Toda legislación sobre el aborto será arbitraria

Poner una ley, una legislación sobre el aborto siempre será arbitrario, poner una ley sobre un hecho natural como es la gestación y el nacimiento siempre va a ser un acto consecuente con la interpretación que se tiene sobre ese hecho

Toda legislación sobre el aborto será arbitraria

Autor: Mauricio Becerra

avelinoPoner una ley, una legislación sobre el aborto siempre será arbitrario, poner una ley sobre un hecho natural como es la gestación y el nacimiento siempre va a ser un acto consecuente con la interpretación que se tiene sobre ese hecho. Por lo tanto nace del pensamiento, el que por definición no es lo mismo que “lo real”.

En el caso de la interrupción del embarazo, aborto, relacionado con la emergencia de una nueva vida, la carga emocional es enorme, y la sensibilidad y cuidado al abordarlo también lo son. Ronda el concepto numinoso o terrible, amenazante o ideal de lo sagrado. Como si hubiera algo sagrado, y supiéramos qué es o cuando algo es sagrado. Si lo sagrado fuera el misterio insondable, profundo y desconocido que mueve toda existencia y nos topamos con el concepto de Dios en el fondo, entonces no sabemos lo que es sagrado; pero le atribuimos ese carácter a vivencias significativas para la mayoría. Y, en torno de esa atribución nunca tenemos estimación suficiente sobre nuestra comprensión, nunca estamos seguros, sentimos temor, miedo a pecar, a producir un descalabro, a la desgracia, la muerte a lo irreparable Entonces nos defendemos con prejuicios, nos aferramos a ideas rígidas, mitos, estado que se presta para qué grupos y personas luchen por el poder ideológico: religioso, político científico,- o cualquiera apariencia que tome-.

En Chile cada cierto tiempo se discute sobre la interrupción del embarazo o aborto. Ahora nuevamente se vuelve a hacer, después que en el informe del 21 de mayo que entrego Michel Bachelet anunciara que el gobierno iba a enviar un proyecto de ley para despenalizar el aborto cuando: el embarazo fuera incompatible con la vida de la madre, el feto fuera inviable o el embarazo hubiera sido fruto de una violación.

Hay algunas dimensiones del proceso del nacimiento de un nuevo ser humano en las que se hacen más evidente el carácter arbitrario de las interpretaciones en relación con el. Una de estas discusiones ambiguas es la que hay entre la fecundación, es decir cuando el espermatocito se une con el ovocito, y se genera entonces la primera célula que comienza la nueva vida, -la que generalmente se produce en el primer tercio de las trompas de Falopio-, con lo que es la implantación o concepción. La concepción o implantación es cuando 5½ a 6 días después de la fecundación, el blastocito, la célula original que ya ha venido dividiéndose en el camino se anida en el útero.

La discusión aquí se puede observar en algunos ejemplos ¿Cuándo empieza la vida humana en la fecundación o en la implantación? Pasa que si se dice que empieza en la implantación o concepción como se escucha habitualmente ahora, todo lo que ocurra con el huevo fecundado después de la fecundación en el primer tercio de la trompa hasta la implantación viene a ser una tierra de nadie, en la que cualquiera puede atentar contra esa vida en esos 5 a 6 días sin ser considerado aborto. Una duda que a mi se me produce por ejemplo es con el dispositivo intrauterino DIU, sin estar en su contra, segundo método anticonceptivo de mayor uso en Chile. El DIU actúa de muchas maneras: interrumpiendo la maduración de los espermios, cambiando las condiciones para que puedan migrar hacia el óvulo, produciendo alteración de la velocidad de desplazamiento del óvulo a través de las trompas de Falopio, cambiando el juego hormonal, las condiciones para la implantación. Pero, es muy difícil creer que no actúa como microabortivo, o un abortivo de plano, como se dijo cuando apareció el DIU como producto anticonceptivo

¿No fue la aparición del DIU una causa para que se empiece a afirmar de que la vida humana no se inicia en la fecundación, con la unión del ovocito y el espaermatocito, sino cuando el huevo esta ya implantado? Porque, con este último argumento el DIU que produce inflamación en el útero, que lleva a traumatismos del endometrio –por eso el mayor sangramiento menstrual en las mujeres que lo usan-, que se asocia a mayor riesgo de infecciones y que obviamente debería ser un obstáculo insalvable para la implantación de cualquier huevo que venga a anidar al útero, quedaría salvado de ser considerado un aborto intencional porque, el embarazo empezaría después cuando el huevo ya se encuentra implantado.

Otro aspecto discutible es acerca cuando se debe respetar la vida del embrión, a que edad gestacional sería inaceptable interrumpir el embarazo, hacer un aborto. En general la respuesta de la religión, la ciencia, y en cierto modo de la opinión pública es que cuando la nueva vida, tiene algún grado de integración en el desarrollo de su sistema nervioso, que permita suponer que es un sujeto con identidad de si mismo, que tiene sufrimiento, dolor, y que se mataría a “alguien” en caso de aborto. Esta edad gestacional es alrededor de los dos meses. La iglesia refiriéndose a que hay un momento en que el embrión empieza a ser humano, no la iglesia actual sino la iglesia como tal, atemporal que supone que interpreta en la palabra a Dios, no solamente lo que piensan los lideres en vigencia de las iglesias que sería algo demasiado circunstancial por mucho que sea significativo. Es lo que se llamó el “soplo divino”, y que se ha dicho que recibe de la misma manera cerca de los dos meses.

La ex candidata presidencial Evelyn Matthei, recordó sobre esta propuesta de Michelle Bachelet el 21 de mayo, que ella había presentado también un proyecto sobre aborto aproximadamente hace dos años en el Congreso, y contenía la despenalización del mismo cuando la madre tuviera una salud incompatible con el embarazo. Ella habría propuesto que eso no era, no podía considerarse aborto, y hay muchas personas de derecha que han estado afirmando lo mismo, porque la madre no estaría en situación de conservar la vida y conservar el embarazo. Creo que es un argumento conceptualmente voluntarista, se quieren pasar de listos. Si se interrumpe el embarazo es un aborto, más cuando es intencional; de momento en que se consideró o la vida de la madre o la vida del feto, y se decidió por la de la madre y para eso hay que eliminar el feto: es un aborto. No porque quienes toman esa decisión hallan creído que estaban ante una situación insalvable y hacen algo de sentido común no es aborto; hay otros que abortan por otros motivos y piensan que su sentido es común, legítimo y no personal.

Poco clara desde el punto de vista ético es la despenalización del aborto cuando el embarazo es por violación, lo que vendría a ser una especie de castigo por rebote en el que, en este caso debido a que el padre cometió el acto ilícito de forzar a la madre, entonces la madre puede matar a ese feto, a esa vida, por los sentimientos que ella tiene. Sobre lo que cabe una reflexión trascendente, porque el hecho muestra como las mujeres bajo ciertas circunstancias repudian al fruto de su propia concepción. Las mismas que son capaces de sostener la vida de la especie gracias a que tienen una relación simbiótica virtuosamente más significativa de la que tiene el sujeto masculino con el hijo.

Estos ejemplos, más el marco general dado al comienzo, son absolutamente suficientes para demostrar que cualquier decisión sobre el hecho natural del embarazo y el aborto son totalmente arbitrarios, virtuales y convencionales como cualquier normativa que rige a los ordenes sociales, ya sea que esta norma venga del Estado, las religiones u otro grupo con autoridad o peor todavía autoritario.

Lo que lo hace más arbitrario, y aquí voy al punto central de esta opinión, es que esta discusión sobre el aborto, sea una discusión restrictiva, en que “se nos da permiso a los ciudadanos” para discutir la posibilidad de interrumpir el embarazo, aborto, bajo las condiciones que ciertas elites establecen de manera específica. Es decir es un debate enjaulado; entonces no es un debate. Podemos discutir sobe un tema axial del humano, sobre la vida y la muerte, en relación a la interrupción del embarazo, el aborto, pero solo dentro de los límites y los puntos que un sector de la sociedad dice que tenemos que movernos. Esto no es ningún debate. Muestra groseramente la inequidad y el fondo arbitrario habitual, lo que a la vez está presentándose hipócritamente como apertura, o progresismo en nomenclatura actualizada

Creo que tiene que hacerse la discusión sobre el aborto en Chile que considere la libertad de aborto por cualquier causa que la madre en un momento considere adecuada. Hay algunos que incluso dicen que no hay que hablar siquiera sobre el asunto porque detrás está la intención de ir a un aborto abierto, como si esto no fuera algo a lo que se tiene derecho en una sociedad libre, o algo que se puede pretender o querer en una sociedad no libre. Como dijo en un programa de televisión Fernando Paulsen, cuando dio el ejemplo que en EEUU, en los estados en que está permitido el aborto, la mujer va a hacerse un aborto y no tiene que explicarle a nadie cual es su motivo. Eso es aborto.

Entonces aquí en Chile hay personas de la comunidad que creen y piden aborto abierto, pero parece que no están invitados, incluidos en el debate, porque este deniega la posibilidad de presentar, conversar, expresar, argumentar, respaldar -de parte de las mujeres y hombres que tienen estos valores-, su sensibilidad y visión del embarazo y los motivos para su interrupción, simplemente no existen; aunque como dije sus interpretaciones también vallan a ser arbitrarias como las otras, finalmente.

Por otro lado cuando se quiere ser pragmático no se encuentran cifras confiables y circulan cifras negras que pueden ser o no proyección de las mismas incertidumbres temores y prejuicios. Fue bueno que el doctor Jaime Mañalich con su aurea de ex ministro de salud dijera que ahora el aborto podía hacerse con un fármaco y ya no era necesario recurrir como antes a métodos más agresivos, y también es bueno entender que cuando hablamos de que el aborto existe en países que tienen prestigio decimos que han solucionado situaciones desesperantes o caóticas -como un embarazo no deseado para algunos- que sufren especialmente mujeres en situación de impotencia y vulnerabilidad de distinto tipo; y hombres, aunque muchos simplemente abandonan el barco, y se exponen a arrastrar una moral sórdida y manchada que los podría perseguir y fustigar toda la vida (a algunos).

En resumen, cualquier legislación sobre aborto va a ser arbitraria, pero con un debate así sería doblemente arbitraria porque nacería de una discusión restringida al marco, a los límites que imponen algunas autoridades que nos dicen lo que los chilenos tenemos permiso para discutir.

Yo llamo a que la discusión sobre el embarazo y la interrupción del mismo sea sobre el aborto abierto, cualquiera sea la causa por la que la mujer halla decidido realizarlo, después de todas las consideraciones que estime pertinentes. Porque creo en la comprensión real integrada no sesgada, creo en que el humano aunque a veces a trastabillones es reflejo de las dinámicas esenciales de lo existente que algunos conceptualizan en Dios, aunque sea metafórica o míticamente y creo que aquellas dinámicas desconocidas se expresan también cuando dialogamos e intentamos de poner el mundo en palabras.

Ahí veremos si luego de una sana conversación social llegamos a la convicción de un aborto abierto como en muchos países de alto nivel de desarrollo en todos los sentidos, o llegamos a una interrupción del embarazo o aborto de manera restringida como lo plantea Michelle Bachelet o a rechazar cualquier forma de interrupción del embarazo, como lo exige la ley actual en Chile impuestas entre gallos y media noche en la madrugada de la vuelta a la democracia formal, cuando la dictadura estaba retirándose a regañadientes y vencida de las instituciones que había usado durante 17 años.

Avelino Jiménez Domínguez


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