La izquierda de London

En mecánica cuántica las fuerzas de dispersión son conocidas como fuerzas de London, y afectan a las partículas elementales

Por Wari

05/01/2011

Publicado en

Columnas

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En mecánica cuántica las fuerzas de dispersión son conocidas como fuerzas de London, y afectan a las partículas elementales. La izquierda chilena está compuesta por fuerzas que hacen de la unidad un monumento a la retórica, pero cuya práctica sólo genera dispersión y fragmentación. ¿La anhelada unidad de las fuerzas contrarias al capitalismo criollo y a la institucionalidad heredada de la dictadura se ha visto truncada por falta de voluntad o por falta de diálogo? Estas dos variables circulan en la reflexión de los distintos grupos de izquierda como las únicas explicaciones posibles para entender el porqué de nuestra fragmentación. Sostengo que ninguno de estos dos factores, aun existiendo, explica la dispersión.

Buscar la unidad de todos es una suerte de suplicio de Sísifo, el legendario rey de Corinto castigado a una tarea eterna e inalcanzable por haber intentado mejorar los destinos de la Humanidad. Ni siquiera en sus mejores momentos el movimiento popular estuvo cerca de embarcar a todos en un proyecto común. Siempre existen quienes no tienen voluntad para construir un espacio colectivo y quienes no desean dialogar. Pero aún reduciendo el cuadro hasta quienes sí quieren dialogar, y a quienes sí tienen voluntad, la cuestión discurre por otros carriles.

El problema principal de la izquierda chilena es que carece de proyecto político. Sin estar en medio de la nada y del vacío absoluto, y compartiendo a ratos muchos objetivos, las fuerzas de izquierda se mueven al compás de ritmos distintos, de prioridades contradictorias, de fuerzas centrífugas. Lo prueba lo acontecido en el curso de la última elección presidencial.

La aguda conciencia de la decadencia política del país empuja a algunos grupos a una actividad de hormiguero, sin concretar estrategias políticas tras objetivos colectivos. En el peor de los casos hay quien se contenta con darse los medios de “existir”, para resolver ansias de poder y de figuración personal. Ahora bien, “Nunca hay vientos favorables para quien no sabe dónde va” decía Séneca.

Pero en nuestra izquierda también están quienes sí tienen proyectos políticos bien definidos. Es el caso del Partido Comunista que adoptó como suya la “normalidad” impuesta por la dictadura y participa en los viajes presidenciales de Piñera. Y el de los ex socialistas que sueñan con un PS como el Lázaro resucitado. No el de la Biblia, sino el de Fito Páez: “Lázaro, levántate y anda, ponte el apellido, vuelve del olvido, engánchate a la oferta y la demanda”…

Hay quien quiere deshacerse del concepto de izquierda como los babalaos, los ñáñigos y los abacúas practican el “despoje”: como una suerte de exorcismo que les libere de una maldición. Otros van aun más lejos, e intentan desacreditar, definitivamente, la política y los partidos. Y los que buscan la redención aplaudiendo los cambios estéticos de la Concertación y la Alianza.

Pero cada vez somos más quienes buscamos revivificar el espacio político, enraizándolo en la sociedad real y dotándolo de nuevos significados. Cada día que el sol se levanta somos más numerosos los que construimos una nueva fuerza política orientada a dotar de una expresión confiable y democrática a un sector creciente de la ciudadanía que no tiene espacios de representación convincente.

A quienes nos situamos en esta dinámica no nos faltan ni la voluntad ni la capacidad de diálogo. Ni el proyecto. Y si en el ámbito de las micro partículas la realidad de las fuerzas de London es indesmentible, también hay fuerzas gigantescas que propician la acreción, ese fenómeno que genera los objetos estelares masivos uniendo las partículas elementales.

Nosotros no tenemos la intención de quedarnos en la categoría de las partículas, sino la ambición de devenir la organización política de masas que transforme a Chile en república, devolviéndoles a los chilenos la calidad de ciudadanos que nunca debieron haber perdido. No estamos solos. La unidad avanza.

Por Salvador Muñoz

Cientista Político y Presidente del Partido de Izquierda (Paiz)

Twitter: @SalvadorMunozk

Politika, segunda quincena diciembre 2010

El Ciudadano N°93

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