Columna

Los jóvenes y la Ciencia: rompiendo estereotipos

Es común ver en dibujos animados o series de televisión, a científicos personalizados como viejos con barba y anteojos, usando delantales blancos, mientras realizan complicadas pócimas en frascos conteniendo sustancias coloridas que expelen densas neblinas y extraños sonidos

Los jóvenes y la Ciencia: rompiendo estereotipos

Autor: Arturo Ledezma


josafa_barreto_foto_jose pantoja_sespa_

Es común ver en dibujos animados o series de televisión, a científicos personalizados como viejos con barba y anteojos, usando delantales blancos, mientras realizan complicadas pócimas en frascos conteniendo sustancias coloridas que expelen densas neblinas y extraños sonidos. Sin embargo, a pesar de esta creencia popular, la mayoría de la investigación científica es realizada por jóvenes de entre 20 y 30 y tantos años, supervisados por un profesor guía.  Es así que, en un día cualquiera en un laboratorio, es posible ver a jóvenes de distintas edades, hombres y mujeres, realizando experimentos, efectuando mediciones,  analizando resultados o escribiendo trabajos o tesis científicas, en una vorágine que solo una persona dedicada a la ciencia sería capaz de entender. En este ambiente no importa ni tu situación económica, ni tu género, aspecto físico o ideas políticas, solo se necesita inteligencia para abordar una pregunta, y voluntad y entereza para intentar contestarla, superando hipótesis incorrectas y resultados adversos. En un laboratorio interactúan por igual el hijo del obrero y el hijo del médico, en colaboraciones y discusiones francas y objetivas, con el único objetivo de aportar al saber y al conocimiento.

Entonces, si la ciencia es realizada en su mayor parte por jóvenes, ¿Por qué aún se imagina al científico como un viejo apasionado haciendo experimentos medios locos?  La respuesta es simple, porque como científicos no hemos sido capaces de demostrar la importancia de nuestra investigación al ciudadano común, sino que por el contrario,  nuestros esfuerzos se han enfocado en la obtención de resultados, de manera de  publicarlos en revistas científicas y así optar a  exiguos y cada vez mas competitivos fondos suministrados por  el gobierno, que  permitan realizar el próximo proyecto, en un círculo vicioso que no pareciera tener final.  El alejamiento con la ciudadanía no solo nos ha perjudicado en lo que respecta a la toma de decisiones, ejemplo de esto es lo lento que ha resultado la creación de  un Ministerio de Ciencia y Tecnología en nuestro país, sino que ha llevado incluso al ciudadano común a cuestionar el conocimiento científico hasta ahora desarrollado, siendo la creciente oposición a la vacunación uno de los mejores ejemplos, pues a pesar de la innumerable evidencia científica, una vez que una persona lee una página de internet pseudocientífica colgada en Facebook u otra red virtual, de dudosa procedencia y carente de referencias, es muy difícil intentar convencerla de lo contrario, en situaciones que recuerdan los peores momentos de la inquisición sobre la búsqueda del conocimiento, ejemplificada en la figura del ilustre científico Galileo Galilei. Del ejemplo anterior resulta evidente que los científicos no solo debemos preocuparnos de la búsqueda de conocimiento, sino que tenemos la obligación moral de enseñar estos conocimientos en palabras simples a la ciudadanía, de manera de otorgarles herramientas que les permitan la toma de decisiones. Afortunadamente este enclaustramiento del conocimiento científico está cambiando, siendo los jóvenes ampliamente responsables de esto.

Es así que han surgido distintas iniciativas que buscan acercar el quehacer científico a la sociedad en general. Iniciativas como Café científico, Chilecientifico, Tu ConCiencia FCV, Fundación mas Ciencia y programa EXPLORA entre otras, muchas de los cuales son lideradas por jóvenes científicos, buscan mostrar la ciencia realizada en el país a toda la ciudadanía, de manera de que el ciudadano común entienda la importancia que ésta tiene en los diversos aspectos del diario vivir, abarcando temas tan distintos como el desarrollo de nuevos fármacos para enfermedades, evaluación del peligro y riesgo sísmico en Chile, investigación y protección de flora y fauna nativa en nuestro país, o desarrollo de nuevos productos biotecnológicos  que mejoren la productividad o abran nuevos mercados que repercutirán en la economía nacional, entre muchos otros tópicos. Si usted tiene un tiempo libre, no dude de asistir a alguno de estos eventos, o permita que sus hijos lo hagan. No deje usted que una frase cliché o una imagen armónica dicten su postura o la toma de sus decisiones, sino que hágalo después de informarse y evaluando los distintos puntos de vista. Una sociedad integrada donde el científico y el ciudadano dialoguen sobre distintos temas conducen a una sociedad mas abierta y mas igualitaria, pues el conocimiento no estará concentrado en una elite sino que distribuido en toda la población.

Y quien sabe, quizás en unos años más, cuando aparezca en televisión el próximo personaje científico, este ya no sea un viejito con delantal blanco realizando extrañas pócimas, sino que por el contrario sea un joven científic@ realizando labores mucho mas familiares para el ciudadano común, pero con un mismo denominador común: amor y pasión por el trabajo que realiza.


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano