Vivimos un agotamiento institucional

Esta es la principal conclusión a que llegó la Asociación Chilena de ONG Acción, en su reciente Asamblea Nacional desarrollada en Santiago a fines de agosto

Por Wari

23/11/2011

Publicado en

Columnas

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Esta es la principal conclusión a que llegó la Asociación Chilena de ONG Acción, en su reciente Asamblea Nacional desarrollada en Santiago a fines de agosto.

El debate de Acción constató que Chile vive hoy momentos cruciales para su futuro democrático. No nos encontramos ante un simple estallido social. Las luchas sociales que hemos vivido desde 2010 hasta ahora, remecieron la conciencia nacional abriendo camino a la expresión democrática y masiva de cientos de miles de chilenos y chilenas que abogan por un país más justo e inclusivo. Todas las movilizaciones reclamaron, explícita o implícitamente, cambios en un modelo social y político profundamente injusto.

El impacto mayor, por su extensión y profundidad, lo tuvo la movilización desarrollada por el movimiento estudiantil. En torno a él y su largo conflicto que ya llega a los tres meses, se movilizaron simultáneamente cientos de miles de chilenos y chilenas, teniendo un impacto que trasciende nuestras fronteras. El movimiento de la educación apunta al corazón del sistema social y político que hoy nos rige. Ello lo comprendieron desde un inicio los propios estudiantes cuando el Gobierno les respondió señalando que las demandas eran políticas, a lo cual las organizaciones movilizadas respondieron que sí, que su lucha era política y exigía cambios profundos al sistema y modelo imperante.

Hecha esta proclamación, al contrario de lo que esperaba el Gobierno, la lucha se masificó, concitó el apoyo transversal de la inmensa mayoría nacional y obligó a una parte de las élites políticas a admitir, después de un largo consenso binominal, que vivíamos un agotamiento del sistema político que nos rige y que se hacían necesarios cambios profundos en él y, los más avanzados, admitieron que los cambios deberían abarcar el establecimiento de una nueva Constitución y un nuevo pacto social que rija nuestros destinos.

Las demandas no son nuevas, están hace años en la agenda de los movimientos sociales de los cuales es parte Acción. Hoy es la masiva movilización social la que permite instalar en la agenda política la necesidad de cambios profundos y los movimientos sociales y el pueblo deberán ser incluidos en las soluciones a que se arribe.

Estamos en medio de una crisis profunda, lo cual no nos debe asustar. Por el contrario, impulsarnos a la acción con el optimismo de que, como proclamamos muchas veces, Otro Mundo y Otro Chile son posibles. Hoy como nunca emergen en la agenda la mayoría de las reivindicaciones y postulados por los cuales trabajan nuestras organizaciones desde los años de la dictadura y en las últimas dos décadas. Es la hora de construir redes y articular reivindicaciones para construir la gran demanda social y política de Chile.

De esta demanda surge como punto esencial el cambio constitucional. La actual Constitución no solo tiene un origen ilegítimo y antidemocrático, sino que además contiene la base del sistema contra el cual lucha la ciudadanía desde diversos ámbitos. La exclusión política y la inequidad que promueve la Constitución del 80 no cambia en su matriz a pesar de las más de 100 modificaciones a que fue sometida. La ideología antidemocrática y neoliberal es su fuerza rectora.

A partir de este ordenamiento constitucional se construye el conjunto de leyes que nos llevaron a la crisis actual, donde se conjuga la falta de democracia con la profunda inequidad existente en el país. Basadas en ella, se hicieron las reformas privatizadoras de la educación, la salud y la previsión social, se privatizaron miles de empresas estatales, se abrió camino a la desnacionalización del cobre, se impuso el llamado plan laboral que privó de derechos fundamentales a los trabajadores, etc.

Por ello planteamos hace años, y lo reafirmamos en nuestra reciente asamblea, la necesidad del cambio constitucional, y esta demanda hoy se puso en el centro por la fuerza de la movilización social.

Necesitamos una nueva Constitución y eso sólo es posible a través del trabajo de una Asamblea Constituyente. No es posible realizar dichas reformas desde dentro de la actual Constitución ya que en ella misma se establece un sistema de quórum que la hace irreformable por la correlación de fuerzas existentes en el Parlamento, determinada por el sistema binominal. Tenemos una Constitución pétrea e irreformable desde su seno, lo cual es una anomalía y una muestra más de su carácter antidemocrático e ilegítimo.

Para conseguir dicho objetivo es necesario articular el conjunto de las demandas sociales y a las organizaciones que las impulsan en un gran frente social y político, que impulse los cambios profundos a que aspiramos y le dé sustento a una lucha que no será fácil ni breve. Los estudiantes y demás actores sociales abrieron un camino por el cual debemos transitar todas y todos los que aspiramos a un Chile justo y democrático; ese camino no es otro que el de la movilización y la articulación.

Por Martín Pascual

Presidente de Acción. Investigador de Cenda

Ciudadano al Papel

El Ciudadano Nº110, segunda quincena septiembre 2011

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