Columna de opinión

Reciclaje de Plástico: Un fraude promovido por la industria petroquímica

La viabilidad técnica y económica del reciclaje del plástico es inexistente. Pero lo peor de todo, es que esto es sabido por la industria petroquímica desde siempre.

Por El Ciudadano

19/03/2024

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Por Alejandra Parra, Alianza Basura Cero Chile, RADA, GAIA LAC.

No es algo que hayamos inventado desde la Alianza Basura Cero Chile, es lo que dice el Centro para la Integridad del Clima[1]. ¿Y qué tiene que ver el clima con el plástico? Que más del 99% de los plásticos se producen a partir de combustibles fósiles. Los plásticos son parte del sector económico de las petroquímicas, dentro de los productos que se hacen a partir del petróleo y gas. Para fabricar los plásticos se necesita extraer hidrocarburos y procesarlos. En ese proceso de manufacturación se liberan tantos gases de efecto invernadero que si no se reduce en al menos un 70% la producción de plásticos para el 2050, la fabricación de plásticos impedirá que alcancemos las metas del clima, de limitar el calentamiento global a 1,5°C[2].

¿Y por qué esta organización, que empodera comunidades y autoridades para hacer responsables a las petroquímicas sobre los costos del calentamiento global, concluye que el reciclaje del plástico es un fraude?

Porque la viabilidad técnica y económica del reciclaje del plástico es inexistente. Pero lo peor de todo, es que esto es sabido por la industria petroquímica desde siempre.

Inviabilidad del reciclaje de plástico

El reciclaje del plástico es inviable por varias razones:

  1. La calidad del plástico se degrada cada vez que es reciclado. Los químicos derivados de los combustibles fósiles que son la base de los plásticos, son vulnerables al calor y otros procesos usados en el reciclaje. A medida que se degradan, esos químicos pierden su calidad e integridad, haciendo las resinas recicladas inútiles para muchos fines. La realidad (dice el informe) es que el plástico puede ser reciclado solo una vez, raramente dos veces. El reciclaje solo retarda brevemente su llegada a un relleno sanitario, vertedero, incineración o liberación al ambiente.
  2. Hay miles de plásticos distintos (no 7 como nos ha hecho pensar la industria, esto lo explicamos más abajo en esta nota). Las variaciones entre ellos limitan más aún su reciclaje. Para reciclar plástico es necesario separar miles de piezas de plástico por sus tipos para mantener un grado de pureza en el material reciclado resultante. Por esto, aunque algunos plásticos sean técnicamente reciclables, en la práctica esto no sucede. Es impracticable (si no imposible) separar todos esos distintos tipos de plástico para reciclarlos.
  3. La toxicidad de los plásticos y sus aditivos químicos limitan la reciclabilidad del plástico. Muchos plásticos contienen comúnmente aditivos tóxicos como estabilizadores, plastificantes, revestimientos, catalíticos y retardantes de flama. Estas sustancias se relacionan con problemas del desarrollo del cerebro, del comportamiento, del sistema reproductivo, cáncer de mama, próstata, ovario, útero, riñón, testículos, disrumpen el sistema inmune, las funciones del hígado, la tiroides, provocan baja de peso al nacer, pubertad alterada, y un enorme etcétera de impactos a la salud de las personas. Además, los plásticos se contaminan aún más dentro del flujo de basura con envases de pesticidas, solventes y otros artículos de uso doméstico. A medida que el plástico se degrada por el uso y el reciclaje, va emitiendo esas sustancias. Por esto, una vasta mayoría de productos plásticos no puede ser reciclada para fabricar envases de comida, superficies de contacto con comida, y otros productos de alto contacto.
  4. Algunos tipos de plásticos no tienen mercados de destino (negocios que compren y usen materiales reciclados para hacer nuevos productos) y por lo tanto es imposible reciclarlos. Al día de hoy, solo el PET y el polietileno de alta densidad (HPDE) tienen mercados de reciclaje viables. Estos son conocidos como plásticos 1 y 2 respectivamente, por el Código de Identificación de Resina, inventado y promovido por la industria. En Estados Unidos (el contexto del reporte original en el que nos basamos para escribir esta nota), los pocos municipios que recolectan plásticos del 3 al 7 para reciclaje, en realidad no los reciclan, sino que los incineran o entierran en rellenos sanitarios. Si esto sucede en Estados Unidos, imaginen lo que sucede en Latinoamérica.
  5. Por último, el costo de producir plástico reciclado es mucho mayor al de producir plástico virgen. El proceso de reciclaje, desde la recolección a la separación al procesamiento al transporte, requiere más tiempo, más horas de trabajo y equipamiento para lograr un producto de menor calidad y menos eficiente, que el proceso de fabricar resinas vírgenes a partir de hidrocarburos. La producción creciente de resinas vírgenes por parte de la industria petroquímica hace que el precio del plástico reciclado sea aún más bajo.

De todas estas razones que inviabilizan técnica y económicamente el reciclaje de plástico, la industria está totalmente consciente desde hace más de medio siglo. Esto está registrado en reportes y notas de las reuniones de la misma industria y sus organizaciones. Sabiendo todo esto, la industria ha promovido el reciclaje como una solución al problema de la basura plástica, como una estrategia para evadir la promulgación de leyes que prohibieran la producción y venta de ciertos productos.

Los plásticos fueron introducidos masivamente en Estados Unidos en la década del 1950, cuando los fabricantes de resinas plásticas (las compañías petroquímicas) identificaron una forma de asegurar una demanda creciente: los productos desechables. Si los productos plásticos se usan solo una vez, necesitarán ser comprados (y por ende producidos) una y otra vez.

Poco después de la introducción de productos plásticos desechables en el mercado estadounidense, la basura comenzó a acumularse y la gente a reclamar. Entonces la industria de los plásticos promovió los rellenos sanitarios y los incineradores como solución a este problema en la década del 1960 al 1970. En el foro anual de Instituto de Envases de 1971, Judd H. Alexander de la Empresa Americana de Latas, habló sobre la preocupación del público por la basura plástica proveniente de empaques. Dijo: “¿Reciclar los envases y embalajes plásticos? Una excelente idea. Pero reciclémoslo en energía”. (…) Pienso que sería economía falsa el reciclar plásticos separándolos, clasificándolos, limpiándolos y transportándolos y procesándolos, cuando podrían tener un valioso segundo uso en el lado del descarte como una fuente de energía”.

Pero estas propuestas por supuesto no resolvieron el problema de la creciente generación de basura plástica y tampoco acallaron las voces de reclamo de la ciudadanía. La industria se vio nuevamente enfrentada a la amenaza de regulaciones y leyes de prohibición. Entonces, a mediados de la década de 1980, la industria comenzó a promover el reciclaje del plástico.

La industria convenció a las autoridades de que estaban trabajando para reciclar los desechos de sus productos y así detuvo la promulgación de leyes de prohibición y regulaciones, aunque siempre que analizaban el asunto llegaban a la misma conclusión: que el reciclaje de plástico es técnica y económicamente inviable. El director ejecutivo del Instituto Vinilo, compartió en 1989 “Consideraciones clave para evaluar el reciclaje”, afirmando que “el reciclaje no puede realizarse indefinidamente, y no resuelve el problema de la basura.” (imagen 1).

Imagen 1: El director ejecutivo del Instituto Vinilo comparte consideraciones sobre el reciclaje de plástico con la industria en 1989.

A pesar de esto, la industria del plástico comenzó una campaña coordinada para vender la promesa del reciclaje de plásticos desde mediados de 1980. Una de las medidas fundamentales para hacer al público creer en el reciclaje, fue la creación del Código de Identificación de Resinas (RIC en inglés). Introducido en 1988 por la Sociedad de Industriales del Plástico, el sistema agrupa los plásticos numerándolos del 1 al 7 con un triángulo de flechas que se persiguen, el símbolo ampliamente reconocido del reciclaje. Así es. Ese código no significa que un plástico es efectivamente reciclable. Tampoco significa que un grupo de plásticos son de hecho del mismo tipo. Es simplemente publicidad engañosa creada por la industria del plástico.

Una vez aceptado el reciclaje como una solución al problema de la basura plástica por parte del público y las autoridades, la industria se comprometió con alcanzar elevadas metas de reciclaje que nunca cumplió. Esas metas fueron puestas simplemente para aplacar la opinión pública, sin la intención real de cumplirlas ya que la impracticabilidad del reciclaje era sabida.

Al día de hoy esas metas siguen incumplidas, y hoy la industria promueve el reciclaje químico o “reciclaje avanzado”, la pirolisis de los plásticos, la transformación de los residuos plásticos sólidos en aceite y gas para luego usarlos como materia prima secundaria en la fabricación de plástico. Pero esta tecnología también ha demostrado ser inviable técnica y económicamente, ya que los aceites y gases resultantes se encuentran altamente contaminados y su depuración es costosa y compleja, por lo que ninguna planta de pirolisis ha logrado despegar a nivel industrial. En Latinoamérica, la pirolisis de plásticos está siendo promovida como un sistema de “basura a combustible”, proponiendo el uso de los aceites y gases como combustibles en reemplazo del petróleo y sus derivados, pero el plástico mismo es un derivado del petróleo, solo que lleno de miles de aditivos tóxicos que hacen los productos de la pirolisis, inviables para su uso tanto como materia prima para fabricar plásticos como para usarlos como combustibles.

El proceso del Tratado Global para Detener la Contaminación por Plásticos

Desde el 2022 hasta marzo de 2024 se han realizado 3 de las 5 reuniones del Comité Intergubernamental de Negociaciones para desarrollar un tratado global que detenga la contaminación por plásticos. La transición justa para recicladores de base es una de las demandas ciudadanas en estas negociaciones. En la última reunión realizada en Nairobi en noviembre de 2023, había más lobistas de la industria petroquímica que los representantes de 70 gobiernos combinados. A sabiendas de lo inescrupulosa que es esta industria, los perpetradores de la crisis mundial de los plásticos deberían quedar fuera de las negociaciones. Desde las organizaciones que defendemos la salud del ambiente y las personas, luchamos y seguiremos luchando incansablemente para que este tratado no termine simplemente promoviendo el reciclaje del plástico, sino que aborde ese problema desde la raíz, limitando y reduciendo la producción de este tóxico y largamente innecesario material.

Imagen 2: Representantes de pueblos indígenas y recicladores de base en la tercera reunión de negociaciones del tratado global para detener la contaminación por plásticos.


[1] Center for Climate Integrity, 2024. The Fraud of Plastic Recycling https://climateintegrity.org/uploads/media/Fraud-of-Plastic-Recycling-2024.pdf

[2] CIEL, Septiembre 2023. Reducing Plastic Production to Achieve Climate Goals https://www.ciel.org/wp-content/uploads/2023/09/Reducing-Plastic-Production-to-Achieve-Climate-Goals_Sept21_V5.pdf

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