Ojo con los monos animados: Don Gato, un destacado líder de callejón

Por Gonzalo Vargas Gaete

Don Gato y su pandilla es una serie de dibujos animados para la TV de una temporada con 30 episodios, ideada y producida por la industria Hanna-Barbera en el año 1961.

Posee un sobresaliente ingenio para conseguir el sustento diario, requerido por él y la pandilla; además una gran audacia para evadir los controles del policía a cargo del callejón, Matute, quien buscaba por casi todos los medios capturarlo “con las manos en la masa”. Es ahí donde el gato demostró su don: la palabra, a veces desentendido o distraído. 

El cómo persuadió a los personajes que aparecen en la serie, demostró tener en él una astucia capaz de convencer a cualquiera de su cometido: en el episodio «El Marajá de Pookajee» fue capaz de suplantar a un millonario que estaría a pocos días de llegar a la ciudad en un lujoso hotel. Para ello debió disfrazarse junto a la pandilla, y de esta forma personificar a un Marajá, para luego intentar disfrutar de la estadía en ese lugar.

En el capítulo «Cita frustrada», la pandilla paseaba por un parque en busca de gatas, cuando en un puente del lugar observaron a Cucho (miembro faltante), quien con una soga y una piedra de gran tamaño buscaba suicidarse por no poder conocer personalmente a la actriz Lola Glamour. Don Gato, al captar la radical y sufrida decisión de su compañero, lo pensó un momento y le aseguró que le conseguiría una cita.

Desde entonces pasó a ser el Conde Cucho. Para lograrlo, tuvieron que llevar a cabo una atrevida actuación en The Ostrich Club (frecuentado solo por estrellas). Y la escena empieza cuando al verla bajar de una limusina, Cucho se decepciona y le da a entender que esperaba a otro felino (Don Gato reportero), y de inmediato aparece Benito (vendedor de diarios) y comunica que el millonario (Cucho) acaba de comprar Texas.

Luego, en un comedor del recinto en donde se encontraba Lola, Panza hace el llamado: “Le hablan al Conde Cucho de la Casa Blanca”. En seguida, Demóstenes le entrega un champán “Cortesía del Conde”, lo que sin duda empieza a seducirla, ya que el personaje tiene “influencias”.

Don Gato, un personaje que demostró tener valentía para defender el lugar de él y su pandilla en la calle, por medio de su seguridad al expresarse le dio a entender a sus amigos que se podían llevar a cabo distintos propósitos, sin importar el lugar de origen o residencia. También supo cómo ayudar en un momento de crisis a un miembro de la pandilla, al mostrarle que la gata que deseaba conocer -y por quien se suicidaría- no era inalcanzable; se trataba solo de idear un plan que llamara su atención. Solo conociendo un poco de su ávida personalidad, entendió que debía hablarle de su compañero como si fuera un distinguido millonario, sin la necesidad de hacerlo explícito. Él y la pandilla la convencieron de que debía conocerlo por cualquier medio.