La rebelión de los satisfechos

   En las anteriores seminarios de la ENADE los presidentes de la república rendían examen de su gestión ante los empresarios – acto que era más importante, incluso, que la Cuenta Pública, de cada 21 de Mayo en el Congreso -, lo cual prueba que el único poder que existe en Chile es el de […]

Por Arturo Ledezma

28/11/2014

Publicado en

Columnas

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 monopoly-chile-por-Gustavo-Villa 

En las anteriores seminarios de la ENADE los presidentes de la república rendían examen de su gestión ante los empresarios – acto que era más importante, incluso, que la Cuenta Pública, de cada 21 de Mayo en el Congreso -, lo cual prueba que el único poder que existe en Chile es el de los empresarios y, lo demás, queda relegado a un segundo plano. Esta vez, no conformes con citar a la Presidenta Bachelet para que “rindiera examen”, también convocaron a la presidenta del Senado, Isabel Allende y al de la Corte Suprema, Sergio Muñoz; tal vez se esperaba que estos personeros de los tres poderes del Estado  hicieran actos de  pleitesía a los dueños de Chile – como antes lo efectuaran  los Presidentes de la Concertación y el millonario, Sebastián Piñera – afortunadamente, esta vez no ocurrió, pues mantuvieron la dignidad de sus respectivos cargos -.

Andrés Santa Cruz, el “patrón de patrones chileno”, empezó su intervención quejándose por el mal trato que los empresarios reciben por parte de la ciudadanía – ¡como si fueran mansas e inmaculadas palomas y no delinquieron cotidianamente abusando y explotando al pueblo! -. Luego  de tomar un respiro y un vaso de agua, empezó su perorata justificándose que no estaba contra las reformas, pero que, al menos, no los perjudicara haciéndoles pagar impuestos que antes no lo hacían, es decir una reforma educacional que no tocara el lucro a los “emprendedores de la educación”, a continuación subió el tono de la voz para expresar que no aceptarían una nueva Constitución, menos una convocatoria a Asamblea Constituyente – todavía hay ingenuos que creen que los ciudadanos “empoderados” pueden decidir algo en este país del Sagrado Corazón -.

A diferencia del pavo real, Ricardo Lagos – el San Expedito de los empresarios – la Presidenta Michelle Bachelet, con la misma fuerza que Santa Cruz, tuvo el valor de decir que va a continuar con las reformas y que había llegado el momento adecuado para hacerlo. El presidente de la Corte Suprema tampoco se dejó amilanar ante el estúpido lugar común de “la puerta giratoria”, cuando se sabe Chile tiene el mayor número de presos en América, junto con Estados Unidos, y que no son, precisamente, los delincuentes de cuello y corbata – los polleros, La Polar, las farmacias, Julio Ponce Lerou, el Grupo Penta, y tantos otros…-, por otra parte, la presidenta del Senado también estuvo en la misma digna posición y consecuencia que los anteriores -.

Que los cambios provoquen reacción de los privilegiados, es evidente, pues no en vano siguen existiendo las contradicciones de clase que, según Karl Marx, “son el motor de la historia”. En el caso de Chile, uno de los países más desiguales del mundo, con una educación altamente segregadora y una salud de trato indigno para los pobres y ancianos, especialmente, las contradicciones, por  lógica, se radicalizan.

Como era de esperarse, se está produciendo la rebelión de los privilegiados, que no admiten ningún cambio, pues están muy satisfechos con su situación de abundancia y comodidades que le brinda el Chile construido por Pinochet y muy bien administrado por los traidores de la Concertación y por de el millonario frívolo, Sebastián Piñera, que sólo saben defender, muy eficazmente, los intereses de los ricos.

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