Viaje de conciencia 1

“La esclavitud del consumidor ante la escalada de las necesidades y de las mercancías, así como la constante creación de nuevas necesidades, exacerban las contradicciones dentro del sistema y requieren ineludiblemente la intensificación de los controles represivos […]

Por seba

28/02/2009

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Columnas

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“La esclavitud del consumidor ante la escalada de las necesidades y de las mercancías, así como la constante creación de nuevas necesidades, exacerban las contradicciones dentro del sistema y requieren ineludiblemente la intensificación de los controles represivos […]. Esto se traduce en la producción acelerada de un vasto desperdicio, la caducidad planificada, los gadgets y la mercancía de la destrucción. Los lujos se convierten en necesidades que tanto hombres como mujeres deben adquirir para no perder el “estatus” en el mercado competitivo, en el trabajo o en los momentos de expansión”

Pertenezco a esa generación que se crió en posdictadura odiando a Pinochet y su maquinaria de muerte y perpetuación del poder, sometiéndonos a las condiciones que imponían los militares, rodeado de imágenes obtusas manejadas por las elites. A un país del cual, a lo largo de 17 años de dictadura se preocuparon de borrar el espíritu crítico de la población, siendo acalladas sus diversas manifestaciones pluralistas. Crecimos y vivimos bajo el alero concertacionista y lo que sus jerarcas nos hacían creer, la llamada “Democracia protegida” que no era otra cosa que el empantanamiento y bloqueo de cualquier acción judicial hacia los militares y su orden constituyente.

Crecimos y nos dimos cuenta que el país está en manos extranjeras, que el modelo que nos predicaron con tanto ahínco está en picada. Que por los servicios básicos pagas, por los no básicos pagas aún más. Que el costo de la vida sube otra vez y el peso que baja ya ni se ve….

Ante este estado de cosas tan adverso para los apologistas del neoliberalismo, decido escapar, irme en una migración espontánea -en silencio- para ver y ser parte de otras realidades cotidianas y así poder estimular y agitar la Idea de que Otro Mundo es POSIBLE.  Conciente de que es absolutamente necesaria la organización política social de base, que genere los cambios que por tanto tiempo hemos venido exigiendo.

El primer destino de esta travesía fue Bolivia, que vivía en esos momentos una lucha política del presidente Evo contra la reacción terrateniente. Fui testigo de la defensa férrea y unida de la clase trabajadora presenciando los núcleos de obreros que estaban dispuestos a todo para mantener el camino revolucionario elegido por el MAS. Estuve en diferentes ciudades resistentes y combativas, admirando la decisión y templanza del pueblo boliviano y me pude dar cuenta que la pataleta de los “señores de oriente” que buscaban a toda costa legitimidad se hundió en sus propias contradicciones internas, agotando su discurso y su fuerza reaccionaria.

Luego de estar en las ciudades de La Paz,, Oruro, Potosí, Cochabamba, además de los pueblos de Sorata, Copacabana, Isla del Sol, cruzo hacia el Perú por el lago Titicaca, para darme cuenta de que existe un escenario totalmente distinto, los postulados neoliberales están en boca de todos. Aquí se celebró la reunión de la APEC (cita mundial que reúne a las economías capitalistas de la cuenca del Pacifico) donde los políticos oficialistas vitoreaban a los cuatro SUYUS los diferentes acuerdos como la UNICA manera de sobrellevar la crisis terminal del sistema.

Cruzo la Sierra, bajo al Cuzco y al valle sagrado, millones de seres desfilan en mis días de aventurero. Soy testigo de la pobreza más ruda, de la explotación infantil. Mi puño se aprieta mientras Alan García habla de igualdad por la TV. Parto hacia la selva. La ciudad de Iquitos abre sus brazos, es la primera parada selvática de mi viaje, el destino comienza a aclararse.

Ocurra lo que ocurra, los seres humanos siempre estarán empeñados en que haya mayor justicia social. Los hombres estamos dispuestos a luchar contra la injusticia y la desigualdad y eso lo he podido ver en todas las culturas que he visitado. Hoy esa lucha debe seguir, pero con otro tipo de perspectivas. Y ese tipo de enfoque me da la fuerza para seguir mi viaje no exento de dificultades, pero que me ha permitido experimentar la solidaridad y empuje de muchas criaturas que viven a contrapelo del sistema, con ganas de elevar la voz y cambiar las cosas. En eso estoy cuando decido aceptar la invitación que me hacen para asistir al Foro Social Mundial que se llevará a cabo en la ciudad de Belén (Brasil). Una plataforma común donde se reúnen las diferentes asociaciones no gubernamentales que se oponen a la imposición arbitraria de la globalización liberal. Ya han existido otros encuentros en Porto Alegre y Caracas dando pie a una oposición efectiva a la “globalización real”, aquella que barre las particularidades de los países, homogeneizando todo bajo la dinámica mercantil y la imposición de la ideología mediática que quiere convencernos de que la globalización es lo mejor que nos puede pasar.

Podemos criticar estos encuentros y foros, pero en la práctica es lo más cercano a la formación de un frente común que pueda elaborar alternativas a las que hemos estado viviendo. Es un primer paso que debemos aprovechar. Estoy expectante, pero no espero encontrar las respuestas a todo el cúmulo de interrogantes que se han venido amontonando con el correr de los meses.

Les escribo para estimular a todos a que mantengan y desarrollen un espíritu rebelde, de agitación, de expansión de las Ideas ya que es el primer paso para la Praxis (práctica) político social. Vivimos en un país hermoso pero un tanto auto aislado de las demás naciones latinas. Salgan, expandan su conciencia, critiquen, auto edúquense, levanten la mano, viajen por los confines del mundo.
Atrévanse, solo hay que estar decididos y verán lo bien que les irá.

por Sergio San Martín
desde Manaos, Brasil

El Ciudadano

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