Columna de Rafael Gumucio Rivas

Opinión: ¡¡¡Hipócritas cristianos!!!

Los mismos que han obstaculizado el paso de la historia social, desde el divorcio al uso de métodos anticonceptivos, hoy se oponen a proyectos como la identidad de género o al aborto. Ellos mismos, como han denunciado recientemente, son quienes administran esas casas de horror, que son los centros del Sename.

Por Daniel Labbé Yáñez

01/08/2017

Publicado en

Chile / Columnas / Portada

0 0


“Los niños tiene  pene. Las niñas tienen vulva. Que no engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo. Nicolás tiene derecho a un papá y a una mamá. Más familia, menos Estado. A mis hijos los educo yo”. Así rezan los slogans del mal llamado “bus de la libertad”, proyecto financiado  por la organización CitizenGo, Padres Objetores de Conciencia y el Observatorio Legislativo Cristiano. Este bus de la discriminación ha recorrido varias ciudades de España, Colombia, México y ha continuado su recorrido por Santiago de Chile y Valparaíso, donde lo esperó el alcalde de esa ciudad portando la bandera de la diversidad sexual.

La líder del dicho Movimiento, Marcela Aranda, fue funcionaria del Seremi de Salud y de la gobernación de Valparaíso durante el mandato de Sebastián Piñera. Esta organización conservadora se ha reactivado ante la inminente aprobación, por parte del Congreso, del proyecto de ley de Identidad de Género, que permitirá a las personas elegir el sexo y el nombre en los documentos oficiales, favoreciendo a las minorías transexuales. Por otro lado, también este Movimiento discriminatorio se opone al matrimonio igualitario y a la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo. (Hay que recordar que, en el siglo pasado, los homosexuales eran penados por el delito de sodomía).

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), con ocasión del recorrido del “bus de la libertad”, hizo circular paralelamente el “Bus de la Diversidad”, y en la Escuela de Derecho, de la Universidad de Chile, en Santiago, así como el alcalde Daniel Jadue, de la  municipalidad de Recoleta, respondieron a la provocación del reaccionario CitizenGo enarbolando una enorme bandera que identifica a la comunidad transexual en todo el mundo.

Ambos buses marcharon por Santiago y, en uno de los encuentros, el dirigente de Movilh, Rolando Jiménez, fue atacado violentamente por los fanáticos integristas, quienes gritaban “maricones, degenerados, pedófilos” y otras linduras…

{destacado-1} El problema no está en la libertad de expresión, por la cual estos trogloditas pueden pensar y difundir lo quiera, sino en la discriminación contra las personas, considerando que los transexuales y homosexuales son enfermos, a quienes hay que someter a cuidados médicos, o bien, apartarlos de la comunidad. En sociedades civilizadas, el nazismo está puesto fuera de la ley y no se permite, por lo tanto, la difusión de pensamientos discriminatorios, sean por raza, religión u opción sexual.

Estos beatos reaccionarios, que entienden la religión como la adoración a un dios violento y castigador – no tiene nada que ver con el Dios de Jesucristo y su evangelio – han impedido, en la historia de Chile, toda idea de tolerancia y avance en materias sociales y de costumbres: antes fue contra el divorcio, después contra la contracepción, hoy contra la despenalización del aborto y la identidad de género, y luego vendrá su oposición férrea al matrimonio igualitario y a la adopción de niños por parejas del mismo género.

Los hipócritas cristianos, que pretenden hablar en nombre de la humanidad y de la libertad de sus padres para educar a sus hijos, no tienen ningún respeto por los niños en situación de vulnerabilidad, como es el caso de los “recluidos” en el tanatorio del SENAME. El diputado ex DC René Saffirio acusó a sus ex colegas democratacristianos de ser, en algunos casos, gerentes y dueños de instituciones que dan, supuestamente, mejor atención a niños y adolescentes por lo que recibían millones de pesos del erario público. En la realidad, muchos de los niños murieron en esos centros y otros eran violados y maltratados.

Los nombres de Delia del Gatto, Enrique Correa, Gutenberg Martínez y algunos miembros de la familia de la  familia Walker Prieto, aparecen en directorios de Instituciones con nombres muy valiosos, como León Bloy (1846-1917), cristiano de verdad que acusó a los hipócritas de su época, y que forma parte los grandes padres del cristianismo social; otra Fundación, Rodelillo, fue fundada por el  padre de los Walker, en homenaje a la misa del Papa Juan Pablo II, con ocasión de su visita a Viña del Mar. Con estas conductas se cumple perfectamente la máxima de que “la hipocresía es el homenaje que el vicio brinda a la virtud”.

La actual Democracia Cristiana, (no me cansaré de repetir), no tiene nada que ver con la antigua Falange, un pequeño partido político que, en nombre del cristianismo social, inspirado en Péguy, Bloy y, posteriormente, en Mounier, practicaban la fraternidad y, lo que ellos llamaban, “la  redención del proletariado, y luego, en el socialismo comunitario. Hoy, los democratacristianos, dominados por los Aylwin, los Walkers y los Martínez-Alvear, sólo constituyen una mafia, cuyo único objetivo es enriquecerse, perpetuarse en el poder y repartirse los cargos públicos – Gendarmería y SENAME son unas de tantas reparticiones públicas donde los jerarcas del Partido  se distribuyen los cargos – ¿Hasta cuándo vivirán de la teta del fisco?

Los derechistas democratacristianos están felices con la ridícula candidatura de Carolina Goic a la presidencia de la República, quien apenas alcanza al 3% en las encuestas de opinión, a sabiendas de que son financiadas por Sebastián Piñera. De todas maneras, aunque la candidata democratacristiana sólo roce el 10%, transaría esos votos por pitutos con el candidato que llegue segundo. Sin pegas a su disposición y dinero fiscal no hay Democracia Cristiana. Por lo demás, la candidata de la DC no es dueña de los votos de sus dirigentes – Mariana Aylwin, por ejemplo, votaría en la segunda vuelta por Sebastián Piñera, en tanto otros han manifestado que no votarían por el candidato Alejandro Guillier y, mucho menos, por Beatriz Sánchez, candidata del Frente Amplio.

Estos hipócritas cristianos, de todos los pelajes, han contribuido a que mucha gente honrada les repugne el cristianismo actual. Afortunadamente siempre habrá verdaderos y valientes cristianos comprometidos con el evangelio, como es el caso, entre otros muchos,  del escritor Gilbert Chesterton, quien escribía sobre el absurdo de la Cruz, y en la actualidad, en Chile, el padre Felipe Berríos, Mariano Puga, José Aldunate. Estoy seguro de que el Averno está lleno de cardenales, amantes del dinero y, sobre todo, del abuso contra los niños más vulnerables de nuestra sociedad.

Texto publicado en la edición n° 214 de la revista El Ciudadano.

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones

Comparte ✌️

Comenta 💬