Ley de Salud Mental en Chile: ¿más neoliberalismo o más derechos?

Chile tiene una deuda con la salud pública

Por Director

26/12/2014

Publicado en

Columnas / Salud

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cristiangarcia

Chile tiene una deuda con la salud pública. Esa deuda es histórica, y está en el corazón de los anhelos de la gente más humilde de este país. Helia Molina, Ministra de Salud del actual Gobierno, dijo en el mes de noviembre de 2014 que se debería llevar adelante una “ley de salud mental” que incremente el gasto público en el área (el país no dispone de una legislación específica para salud mental). Y si bien la depresión, la bipolaridad y la esquizofrenia están cubiertas por el plan AUGE-GES (Fonasa e Isapres) lo que permite que la gente que padece estos trastornos pueda recurrir a profesionales y a medicamentos, actualmente Chile no cuenta con un sistema integral de atención pública y gratuita en materia de salud mental. Del poco más de 3% que se invierte del presupuesto como gasto público en salud, sólo un 2% de ese total se destina a salud mental. Esta cifra se mantiene así desde hace 10 años (2014). La OMS recomienda como mínimo un 5%, y esa era la meta del Plan Nacional de Salud Mental (2010).

¿Por qué esto representa un problema?. Me gustaría hacer énfasis en dos grandes puntos que creo que es necesario abordar y que representan desafíos concretos relacionados con lo que estoy escribiendo, y que escapan por lejos a una cuestión meramente numérica y son muchos más complejos que lo que puedo exponer acá.

Estos son los dos puntos. Primero, el problema de los trabajadores. La ACHS señaló en noviembre de este año que de la cantidad de licencias que se dieron, casi un 50% correspondía a problemas relacionados con la salud mental. Esto representa un aumento dramático durante esta década. El segundo, el problema de los niños y jóvenes. Este año, un estudio publicado en julio por el MINSAL sobre el sistema de salud mental en Chile reveló que nuestro país tiene una escasa oferta de servicios de atención en salud mental tanto clínica y comunitaria para niños y adolescentes. Sabemos que es necesario al menos cumplir los estándares mínimos que recomiendan las organizaciones internacionales como la OMS, y que dicen que Chile tiene un déficit respecto de esta materia. Ahora bien, si sabemos que la salud mental está condicionada por criterios de mercado, tanto en los tiempos de atención como en la atención misma y que nuestra gente, la gente más humilde necesita atenderse en una red de asistencia pública, ¿cuál es la salida que está pensando la jefa de cartera de salud, la sra. Helia Molina?, ¿debe ser la cobertura de la salud, y específicamente la de salud mental en Chile otra presa más del modelo neoliberal?, ¿basta con subir de un 2% a un 5% del total del gasto público en salud?. Hoy sabemos que este acceso inequitativo depende de múltiples factores: de la geografía donde nos ubiquemos (santiago/regiones, urbanidad/ruralidad), del tipo de previsión, de la capacidad de pago, de la capacidad de endeudarse, etcétera.

¿Qué esperamos los chilenos de esto? tanto los usuarios del sistema público como los profesionales ¿esperamos que Chile cumpla los estándares internacionales mínimos y las metas del Plan Nacional (2010) que hoy vergonzosamente no es capaz de cumplir o esperamos un Chile distinto que de verdad ponga los derechos sociales en el centro de la acción política?.

Creo que simplemente con subir de 2 a un 5% no basta, o estamos por regular la venta como mercancía de nuestros derechos en el marco de un modelo neoliberal salvaje e inhumano, o estamos por la garantía de los derechos fundamentales al alcance de todos, y no sólo para quien pueda pagarlos.

Recuperar la salud y la salud mental como un derecho inalienable para los trabajadores, niños, adolescentes y ancianos de nuestro país es una tarea larga que no sólo debe librarse en el qué hacer profesional, sino también desde nuestras organizaciones gremiales y en el mundo político. Si se está elaborando una ley, que nos incluya. Nadie nos va a regalar ese espacio y menos la cobertura y gratuidad universal en el servicio, para esto hay que transformar el sistema, y eso es una tarea larga que nos espera, comencemos ya.

Psicólogo titulado de la Universidad Santo Tomás, ex-dirigente estudiantil y militante de la Izquierda Libertaria.

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