¡Otra vez! … “no más sexo fuera del matrimonio”

De nuevo entonces la cruzada por la abstinencia sexual

Por Director

13/08/2010

Publicado en

Columnas

0 0


De nuevo entonces la cruzada por la abstinencia sexual.

Hace algunas décadas, cabe recordarlo para comprender cuáles son los latidos culturales de nuestra sociedad,  el estadio nacional repleto hizo a viva voz un no rotundo a la propuesta del Papa de «no más sexo». Tal vez lo que esto mostró es que el proceso de civilización había conducido a la separación de la sexualidad de la procreación y la sexualidad comenzaba a desprenderse de la satanización a la que la sometían los discursos morales.

La colonización del Estado por la franja conservadora del gobierno día a día muestra cómo las oficinas públicas se pueblan de íconos y ritos religiosos, lo que en buena medida pone en escena la compleja idea del «Cambio» que nutrió de sentidos al programa de Piñera. La cohabitación de liberales y conservadores, la voluntad de los últimos por borrar la separación de la Iglesia y el Estado instalando discursos y rituales de esta naturaleza coloca en jaque el proceso de secularización y laicización que fue ganando terreno desde el siglo XIX en adelante poniendo de relieve la voluntad de algunos grupos de poder por volver al Antiguo Régimen del cual ya nos habíamos desprendido, a lo menos formalmente.

Pero volvamos al problema del matrimonio y la filiación ya que de esto se trata en el mentado Boletín Nº 4: encauzar la sexualidad y la procreación en la familia-institución. Como sabemos, el matrimonio es una institución en vías de erosión progresiva (la gente se casa cada vez menos). La disminución de la nupcialidad va de la mano con el aumento de los divorcios (el matrimonio es una institución frágil) aunque la gente sigue teniendo hijos (cada vez menos) en uniones libres: la mayor cantidad de hijos, más de la mitad,  en el Chile actual nace fuera del matrimonio.

¿Cómo torcerle la mano a estos comportamientos sociales?

Más allá de esta realidad demográfica indesmentible, en el escenario de una población obediente a encauzar la procreación en el matrimonio como lo proclamado el Boletín Nº 4  ¿se ha pensado con responsabilidad de Estado que bajo esta lógica -todos los hijos dentro del matrimonio- llegaríamos ignorando a los que nacen fuera del matrimonio a una tasa de fertilidad de menos uno, lo que pondría en riesgo nuestra propia existencia como Nación?

Más bien, para mayor éxito del freno al embarazo de los jóvenes valdría la pena trabajar con políticas de prevención, extender la educación sexual al aula escolar, ofrecer a la población métodos contraceptivos gratuitos y universales como se venía haciendo pese a las porfiadas resistencias del conservadurismo y brindar a los jóvenes otros derroteros que la maternidad precoz, como sabemos reproductora de la pobreza. Entre otros, mejor educación, mejores empleos, más acogida y menos control policial, más escucha y menos condena, menos disciplinamiento y más bienestar.

Por Ximena Valdés

Directora de Cedem, integrante del Consejo Consultivo del Observatorio de Género y Equidad

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones

Comparte ✌️

Comenta 💬