Se busca a un niño o rastrilla al Wallmapu

En varios países de Latinoamérica cuando se pierde un niño en la playa o en la plaza, comienzan un tañido solidario

Por Nelytza Lara

25/02/2021

Publicado en

Columnas

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En varios países de Latinoamérica cuando se pierde un niño en la playa o en la plaza, comienzan un tañido solidario. Hasta que ese aplauso llega hasta debajo de algunas zarzamoras, o banco, donde emerge medio revolcado, un gurí pidiendo su abrazo. Sociedad amorosa que nos reclama, de la que aún no nos hacemos cargo.

Construcción colorida que nos debemos desde aquel cuento del había una vez. Por qué no había una vez, sino es que tendrían que haber muchas veces, fantasías y sueños con la delicadeza que ellas y ellos esperan desde la ternura que nos prodigan.

Un niño, una niña nunca se nos puede ir del amor, pero se nos van a cada instante. Son lo que viene y los que tenemos que dejar libres. Son parte de otro mundo,  que amanecerá en sus manos, a su entera imaginación, con un pedazo de nuestro pasado.

Divagaciones que salen, mientras siguen mostrando solo tecnología en la búsqueda de Tomas. La que no tiene resultados y probablemente no lo tendrá, porque se busca en definitiva a un humano y no a un robot. 

Así los aviones surcan los espacios, entre Arauco y Lebu. Tomando las más altas fotos en resolución a gran escala, de diez centímetros, sobre  los miles de árboles de la Araucanía, con infrarrojo que divisa troncos cortados, maleza y leña, maquis y rosas mosquetas escondidas entre enredaderas.

Satélites y drones, en la búsqueda de este pequeño principito sin paracaídas, desaparecido en la tierra de los mapudungun.

Las autoridades políticas y militares son entrevistadas y nos comentan por la televisión que están agotados y agotando todos los esfuerzos por encontrar al pequeño de 3 años perdido en el sector rural de la ruta Arauco – Lebu.

Por qué tantos medios, nos preguntamos.

El rastrillaje lleva ya varios días en toda esa extensa zona. Desplegando a la PDI, Carabineros, ejército, aviación, armada y bomberos. En Chile existe un promedio de 400 personas desaparecidas por año. Con decir que, solo en redes sociales, hace tres días pedían apoyo para la búsqueda de  dos jóvenes desaparecidos. Y ayer, Catalina de 14 años también estaba perdida en Padre las Casas.

En la esquina, la vecina peruana del negocio de frutas, me comenta, mientras ve la televisión, que un pequeño de tres años no puede estar a  más de dos cuadras a la redonda del lugar donde se perdió. Tal vez sea un secuestro… me dice preocupada y llena del sentimiento que logra inducir la televisión.

Hay mucha expectación, dudas y desconfianzas. Ya nadie cree mucho. Más bien parece una invasión al Wallmapu me dice un amigo.

Yo solo espero que mañana, después del sueño, podamos despertarnos en el Reino Del Revés.

Porque aquí abajo, seguiremos buscando  niños y niñas para amanecer, porque aún nos siguen haciendo falta sus fantasías.

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