Tradiciones y nuestra historia chillaneja en jaque

Con gran decepción, al igual que muchos chillanejos, fui testigo de la destrucción de parte del patrimonio histórico de nuestra ciudad. Pesadas máquinas, solo en unos pocos minutos, destruyeron lo que a la naturaleza le había costado años, pese a las falsas promesas de nuestro alcalde Sergio Zarzar, quien nos decía que los árboles serian trasladados, sin embargo, en menos de una jornada, casi medio centenar de árboles eran talados de la forma más primitiva posible.

Después de tan magro escenario, no podía dejarme de preguntar qué clase de desarrollo queremos para nuestra ciudad. ¿Queremos el desarrollo de las grandes avenidas, de las grandes obras de infraestructura, de los semáforos y el trasporte o el desarrollo más sustentable, armónico con nuestra ciudad, con su historia y sus tradiciones?

Mucho he escuchado acerca de ese eslogan que desde hace años la autoridad política chillaneja ha tratado de inculcar en nuestras conciencias, “Chillán, capital histórica y cultural de Chile”. Me pregunto, esos añosos árboles, ¿no se llevaron parte de la historia de nuestra comuna, parte de las tradiciones que nos diferencian de otras ciudades? Es característico que muchas ciudades en su entrada principal tengan árboles que le dan al ciudadano y al vecino una sombra privilegiada, como lo es también tradición en Chillán, ese gran grupo de mujeres que cada verano ofrece al visitante y al vecino un refrescante mote con huesillo. Este proyecto atentó contra las tradiciones y la historia de una ciudad que aspira a ser la capital histórica de Chile.

Desde un punto de vista más técnico, ¿es necesaria esta reestructuración vial?, tomando en cuenta que solo afectará a una parte de la avenida O’Higgins, dejando varios tramos a medio construir, sin un padrón idéntico en ninguno de sus distintos sectores. Nos encontramos frente a una política pública a medias, que deja grandes vacios y que a la vez cuenta con grandes externalidades negativas.

En la planificación de políticas públicas de esta envergadura, es necesaria la participación de la ciudadanía y de los distintos grupos de interés de nuestra comuna, no puede ser que mientras por un lado busquemos ser la capital histórica y cultural de Chile, por el otro terminemos con lugares y sectores tradicionales de nuestra comuna, en pos del desarrollo y crecimiento vial.

Las tradiciones y la historia, como entes diferenciadores de cada ciudad, son el principal activo que tienen las distintas comunidades, más cuando se aspira a diferenciarse del resto y ser un polo de desarrollo turístico. No podemos sacrificar parte de nuestras tradiciones en pos de la modernidad o lo más cómodo. Los adoquines, el viejo estadio rodeado de árboles, el tradicional mercado de nuestra comuna, los árboles y las moteras de la avenida O’Higgins son parte de nuestra historia, no sigamos sacrificando nuestras tradiciones, que sean los ciudadanos los que decidan que queremos para nuestra comuna. Más políticas públicas desde la ciudadanía, menos desde las oscuras oficinas del Serviu de nuestra provincia.

Por Eduardo Cárdenas Paredes

Estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad del Bío-Bío, sede Chillán.

1/14/2012

Tomado de www.lineabierta.cl

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