Crisis de originalidad:

La muerte de radio Uno y La Voz autoral silenciada

¿Cómo la gente va a saber lo que quiere, si existen tan pocas opciones? ¿Qué esperan, si nos mantienen acostumbrados a la TV basura? ¿Cómo popularizar la transmisión de un show musical, si previamente no se ha hecho un trabajo real y efectivo de educación artística y creación de audiencias?

Por Priscilla Villavicencio

09/07/2016

Publicado en

Chile / Columnas / Música / Portada

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Al parecer, en el programa caza-talentos de moda, los concursantes no pueden elegir las canciones que interpretarán durante el concurso… desde las audiciones, los duelos, etc… hasta la final. Es decir que: “ Si quieres mostrar música original, ¡estás frito! Algo que siempre ocurre en este tipo de programas de TV.

Recordemos que el único «concurso» de canciones originales televisado en nuestro país es el «Festival de la canción de Viña del mar», donde la competencia es lo menos importante (además, la producción hace un enorme esfuerzo para que ese segmento pase lo más colado posible). Ok, el raiting baja con canciones desconocidas… la gente quiere escuchar sólo hits… ¿Por qué no podemos ser un poco más arriesgados? ¿Cuántos compositores se están «perdiendo» porque no existen ventanas más grandes para mostrar su música?

Es cierto que algunos canales de televisión están creando espacios – muy acotados – para las bandas en vivo, que normalmente son transmitidos por la madrugada. ¿Dónde está el respeto por el arte en Chile? ¿Hasta cuándo van a dejarlo en último lugar, cuando la expresión artística es el alma del pueblo? El discurso de los directores siempre es el mismo, la escasa popularidad de estos espacios… «Es que este programa tuvo muy pocos puntos», «La gente quiere otra cosa»… ¿Cómo la gente va a saber lo que quiere, si existen tan pocas opciones? ¿Qué esperan, si nos mantienen acostumbrados a la TV basura? ¿Cómo popularizar la transmisión de un show musical, si previamente no se ha hecho un trabajo real y efectivo de educación artística y creación de audiencias?

Otro ejemplo del poco valor que se le da a los espacios de promoción de música nacional, es el cierre de la radio Uno, la única radioemisora FM dedicada 100% a la difusión de canciones chilenas… y esto al parecer ocurrió porque no existían suficientes auspiciadores (a pesar de tener una numerosa cantidad de seguidores), ni tampoco apoyo del estado. ¿Por qué aún no se le brinda más ayuda e incentivo a este tipo de proyectos, tan necesarios para el desarrollo de la cultura?

Volviendo al show caza talentos, durante la grabación del programa, si tienes que competir con otro cantante – incluso si eres mejor que tu competidor – te pasan un tema plano, donde realmente no puedes lucir tus mejores recursos porque no funcionan con el tema, ¡también estás frito! Ya que no tienes otra alternativa más que cantar lo que la producción decide. Luego, te eliminan de la competencia por tu actuación «deficiente».

¿Un cantante «debería» saber interpretar bien cualquier canción? Claro, cuando quieres dedicarte a cantar en eventos donde exigen eso, sí. El tema es que algunos se sienten cómodos sólo con cierto estilo musical en particular, pero que les «nace» de manera tan natural que su interpretación es única y brillante ¿Se imaginan qué habría pasado con Lucho Gatica si en un programa como este le hubiesen pedido interpretar la versión original de una canción de Los Prisioneros, o viceversa? ¿Cuántas «Palmenia», «Adele», se están perdiendo en estas competencias, porque la producción quiere encasillarlas con cierto otro estilo supuestamente «más comercial»?

Esto me suena parecido al fenómeno «fábrica de hamburguesas» que está ocurriendo también en algunas escuelas de música… donde se dedican a preparar cantantes versátiles que puedan subirse al escenario a cantar todo tipo de estilos musicales, pero ¿en qué escuela se le está dando énfasis al desarrollo de propuestas «originales»… trabajando la materia prima que traen los alumnos? En lo personal, prefiero a un cantante que conmueva por su interpretación a uno que impresione por su técnica… quizás esto está perdiendo valor, espero que no.

Por otro lado, me acuerdo de la época de «Rojo», cuando Monserrat Bustamante cantaba música pop-latina… y hoy, bajo el seudónimo de Mon Laferte, da un tremendo ejemplo de resistencia e insistencia, logrando con mucho esfuerzo desmarcarse del estilo que posiblemente le impusieron en el programa para «vender», construyendo sola y desde cero una nueva ruta en otro país, siempre creyendo en su propuesta como artista… y finalmente triunfando con sus propias canciones. ¿Cuántos cantantes han conseguido después quitarse el disfraz que, obligados y confiando en los productores del programa, usaron frente a las cámaras para saltar a la fama? Quizás, antes de elegir el camino «más corto», alguien podría al menos advertir a quienes quieran tomarlo acerca de los «pro» y los «contra».

Y bueno, como reflexión final… qué duro debe ser competir en un programa caza-talentos… ser un «artista» reconocido no debería depender de una competencia… y qué triste es que te hagan creer que ese es el único escenario que existe para «hacer realidad tus sueños» (y que destruyan todas tus ilusiones al eliminarte del programa).
Ojalá se creen pronto espacios dignos en los medios masivos donde se expongan propuestas musicales y artísticas originales simplemente con el real propósito de querer mostrar arte y contagiar al público con las ganas de tomar una guitarra y jugar a escribir canciones.

Ah! Y ojalá trimestralmente se genere también una convocatoria abierta a bandas nacionales para realizar shows en el metro, sin tanta letra chica, donde sí se puedan tocar temas originales… ¿O será soñar muy alto?).

 

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