuesta Casen la desigualdad entre el 20% más rico y el 20% más pobre aumentó, entre 1990 y 1996, de 12,9 a 13,8. (Ver Patricio MellerPobreza y distribución del ingreso en Chile (Década de los noventa); en Paul Drake e Iván Jaksic (Compiladores) – El modelo chileno. Democracia y desarrollo en los noventa; Edic. Lom; 1999; p. 52). Además, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial de 1996 sobre la distribución del ingreso en 65 países en desarrollo, Chile quedó en el séptimo peor lugar, similar a países como Guatemala, Kenya y Sudáfrica, y siendo “superado” solo por Brasil en América Latina. (Ver Meller; p. 51) Y, lo que es todavía más sintomático, de acuerdo a un estudio del BID de 1998, al excluirse los ingresos del 10% más rico de la población, ¡Chile quedaba con una de las distribuciones de ingreso más equitativas del planeta! (Ver Meller; p. 53).

Durante la década pasada nuestra situación empeoró aun más. De este modo, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial de 2005 sobre 124 naciones, Chile ocupó el duodécimo peor lugar, compartiendo posiciones con Namibia y Suazilandia; y por debajo de países como Zimbawe, Bolivia, Zambia, Nigeria y Malawi. (Ver Marcel ClaudeEl retorno de Fausto. Ricardo Lagos y la Concentración del Poder Económico; Edic. Política y Utopía, 2006; p. 146).

Además, los datos aportados por la encuesta Casen de 2006, en el sentido que la desigualdad en la distribución del ingreso habría disminuido significativamente en nuestro país, han sido reiteradamente denunciados como fruto de una gigantesca falsificación estadística, por los investigadores Marcel Claude y Juan Pablo Moreno; sin ser nunca desmentidos (Ver especialmente www.generacion80.cl, 25-7-2007 y El Ciudadano, N° 52, Diciembre, 2007; respectivamente).

La falsificación estaría demostrada, de acuerdo a ellos, por la enorme subestimación del ingreso total de los chilenos efectuada por la Casen respecto de los datos del ingreso nacional aportados por el Banco Central. Aquella representaría ¡el 41% del ingreso nacional de acuerdo a Claude; y 35 mil millones de dólares de acuerdo a Moreno! Ello significaría una subestimación grosera de los niveles de ingreso del 10% de la población más rica de nuestro país.

Ya Marcel Claude estimaba que había una presentación totalmente distorsionada de los propios  datos de la Casen al exhibirlos como ingresos familiares y no per cápita. Al tener mucho más hijos las familias más pobres, las diferencias reales entre los ingresos del 10% de las personas más ricas y pobres habrían quedado en 53, y no en 31 como lo presentaba la Casen. Y ajustando los datos de la Casen a los del Banco Central las diferencias reales entre los 10% más ricos y pobres subirían de 31 a 88 en el segundo caso; ¡y de 53 a 148 veces en el primero! Es decir, mostraría “a Chile como el país con la mayor desigualdad del planeta”. (Claude; op. cit.)

Lo más sintomático, a este respecto, han sido las políticas de “autocensura” de los líderes concertacionistas y de los principales medios de comunicación respecto de las gravísimas denuncias efectuadas por ambos investigadores. En el caso específico de Juan Pablo Moreno, sus denuncias las efectuó incluso en un seminario de Chile XXI, ante la presencia de diversos dirigentes, profesionales y parlamentarios de la Concertación, los que no solo lo ignoraron completamente en el momento sino que han guardado hermético silencio hasta hoy. Asimismo, el notable interés demostrado por los numerosos periodistas que cubrían el seminario se estrelló con el también hermético silencio de sus respectivos medios. Y su publicación en El Ciudadano de diciembre de 2007 le significó al entonces mensuario misteriosas desapariciones y ocultamientos en múltiples quioscos de la capital.

El hecho concreto es que para la generalidad de los chilenos son desconocidas aquellas gravísimas denuncias, que de ser ciertas (aunque fuera parcialmente) no solo significarían que los gobiernos concertacionistas han agravado escandalosamente la desigualdad e injusticia social en nuestro país; sino que además han logrado grados “orwellianos” del control de la información a que podemos aspirar los chilenos…

Por Felipe Portales

21 de septiembre de 2010

Fuente: www.elclarin.cl

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