Análisis Geopolítico

Los Brics+, suman y siguen

Las intervenciones del presidente Lula fueron claras y taxativas acerca del estado actual del mundo y las exigencias para su rediseño. Fue muy categórico criticando la subordinación al dólar, defendió la soberanía de los países Brics+ ante la amenaza de Estados Unidos y afirmó “Estamos cansados de estar subordinados al norte” y “Trump necesita saber que el mundo ha cambiado y que el planeta no quiere un emperador”.

Los Brics+, suman y siguen

Autor: El Ciudadano

Por Carlos Gutiérrez P.

La reciente Cumbre de los Brics+ de los días 6 y 7 de julio realizada en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, trajo nuevas novedades de lo que está significando en la realidad global esta asociación de países, que podría definirse como un proceso acelerado de maduración del Sur Global y de un multilateralismo renovado, en base a una nueva realidad multipolar.

Sus números son cada vez más impresionantes y representan: 39 % del PIB mundial y 45 % en paridad de poder adquisitivo; más del 20 % del comercio global; 78 % de la producción mundial de carbón; 72 % de las reservas mundiales de tierras raras; 43 % de la producción mundial de petróleo; 36 % de la producción mundial de gas natural; 33 % de las tierras agrícolas; su PIB combinado son 77 billones de dólares; la mitad de la población mundial.

Como bien se dijo en la ceremonia de inauguración “la sólida voz de nuestros estados se oye cada vez de manera más clara. Juntos contamos con un enorme potencial político, económico, científico, tecnológico y humano”.

En esta Cumbre, se pueden resaltar tres énfasis que ya se habían adelantado en la Cumbre XVI del año pasado.

Uno de ellos, es el impulso de una Bolsa de Cereales, que eliminará el negocio de los intermediarios, dejará con mayores libertades a los países para que declaren sus necesidades y contactándose directamente con aquellos que son proveedores, por lo tanto, no habría espacio para la especulación. Los bienes principales, como el trigo, el maíz y la soja crearían su propio mercado de valores.

Esta Bolsa que sería una plataforma comercial también ayudaría a satisfacer directamente las necesidades nacionales de cada país miembro de los BRIS+. Así los países que son grandes productores de cereales enviarían sus producciones a la bolsa especializada donde se intercambiarían los excedentes agrícolas. Se negociarían cantidades y precios directamente, proporcionando un suministro garantizado a precios más favorables.

De esta forma, la satisfacción de las necesidades de cada país, apunta directamente a asegurar la base alimenticia de sus respectivas poblaciones.

Así todos ganan.

El otro avance dice relación con la continuidad de la discusión y primeras medidas relativas a los medios de pago en las transacciones comerciales. Ya se había planteado el tema en la Cumbre del año pasado en cuanto al uso del Dólar como actual moneda hegemónica. Las primeras aproximaciones hablaban de la conformación de una canasta de monedas sustentadas en bienes físicos que podrían ir desde minerales hasta semillas. La cuestión de fondo es ir abandonando al dólar, ante la poca fiabilidad que Estados Unidos hace de este medio de dominación en las relaciones internacionales, a través de las sanciones, bloqueos y administración de las crisis económicas y su endeudamiento interno.

Ante las dificultades reales de implementación en el corto plazo, los avances se han registrado con mucha velocidad a nivel del uso del pago en monedas locales para el intercambio comercial bilateral, de esa forma esta dinámica entre los miembros de la asociación está aumentando constantemente.

Actualmente el 90 % del comercio de Rusia con sus socios Brics+ se hace en monedas locales; según BBVA Research, el dólar ha perdido más del 10% de su valor frente a una canasta de monedas globales.

El presidente Lula criticó el uso del dólar como arma de presión y afirmó que Brasil no lo necesita para comerciar, e insistió en el uso de las monedas locales para el comercio entre países. Afirmó que, si bien esta desdolarización ocurrirá “poco a poco”, lo claro es que no tiene vuelta atrás. El propio Donald Trump afirmó que perder la hegemonía del dólar sería “como perder una gran guerra mundial” (a confesión de parte…).

Otro desafío fundamental, especialmente para los países en desarrollo y particularmente para nuestra sub región, es la política del aumento en el nivel de inversiones de capital recíprocas a través de los mecanismos propios del Brics+, más allá de lo que actualmente y con mucha fuerza está desarrollando China.

Esta línea de acción está directamente relacionada con la creación y el acelerado impulso que ha tenido el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), dirigido por la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. De sus cinco socios originales, entre los años 2021 y 2023 se incorporaron cuatro más, y en esta cumbre se sumaron tres (Colombia, Argelia y Uzbekistán). En sus primeros años de funcionamiento ha implementado acciones de desembolsos reales por 20.000 millones de dólares, y tiene aprobados una cartera de 96 proyectos por 32.800 millones de dólares.

También es clave el nuevo enfoque de un sistema financiero y el papel del Banco NBD, en el que las deudas externas puedan transformarse en inversiones reales y, por lo tanto, las deudas de los países se puedan utilizar como forma de inversión en infraestructura, sector energético, salud, etc.

La consolidación del proyecto Brics+ ha generado la clásica respuesta del imperio estadounidense que siente aquí una amenaza y, por lo tanto, responde con agresividad y medidas punitivas, en el marco más general de lo que ha sido el estilo del presidente Trump.

Ya hace unos meses había anunciado con la medida de una pena arancelaria de 500 % a cualquier país que osase abandonar el dólar en las transacciones comerciales. Ahora, en el marco de esta Cumbre anunció una subida de arancel del 10 % a los países que establecieran relaciones con la asociación Brics+.

Esto indudablemente puede tener un doble efecto. Por una parte, países pequeños que teman por los impactos de las sanciones en sus economías y terminen subyugados al poder estadounidense y negociando en condiciones desfavorables (esta es la táctica favorita de Trump, ya que le facilita la asimetría de poder existente). La otra reacción, es justamente la contraria, y ante posibles impactos negativos concurran a acercarse aún más a los Brics+, buscando nuevos y masivos mercados.

Esta política monista de Estados Unidos, en la realidad vuelve a tensionar el mundo en una lógica de bloques (estás conmigo o contra mí), que es justamente lo que quiere evitar la asociación Brics+, ya que siempre ha manifestado su compromiso con un mundo multipolar y relaciones multilaterales. Lo que no le puede ocurrir a la asociación es caer en un nuevo juego de alineamientos en bloques enemistados.

Es muy significativo que mientras el mundo otanista, encabezado por Estados Unidos, intenta mantener su dominio global a través de la fuerza, expresado en amenazas, penas arancelarias, proteccionismo, escalamiento bélico y carreras armamentistas, la asociación Brics+ levanta una nueva narrativa, que reitera en la declaración de Río de Janeiro y que se conoce como el espíritu Brics+:

“Se define sustancialmente el compromiso con el denominado espíritu Brics, consistente en el respeto, comprensión mutuos, igualdad soberana, solidaridad, democracia, apertura, inclusión, colaboración y consenso”.

Una vez más se pone de manifiesto el fracaso de la globalización neoliberal, el aumento de las desigualdades y el auge de los extremismos, con un énfasis en la respuesta guerrerista a los desafíos actuales de la convivencia.

Una faz dramática de este fracaso es lo que se vivencia en los organismos internacionales que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial, y en el campo económico particularmente en los papeles que han jugado el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio. En la Cumbre del año pasado se puso acento en esta crisis y en los desafíos de una refundación, apuntando a mayor inclusión y justicia, lo que se ha hecho aún más urgente con la guerra arancelaria y la lógica proteccionista de Estados Unidos.

Estas instituciones son usadas con fines ideológicos para apuntalar la visión de mundo liberal, en la mayoría de los casos alejados de criterios técnicos. Un solo ejemplo dramático, la financiación de Ucrania, en los últimos años, ha superado significativamente los recursos asignados a todos los países africanos.

De hecho, en esta cumbre se realizó una reunión entre el canciller ruso y la directora de la OMC, confirmando la necesidad de una reforma urgente de la organización basada en los principios de inclusión, no discriminación, transparencia y respeto mutuo.

El presidente Lula también se refirió al papel de la ONU y su irrelevancia actual, planteando la ampliación del Consejo de Seguridad para incluir a países de Asia, África y América Latina como miembros permanentes, para de esta forma colaborar en la supervivencia de la ONU y su Consejo sea más legítimo, representativo, eficaz y democrático.

Las ausencias físicas de los presidentes de Rusia y China, pusieron al centro del liderazgo de la cumbre al presidente de Brasil, Lula da Silva, que ejerciendo además la presidencia pro témpore de la asociación, fue un fiel exponente de los países que han estado excluidos de la toma de decisiones a nivel global y que pujan por un desarrollo equitativo.

Esta Cumbre también visibilizó a nuestra sub región, y fue importante la participación de México, Uruguay y Chile como invitados. Así como la incorporación de Colombia al Banco de Desarrollo.

Las intervenciones del presidente Lula fueron claras y taxativas acerca del estado actual del mundo y las exigencias para su rediseño. Fue muy categórico criticando la subordinación al dólar, defendió la soberanía de los países Brics+ ante la amenaza de Estados Unidos y afirmó “Estamos cansados de estar subordinados al norte” y “Trump necesita saber que el mundo ha cambiado y que el planeta no quiere un emperador”.

El presidente Lula también concentró la rabieta imperialista del presidente estadounidense, que determinó un incremento a 50 % de los aranceles a las importaciones brasileras. La respuesta no se hizo esperar por parte de este y anunció que aplicará la ley de reciprocidad, imponiendo un 50 % de aranceles a los productos yanquis.

También aseguró que buscará nuevos mercados ya que “el comercio de Brasil con Estados Unidos representa solo el 1,7 % de nuestro PIB. Buscaremos otros socios y no renunciaremos al principio de reciprocidad”. Su mirada ahora apunta a los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

La clara subyugación histórica de las derechas latinoamericanas a Estados Unidos fue expresada prístinamente por el expresidente brasilero y golpista Jair Bolsonaro, quien enfrenta un juicio al respecto, y que sintió admiración por Estados Unidos ante la imposición de aranceles.

Este encono tan sorpresivo contra Brasil, al parecer se explica por varias razones. Por una parte, se consolida como un actor global y la presidencia pro témpore de los Brics+ le da una mayor plataforma política, con especial énfasis en América Latina y África, sosteniendo principios de comercio multilateral, justo, contra el proteccionismo de Estados Unidos, y la carrera armamentista de Europa. También se ha fortalecido su relación con China, y anunció más de 5.000 millones de dólares en nuevas inversiones. Por otra parte, las tensas relaciones con la Casa Blanca se arrastran desde la disputa por las regulaciones brasileras a las grandes empresas tecnológicas, a las cuales se suma la investigación judicial por golpista a Jair Bolsonaro, un aliado acérrimo de Trump. Y la información revelada con mayor proyección, el anuncia de una conexión terrestre entre Brasil y el puerto de Chancay en Perú, que conectará ambos océanos y abrirá los espacios comerciales del interior del subcontinente.

Por último, en la declaración final de la Cumbre XVII de 31 páginas y 126 puntos, en el octavo punto de ella se dice:

“Coincidimos en que, en el contexto de las realidades contemporáneas del mundo multipolar, es crucial que los países en desarrollo redoblen sus esfuerzos para promover el diálogo y las consultas en pos de una gobernanza global más justa y equitativa, así como de relaciones mutuamente beneficiosas entre las naciones. Reconocemos que la multipolaridad puede ampliar las oportunidades para que los países en desarrollo (MEDC) desarrollen su potencial constructivo y disfruten de una globalización y cooperación económica universalmente beneficiosa, inclusiva y equitativa. Destacamos la importancia del Sur Global como motor de un cambio positivo, especialmente ante los importantes desafíos internacionales, como la profundización de las tensiones geopolíticas, las rápidas recesiones económicas y los cambios tecnológicos, las medidas proteccionistas y los desafíos migratorios. Creemos que los países BRICS siguen desempeñando un papel fundamental a la hora de expresar las preocupaciones y prioridades del Sur Global, así como en la promoción de un orden internacional más justo, sostenible, inclusivo, representativo y estable, basado en el derecho internacional”.

Por Carlos Gutiérrez P.

Carta Geopolítica 53, 15/07/2025

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