Columna

Qué dirá el Santo Padre, que vive en Roma, que les están violando a sus palomas

  Atrás quedo la sensación de una iglesia participante y contenedora, aquella que no solo protegía, asistía y luchaba por un pueblo que se desangraba bajo el yugo de la dictadura, sino que también acogía y ayudaba, sin discriminar, sin miramientos, a toda persona que lo necesitaba

Qué dirá el Santo Padre, que vive en Roma, que les están violando a sus palomas

Autor: Arturo Ledezma

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Atrás quedo la sensación de una iglesia participante y contenedora, aquella que no solo protegía, asistía y luchaba por un pueblo que se desangraba bajo el yugo de la dictadura, sino que también acogía y ayudaba, sin discriminar, sin miramientos, a toda persona que lo necesitaba. Se transformaron en un relato, una experiencia de agradecimiento por figuras como: Silva Henríquez, Sergio Valech, Juan de Castro Reyes, Mariano Puga, Alberto Hurtado, Felipe Berrios, José Aldunate, Pierre Dubois; entre muchos otros que con cariño, estando ahí con la gente, construyeron desde todos los espacios un país mejor.

Duele ver y saber cómo quienes están llamados al re-encuentro y solidaridad, abusan (o han abusado) de la confianza de su gente. Cometiendo abusos, cometiendo violaciones. Es insostenible que el cardenal Ezzati y la conferencia episcopal de Chile el año 2011 pidiera perdón y entregara un listado con los “17 padres” procesados y condenados (por causa civil y/o derecho canónico) por ser abusadores sexuales. ¿Cómo hoy  salen defendiendo la nominación de Juan Barros como obispo, estando asociado al caso Karadima? ¿Volvieron a la doctrina de Errázuriz quien decía que sí, habían casos, pero eran poquitos? ¿Poquitos sin importancia? ¿A borrar con el codo lo que se ha escrito con sangre y lágrimas?

Las personas han aprendido y ya no toleran actos delictuales que tratan de justificarse bajo una cruz: como si la indumentaria, como si la sotana fuera capaz de aguardar, sostener, pregonar una moral corrosiva, tendenciosa, que como un cáncer se replica por cada espacio hasta saturarlo todo, destruyendo todo. Hoy los curas buena onda que abusaron han quedado al descubierto y han encontrado una reacción de rabia e impotencia en la gente. Ya no haremos como si nada pasara.

Me pregunto cuál será el pedestal desde donde nos vuelvan a dictar los medios y formas de vida. Si ese espacio entre la clase alta y el siutequerio chileno les permitirá seguir con sus discursos de odio y falsas doctrinas. Hoy la sociedad civil avanza en materias de aborto, Matrimonio Gay, Identidad de género, adopción y debemos seguir construyendo en torno a esos debates. No permitamos que personas, por medio de una institución, nos hablen de valores, de buenas costumbres, de amor al prójimo, cuando se han perdido en el camino del encubrimiento, la reubicación y el olvido. Si no me cree, pregunte por: José Aguirre, Victor Carrera, Jorge Galaz, Juan Henriquez, Jaime Low, Marcelo Morales, Ricardo Muñoz, José Miguel Narvalez, Eduardo Olivares, Juan Orellana, José Arregui, Eduardo Martinez, John O´Reilly, Francisco Cortés, Gerardo Araujo, Jorge Baeza, Daniel Pauvif, Casiano Rojas, Héctor Valdés, Cristian Precht, Fernando Karadima, René Benavides, Francisco José Cox, Marcelo Méndez, entre otros “hombres de Dios”.


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