Los patos malos siguen en el Country Club…

Y en el Club de Golf, en el Yatch Club, y en los más selectos lugares en donde se reúne la GCU

Por Director

29/12/2008

Publicado en

Columnas

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Y en el Club de Golf, en el Yatch Club, y en los más selectos lugares en donde se reúne la GCU.

En una entrevista publicada por el madrileño diario “El País”, Gerhard Cromme, patrón del grupo alemán Siemens, confiesa: «El soborno era una red tolerada u oculta por la anterior dirección».

El tipo hace referencia a las condenas sufridas por Siemens en los EEUU y en Europa por el delito  de corrupción. Pero esa era, desde luego, una práctica de la “anterior dirección”. Ahora ya no. O aun no. ¿Quién sabe? ¿Quién puede saber?

Lo espeluznante son los comentarios de este gran empresario, cuyo cinismo es muy propio de estos nuevos héroes modernos que son los “ejecutivos”.

“Pregunta. A lo largo del proceso se habló de multas de hasta 5.000 millones de euros…

Respuesta. … Y más. En teoría podrían haberse alcanzado estas sumas, pero todo el proceso habría durado más tiempo y habría sido más caro”.

La justicia yanqui permite evitar un proceso si el acusado admite el delito, consiguiendo con ello limitar grandemente las penas incurridas. Merril Lynch, KPMG, Arthur Andersen y otros grandes nombres de las finanzas han utilizado el expediente para seguir mangando -“business as usual”- después de pagar una multa ridícula.

“Pregunta. ¿Por qué Siemens ha salido tan bien parada al final?

Respuesta. La colaboración entre las autoridades alemanas y estadounidenses ha sido excelente. Gracias a las estrechas relaciones que existen entre la SEC (el organismo regulador de la Bolsa estadounidense), el Ministerio de Justicia de Washington y la Fiscalía alemana, Siemens no ha recibido dos condenas distintas por los mismos delitos. El caso ha resultado también ejemplar para la SEC, a fin de demostrar que quien coopera recibe su recompensa. Todo eso ha ayudado”.

Claro como el agua de roca. El procedimiento suele ser utilizado con los mafiosos, los traficantes de droga, los delincuentes comunes: quién colabora “recibe su recompensa”. En este caso de la SEC (“Securities and Exchange Commission”), organismo ciego que nunca vio venir el escándalo de los “subprimes”, ni la estafa de Bernard Madoff, ni la manipulación de los balances de las multinacionales, ni los robos cometidos por los altos ejecutivos en contra de los pequeños accionistas, ni nada de nada.

La SEC -la policía de los negocios del imperio-, tuvo un jefazo llamado Harvey Spitt cuya tarea consistió en mirar para el otro lado mientras algunos rufianes le ponían ruedas a las principales empresas del país.

El escándalo fue tal que Dobeliú Bush se vio forzado a cambiarlo por William Donaldson, quién tuvo la mala idea de empezar a controlar y a verificar las cuentas. Dobeliú Bush le echó a la puta calle en junio del 2005, dos años antes del término de su mandato. Controlar a las multinacionales… ¡Habrase visto!

“Pregunta. También le impulsaba a usted el miedo de que Siemens pudiera quedarse sin contratos públicos en Estados Unidos…

Respuesta. Lo que habría sido horrible. Eso también teníamos que impedirlo a toda costa, sí”.

Como decía el otro… business is business! Lo importante es seguir mangando, y para ello colaborar con la justicia, practicar la delación, liquidar a la antigua dirección de Siemens, es un precio bajísimo. ¡Una ganga! Sobre todo si se trata de obtener jugosos contratos del sector público.

“Pregunta. ¿En algún momento le pidió ayuda a la canciller?

Respuesta. Estábamos siempre en contacto con el Gobierno federal y con el de Baviera, así como con los embajadores. Y también dijimos desde un principio que no íbamos a poder superarlo solos. Todos, incluidos los Estados Unidos, nos han elogiado por no haber intentado orquestar presiones políticas”.

Hay que aplaudir a Herr Gerhard Cromme: desde lo alto de su augusta generosidad nunca intentó “orquestar presiones políticas” aunque siempre estuvo en contacto “con el Gobierno federal y con el de Baviera”. Seguramente comentaba con Angela Merkel las hazañas de Frank Ribery en el Bayern Munich…

Transparency International, -curiosa ONG basada en Berlín-, se permite calificar los niveles de corrupción en el mundo distribuyendo buenas y malas notas, elogios o condenas. La paja en el ojo ajeno…

“Pregunta. Los competidores de Siemens, como la estadounidense General Electric, habrían respaldado sanciones duras.

Respuesta. Sobre eso se puede especular mucho. Pero aunque haya sido el caso, nunca nos ha dado la impresión de que alguien se haya dejado influir por eso”.

¡Dijo pinpín! Como todo el mundo sabe, los EEUU son el país del fair-play… ¡No te jode!

Hace unos meses la empresa europea Airbus ganó un gigantesco contrato para suministrarle aviones de transporte de tropas al ejército yanqui, Boeing contrató decenas de abogados para anular la licitación mediante triquiñuelas muy propias de rufianes y lo consiguió. Fair Play…

“Pregunta. Estamos hablando de la mayor sanción monetaria que la justicia estadounidense ha impuesto en un caso así. ¿Se merece Siemens esta condena?

Respuesta. Ésa es, al fin y al cabo, una cuestión de valoración moral. Preferiría que siguiéramos sobre una base racional”.

¡Eso! Las mafias siempre prefieren las valoraciones “sobre una base racional”: la del lucro.

Pregunta. ¿Cuánto le va a costar todo el asunto a la empresa?

Respuesta. En total hemos pagado 1.200 millones de euros de sanción, a lo que hay que añadirle otros costes, como los cerca de 200 millones que irán al despacho de abogados Debevoise & Plimpton y los 350 millones para la auditora Deloitte & Touche.

Como decía Al Capone, “Yo no les pago a mis abogados para que me digan lo que no puedo hacer, sino para hacer lo que yo quiera”.

Si tienes tiempo, verifica si la auditora Deloitte & Touche nunca ha manoseado las cuentas de sus clientes para inducir en error a los inversionistas. Justo para darte una pista ve a mirar del lado de la Corte Suprema de Canadá…

“Pregunta. Usted viajó unas cuantas veces a Washington para suavizar el ambiente. ¿Fue una penitencia?

Respuesta. Hay citas más agradables porque, aunque sea extremadamente justo, también es durísimo. Por ello a todo el mundo le doy un buen consejo: eviten estas instituciones en la medida de lo posible. No se puede tratar con ellas con una actitud alemana, sino que hay que presentarse con rectitud y modestia. Si los estadounidenses hubieran aprovechado todos los instrumentos de tortura que pone a su disposición el sistema jurídico estadounidense, Siemens habría podido caer en una peligrosa crisis”.

Curiosa respuesta. ¿Qué es una actitud alemana? ¿Arrogancia? ¿Amenaza? ¿Si me tocas un pelo te invado en plan Blitzkrieg? Desde luego una actitud alemana, según Herr Gerhard Cromme, no tiene nada que ver ni con la “rectitud” ni con la “modestia”.

Herr Gerhard Cromme destaca que los estadounidenses no aprovecharon todos los “instrumentos de tortura” (sic) que pone a su disposición el sistema jurídico yanqui… ¿Donde se cree que estaba Herr Gerhard Cromme? ¿En Auschiwtz?

“Pregunta. En total han incurrido en unos costes de cerca de 2.000 millones de euros, sin contar con el pago complementario de impuestos. Esta cantidad podríamos restarla a todos los encargos que Siemens ha obtenido durante décadas gracias a la corrupción y todo este embrollo incluso podría haber sido rentable, si cabe.

Respuesta. No estoy de acuerdo, porque los daños a la imagen de la empresa son difíciles de calcular, pero son enormes. Desde que la Fiscalía de Baviera empezó con sus redadas, en noviembre de 2006, ya no hay sobornos en la multinacional. Los pedidos han aumentado y, por lógica, tendrían que haberse hundido si los sobornos hubieran sido tan necesarios para la supervivencia”.

¡Hay que ser de las chacras! Desde su nacimiento en octubre de 1847 y hasta noviembre de 2006 Siemens practicó el soborno y la corrupción… solo para darse cuenta de que cuando no lo hace gana más plata. Afortunadamente llegó Herr Gerhard Cromme, primer ejecutivo “honesto” de la compañía en 159 años…

“Pregunta. Entonces, ¿tenía algún sentido toda la corrupción?

Respuesta. Ahí es precisamente donde tengo mis dudas. Más bien creo que, tanto externa como internamente, se había desarrollado una especie de industria común del soborno que al final debía hacer que todos tuvieran la impresión de que los sobornos eran necesarios. No se puede excluir que los que participaban en este sistema se aprovecharan para sacarse un dinero extra”.

“Industria del soborno…” no lo digo yo, lo dice el Presidente del Consejo de Siemens… Aun así el Presidente del Consejo de Siemens tiene “sus dudas…”

“P. ¿Cuándo vio usted claro que detrás del creciente número de supuestos sobornos debía esconderse todo un sistema?

R. Antes de la sesión de abril de 2007 del Consejo de Administración. A partir de ahí dejé de entender cómo nos podíamos haber empantanado de esa forma, que se hacía cada vez más y más grande, sin que el presidente lo supiera o lo tolerara”.

A Gerhard Cromme le llevó seis meses darse cuenta de que la corrupción era un sistema en la empresa cuyo Consejo preside. Antes nunca imaginó siquiera que pudiese haber algún chanchullo.

A pesar de que de 2001 a junio del 2008 presidió la Comisión Gubernamental del Código de Gobierno de las Empresas Alemanas, algo así como los redactores de las reglas de buena conducta del empresariado alemán.

“Pregunta. Usted viene de la empresa ThyssenKrupp, con negocios relacionados con fragatas y tanques de rastreo, que estuvo en el punto de mira de los investigadores.

R. ¡Un momento! El proceso de investigación no condujo a ninguna sanción contra ThyssenKrupp ni contra sus colaboradores. El negocio que ha mencionado tiene su origen en 1991, esto es, muchos años antes de que Thyssen y Krupp se fusionaran, en 1999. Sería injusto relacionarme a mí con esos casos”.

Está claro que ThyssenKrupp (grandes fabricantes de armas de la Alemania hitleriana) nunca corrompió a nadie para vender armamento… Por si hubiese dudas Gerhard Cromme asegura que no hubo sanción. Como no la hubo en el tema de los “subprimes”, ni más cerca de nosotros en el  caso de los “jarrones”, ni en el Transantiago.

Impunidad no es sinónimo de inocencia…

“Pregunta. ¿Se siente engañado por los anteriores responsables de la junta directiva, Heinrich von Pierer y Klaus Kleinfeld?

R. La verdad es que me habría gustado que hubieran sido más francos…”

Eso. Que vinieran a contarle los chanchullos que él nunca conoció, y que si hubiese conocido… habría denunciado como el excelente ciudadano que es. ¡Qué duda cabe!

“Pregunta. Algo que quizás no podía ser, precisamente porque Siemens había aceptado anteriormente la corrupción como base.

Respuesta. Hoy sabemos que esta base surgió poco después de la Segunda Guerra Mundial, en una época en la que a las multinacionales de Alemania, un país vencido, ni siquiera se les permitía todavía entrar en los países buenos. Así que tuvieron que empezar en países bastante difíciles y hubieron de adaptarse a prácticas locales”.

Queda claro que la culpa de la corrupción sistemática practicada por Siemens es de los Aliados que vencieron al Tercer Reich. ¡Heil Hitler!

Los países “buenos”, eran aquellos a los que Siemens no podía entrar. Y los países “malos” los que la contaminaron dándole trabajo. Los países “malos” apreciarán la delicadeza de Cromme.

“Pregunta. En las investigaciones apenas aparecen casos de corrupción en Alemania y otros países europeos. ¡Cómo si no se hubiera sobornado a nadie en ellos!

Respuesta. En Europa empezaron antes con controles más estrictos. Y en Alemania las investigaciones no han encontrado nada nuevo…”

Cuando las autoridades europeas buscan… las investigaciones duran decenios y terminan por un sobreseimiento del caso, como ocurrió con las fragatas que Thomson-CSF le vendió a Taiwan por U$ 3 mil 400 millones.

Las coimas llegaron a 500 millones de dólares e incluyeron retro-comisiones para los partidos políticos franceses. Hubo un sinnúmero de muertes sospechosas (ahogados, defenestraciones, accidentes terapéuticos…), putas caras para ministros de la República pagadas con dinero corporativo, hombres de negocios fugados al extranjero con pasaportes suministrados por los servicios secretos, complicidad de primeros ministros, y hasta un ministro de la defensa que acusó a un Presidente de la República…

El cine no logra inventar cosas tan  verosímiles.

Gerhard Cromme, ex Presidente de la Comisión Gubernamental del Código de Gobierno de las Empresas Alemanas, debiese saber que si la Comisión existe se debe a que hay muy buenas razones  para ello…

“Pregunta. Los fiscales estadounidenses descubrieron 4.283 pagos ilegales y 332 proyectos dudosos protocolizados: desde el tren de cercanías en Venezuela y centrales eléctricas en Israel, hasta encargos de tecnología médica en Vietnam. ¿Hay algún sector en el que no hubiera sobornos?

R. El soborno se practicaba en muchos ámbitos, sobre todo en el de las comunicaciones. Era una red, un universo paralelo, ocultado, tolerado o incluso promovido por la anterior Junta Directiva”.

Transparencia, transparencia, el motor del libre mercado y de la libre competencia…

“Pregunta. Un compañero suyo del Consejo de Administración, el presidente de Deutsche Bank, Josef Ackermann, estalló y dijo que ya no sabía qué le sentaba peor de la anterior cúpula de Siemens: que no supieran nada o que no hubieran hecho nada.

R. Ése era el principal problema. Me habría gustado que los miembros anteriores de la junta directiva nos hubieran informado a tiempo. Así los afectados nos habríamos ahorrado muchas molestias en los últimos dos años”.

Gerhard Cromme lamenta haber sido “afectado” y haber tenido “muchas molestias”, ¡el pobre!, se ve que la principal víctima de la corrupción fue él.

“Pregunta. ¿Quiere de verdad que sus antecesores les devuelvan los 2.000 millones perdidos?

Respuesta. Sería absurdo. Lo que intentamos conseguir es más bien una contribución simbólica”.

Ya ves… las reparaciones “simbólicas” no son la exclusividad de Ricardo Lagos. Y en cuanto a no devolver el dinero robado, estafado, conculcado, prevaricado, Alvaro García primero del nombre no  inventó nada.

“Pregunta. ¿El acto de conciliación estadounidense con Siemens va a suponer un hito también para otros países, otras empresas?

R. Creo que sí. Hasta 1999, la corrupción en Alemania estaba considerada, a lo sumo, como indecente moralmente. Luego se aprobaron nuevas leyes que tipificaron como delito el pago de sobornos. Pero muchas personas siguieron sin entenderlo. El caso de Siemens ha hecho que lo comprendieran de golpe”.

Lo que Gerhard Cromme no dice es que las coimas eran perfectamente legales, y figuraban incluso en la contabilidad de las multinacionales como “gastos de prospección”. El fisco admitía entre un 5 y un 15% de “gastos de prospección…” Gastos que por supuesto desgravaban… No era tan difícil comprenderlo.

“P. Hay expertos que calculan que todos los sectores de negocios podrían entrar en números rojos el año que viene.

R. No. Pero un desplome tan repentino y tan extendido como el de ahora no lo había visto nunca. En 2009 se van a oír sollozos y rechinar de dientes en todo el mundo”.

¡El simple resultado de las estafas de otras mafias Gerhard!

Tan impunes como Siemens y otros patos malos que siguen frecuentando el Country Club…

Por Luis CASADO

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