La eterna espera de Chile: El plan de desarrollo

Actualmente, nos estamos mirando al espejo muy seguido, y estamos comprendiendo que de ser jaguares imbatibles, hemos pasado a gatos guapos de barrio, pero de “barrio”

Por Director

05/09/2011

Publicado en

Columnas

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Actualmente, nos estamos mirando al espejo muy seguido, y estamos comprendiendo que de ser jaguares imbatibles, hemos pasado a gatos guapos de barrio, pero de “barrio”. No es por ser despectivo con nuestros vecinos, sino que la imagen que hemos esculpido del bello Chile, es la que se está desmoronando.

Para hacer más precisos, durante los años 1990s fuimos elogiados como grandes pioneros de la economía, que el camino elegido por Chile era bueno y que éramos ejemplos de democracia e institucionalidad. Durante la primera década de este siglo, no fueron tan buenos los números, pero al pasar el tiempo todos nos estamos dando cuenta que los países pujantes del Asia pensaron en un “Plan”, el cual muchas veces tuvo lentitud, pero esa lentitud reflejaba un horizonte claro “estrategia de la liebre y la tortuga”, donde ellos eran las tortugas. Asia afianzaba su educación técnica y superior, su emblema era calidad de educación básica y media, estándares de calidad en los profesores, alternativas que el mejor producto para vender en el mercado era el ingenio traducido en futuros productos tecnológicos. Las tortugas asiáticas, con o sin problemas, recordemos la crisis asiática, estaban creciendo, mientras la liebre chilena permanecía en el ego personal de los números positivos, y los nuevos demócratas gozaban de los elogios, no realizando cambios en la educación y sistema económico.

Hoy la liebre o gato chileno está llegando tarde al desarrollo, si es que lo logra, por culpa de un “Plan”. Un simple plan que se llamó en Chile: “Desarrollismo de los Radicales”; “Gerencia para Chile”; “Viga Maestra”; “Reforma Agraria”; “Revolución en Libertad”; “Socialismo a la Chilena”. Eran planes buenos o malos, pero eran planes con un poco de peso “intelectual”, los nuevos son simplemente eslogan de campaña con falta de peso en las reformas de fondo y mucho populismo. Queridos o no, muchos de los que hablaban de sus planes maestros de gobierno (antes de la dictadura) se la “creían” y se la jugaron por sus planes. Actualmente, observamos cómo el “Gana la Gente”; “Crecer con Igualdad”; y el “Viva el Cambio” son olvidados por sus propios gestores cambiándose de bando, olvidando lo prometido o simplemente esperando que otro lo arregle.

Necesitamos cambios, una nueva clase política y reformas, pero con una dirección, y espero que el plan sea mucho más digno, para así no salir con bromas como “Estamos al borde del precipicio, y hemos dado un paso adelante”.

Por Humberto Borges

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