La Concertación debe explicaciones (XXVI)

El liderazgo de la Concertación debe explicarle también a sus bases –y al pueblo chileno en general- por qué, además de diseñar políticas que destruyeron el conjunto de los medios de comunicación escritos afines a ella, ha empleado todos los medios a su alcance para impedir la devolución de los bienes del confiscado diario de […]

Por Wari

09/06/2011

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Columnas

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El liderazgo de la Concertación debe explicarle también a sus bases –y al pueblo chileno en general- por qué, además de diseñar políticas que destruyeron el conjunto de los medios de comunicación escritos afines a ella, ha empleado todos los medios a su alcance para impedir la devolución de los bienes del confiscado diario de izquierda Clarín a su propietario, reforzando a la vez con ello la existencia del duopolio El Mercurio-Copesa.

En efecto, la dictadura le confiscó el diario a su dueño, el exitoso ingeniero catalán-chileno y estrecho amigo de Salvador Allende y de Darío Sainte-Marie, Víctor Pey –quien se lo había comprado a su histórico dueño, Sainte-Marie, en 1972- lo que fue comunicado el 3 de febrero de 1975 por el subsecretario del Interior de la época, Enrique Montero, y el presidente del Consejo de Defensa del Estado, Lorenzo de la Maza, en una Declaración pública que en su parte medular señalaba: “De los antecedentes expuestos y considerando que se encontraron en poder de Víctor Pey todos los títulos de las acciones y los traspasos en blanco de las personas a cuyo nombre figuran esos títulos, resulta que fue éste quien compró el Consorcio Publicitario y Periodístico S. A. y la Empresa Periodística ‘Clarín’ ”. (El Mercurio; 4-2-1975)

La demora en establecer lo anterior se debió a que –mientras Pey ya se hallaba exiliado- otras personas (Ramón Carrasco, Emilio González y Jorge Venegas) le plantearon a la Junta militar que ellos eran los auténticos dueños del diario, dado que aparecían en un registro de la Superintendencia de Sociedades Anónimas como los propietarios de las acciones. Sin embargo, luego de un exhaustivo estudio, el Consejo de Defensa del Estado llegó a la conclusión antes mencionada y se le confiscó el diario exclusivamente a Pey, por medio del Decreto Supremo 580, como lo estableció una investigación de la Premio Nacional de Periodismo, Patricia Verdugo. (Ver Rocinante N° 47, Septiembre, 2002)

Lo anterior ha sido explicado claramente por el mismo Pey: “Yo sabía que mi paso por el diario no sería para siempre y como era un éxito de ventas –un muy buen negocio- busqué a algunas personas que tuvieran recursos para pagar por las acciones y eventualmente pudieran llegar a ser socios, sin alterar la línea progresista y democrática del diario. Fue así como llegué a un acuerdo amigable sobre una posible venta de acciones con Jorge Venegas, un gran empresario de Talca, amigo de Allende, un hombre de izquierda, no militante; con Emilio González, que fue presidente del Banco del Estado, viejo amigo mío, hombre de fortuna, muy de izquierda y también amigo de Allende; y con Ramón Carrasco, que fue abogado de Sainte-Marie y amigo mío. Acordamos que tanto el precio de las acciones como el pago de las mismas lo convendríamos de común acuerdo cuando la situación económica del país se normalizara, incorporándoles, mientras tanto, al Consejo de la empresa. Nunca ellos fueron dueños de ninguna acción, yo los nombré directores”. (Boletín Libertad de Expresión; N° 1, Mayo de 2007; Instituto de la Comunicación e Imagen, Universidad de Chile)

Con la confiscación del diario, “el nuevo edificio de Clarín pasó a manos de la justicia militar. El antiguo edificio se transformó en cuartel central de la Dirección de Inteligencia de Carabineros. Las dos bodegas, con reserva de papel para seis meses, pasaron a manos del Estado. La rotativa en uso estaría en poder del Instituto Geográfico Militar. Pero de la nueva rotativa Goss (que se incorporó al diario poco antes del golpe) y de todas las máquinas de los talleres, nunca más se supo”. (Rocinante; op. cit.)

Después de 1990 Víctor Pey volvió de su exilio y trató de obtener la devolución de los bienes confiscados. Ese mismo año se comprometió a donarle a la Fundación Presidente Allende (Madrid) el 90% de las acciones de Clarín, la misma fundación que tan relevante papel desempeñó en la acusación contra Pinochet que lo llevó a su arresto en Londres. Luego, en 1995, Pey logró la devolución de sus acciones de parte del 8° Juzgado del Crimen de Santiago, las que depositó en las bóvedas de un banco madrileño. Asimismo, entabló una demanda judicial para lograr la devolución de la rotativa Goss.

Con el objetivo de relanzar el diario, Víctor Pey trató de obtener una compensación del gobierno de Frei Ruiz-Tagle por el grueso de los bienes del diario. Dada la total negativa de dicho gobierno a entablar una negociación, inició en 1997 -en conjunto con Joan Garcés, connotado asesor político español de Allende- una demanda al Estado chileno frente al tribunal internacional del Banco Mundial (Ciadi), en virtud del Acuerdo de Protección de Inversiones suscrito entre Chile y España en 1994. Esto fue posible porque “en 1996 Pey renunció a la nacionalidad chilena, lo que fue comunicado por España a Chile, cuyo gobierno procedió a inscribirlo como ‘extranjero’ ”. (El Ciudadano; N° 48, agosto de 2007) Al año siguiente (1998) el Ciadi admitió la demanda y constituyó un trío de jueces para ver el caso.

Entre tanto, en ese mismo año se aprobó en nuestro país la Ley 19.568 que permitía la restitución o indemnización respecto de los bienes confiscados por la dictadura. Pero por estar el caso ya presentado ante un tribunal internacional, naturalmente que Pey y Garcés no se acogieron a ella. Sin embargo, sí buscaron acogerse Jorge Venegas, los herederos del ya fallecido Ramón Carrasco, ¡los hijos del fallecido Sainte-Marie! y una curiosa empresa de papel que había comprado los derechos sucesorios de Emilio González… (Continuará)

7 de junio de 2011

Por Felipe Portales

Publicado originalmente en: www.elclarin.cl

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