Pon tus barbas a remojar

El pueblo sigue siendo el mandante Constitucional, la fuerza de la unidad; su movilización constante y pacífica, su organización efectiva y afectiva, su claridad del escenario y de objetivos seguirá siendo el único antídoto para salvar a nuestra patria del veneno del neoliberalismo del FMI Por José Ariza

Por carlosalejandro

30/10/2019

Publicado en

Columnas

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El pueblo sigue siendo el mandante Constitucional, la fuerza de la unidad; su movilización constante y pacífica, su organización efectiva y afectiva, su claridad del escenario y de objetivos seguirá siendo el único antídoto para salvar a nuestra patria del veneno del neoliberalismo del FMI


Por José Ariza.- ¿Por qué fue tan fácil levantar el paro en el Ecuador mientras que en Chile aumenta cada vez más la movilización social? La dirigencia indígena, única interlocutora para el diálogo con el Gobierno Ecuatoriano, en el pasado paro de inicios de octubre, aceptó muy fácilmente los ofrecimientos de un presidente traidor de sus promesas de campaña y de un contralor usurpador. Traidor también de su ideología de izquierda como su compadre Enrique Ayala Mora, Gustavo Larrea y una pandilla de renegados seudoizquierdistas, que ahora asesoran directamente a los poderes fácticos, fácilmente olvidaron a sus muertos, miles de heridos, apresados por la brutal represión, nunca antes vista en la historia republicana del Ecuador, y que demuestra que ya está dando frutos el asesoramiento israelí, colombiano, hondureño y norteamericano a la policía y al ejército, fácilmente y detrás de un par de líderes indígenas carismáticos que dan la imagen de que están bien preparados, pero que no toman en cuenta la historia del Ecuador, del movimiento indígena local y de Nuestramérica, no ven que en al lado nuestro, en Colombia, ya van más de 100 líderes de los cabildos, Gobiernos y guardia indígena asesinados a mansalva, algunos frente a su familia, sin haberse levantado de la cama, algunos directamente por el ejército y otros por grupos paramilitares con evidente apoyo de ese mismo ejército en una guerra contra el pueblo colombiano, esa que quieren desatar aquí en Ecuador como “plan de contrainsurgencia”, tan parecidos a viejas doctrinas militares de seguridad nacional nacidas en la guerra fría, y al criminal “estatuto de seguridad” de Turbay Ayala causante de cientos de miles de muertos del pueblo, millones de desplazados, miles de desaparecidos, cientos de miles de encarcelados. Como ya lo dijo el ministro de defensa junto a sus nuevos jefes del comando conjunto y ejército nacional en el inicio de una espiral de represión y violencia social sin retorno.

Vale recordarles a estos líderes indígenas, aparentemente ingenuos, que si ves a tu vecino las barbas cortar, pon las tuyas a remojar. La intervención imperialista en las Fuerzas Armadas ecuatorianas no son juego de niños y ya se lo demostró la policía. Están dispuestos a matar a los indígenas, al pueblo ecuatoriano, por cumplir las órdenes superiores de mantener el orden constituido; sí, ese orden que los discrimina, los margina, que garantiza privilegios para un 2 %, como lo dijo el señor Nebot, que permite que se perdonen 4500 millones a una élite y se le endose esa deuda al pueblo ecuatoriano, para que la pague con alza de combustibles, reducción de salarios, alza de impuestos, reducción de atención en servicios básicos, reducción de derechos, etc., ¿eso no les han dicho sus dirigentes? ¿se creen inmunes porque sus dirigentes los convencieron de que la Conaie cogobierna junto a Moreno, por los puestos con los cuales tienen cooptados a algunos? ¿Confían en que la oligarquía ecuatoriana cumple sus promesas y respeta a los pueblos? En pocos días, lamento decirlo, se correrá la cortina y veremos el más feroz paquetazo en la cara de todos, por eso preparan aceleradamente la respuesta militar, de la policía y su ministra María bala y plomo, ya sabemos su actitud. De Jarrin ya sabemos su historia de formación militar con los mayores terroristas del mundo contra los pueblos, la Yihad y el ejército israelí, faltaba en la ecuación la cúpula militar, sí, esa que acaban de relevar por declarar que no podían usar las armas de guerra contra el pueblo.

Ellos saben que el levantamiento popular es inminente ante la falta de argumentos para justificar la urgencia que tienen de imponer las medidas del FMI para fusilarnos a todos, ante el descrédito generalizado de los medios de comunicación hegemónicos y la relevancia cada vez mayor de los medios alternativos para romper el cerco mediático. Solo les queda la represión brutal, más brutal aun que la que sufrimos en días pasados, cada vez más parecida a la de nuestro vecino el estado disfuncional colombiano. Tal vez veremos más bases militares humanitarias yanquis, como sucede también allí, veremos el aumento de bandas de narcotraficantes, germen de los grupos paramilitares de control social como los que ya existen en Guayaquil, Loja , Esmeraldas, Sucumbíos o Manabí, el asesinato de los periodistas o de la pareja en la frontera, hecho que no fue casual, fue un claro mensaje escarmentador de lo que le espera al ciudadano de a pie a manos de bandas criminales si no acepta las condiciones sociales y de “seguridad” de su Ejército y del Estado. Algo así como que “No se queje de que está en la olla, los que están afuera están peor”, pronto veremos más saqueos, más quemas de edificios, negocios, etc., por encapuchados para criminalizar la protesta social genuina, más redadas, más persecución y encarcelamiento a los verdaderos líderes sociales, sin importar si son indígenas o no, más lawfare, judicialización de la política, más acoso mediático, etc., pero no se asuste, eso es lo que justamente pretenden, asustarnos y desmovilizarnos, que metamos la cabeza en el suelo. El pueblo sigue siendo el mandante Constitucional, la fuerza de la unidad del pueblo, su movilización constante y pacífica, su organización efectiva y afectiva, su claridad del escenario y de objetivos seguirá siendo el único antídoto para salvar a nuestra patria del veneno del neoliberalismo del FMI. Eso, como lo vemos en Chile también, es lo único que evitará que traidores, criminales, mafias, asesinos tomen por asalto la Nación ecuatoriana. Si no somos nosotros, ¿entonces quiénes?, si no es ahora que nos salvemos entre todos, ¿entonces cuándo? Por la Patria, estamos obligados a vencer a los antisociales, sus mentiras, sus montajes y unidos en mente y corazón, siempre venceremos. Desde Quito, Ecuador, aun, José Ariza, Conaicop Ecuador, Red de Solidaridad entre los pueblos y Red de Psicólogos Nuestroamericanos.

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