Wallmapu- Políticas de inteligencia y represión

Reconocer el espacio geográfico que llamamos Chile como un territorio multicultural y plurinacional es el mínimo sobre el cual deben sentarse nuestras conversaciones

Por Marian Martinez

12/03/2021

Publicado en

Columnas

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El doble discurso se instala. Por un lado, escaños reservados, por otro, militarización para “apaciguar el conflicto”, por un lado, el convenio 169 y la Conadi, por el otro, venta de tierras, protección a la empresa privada y consultas no vinculantes que sólo sirven de número para validar políticas planificadas en escritorios desde el centralismo.

Aumenta el conflicto: incendios, atentados, robos, drogas, sirven para validar la idea de “conflicto” y la necesidad de intervención armada como medida de salvación. Se siembra miedo y odio y así se busca militarizar la zona. Muere el pueblo mapuche mientras policías y paramilitares intervienen el territorio, hay prensa, ruido, cortinas de humo, implantación de pruebas, y vemos como la atención es desviada nuevamente.

En estos tiempos constituyentes, donde “los nadie” nos articulamos para, con las reglas del establishment, revertir los resultados y resultar ser protagonistas del proceso que redactará las bases para el Chile que queremos sea de todxs, no podemos también nosotrxs desviar la mirada. Reconocer el espacio geográfico que llamamos Chile como un territorio multicultural y plurinacional es el mínimo sobre el cual deben sentarse nuestras conversaciones. Porque no es sólo decir “tenemos una deuda” y hacer actos simbólicos que nos mantienen en lugares de privilegio político entre los países de América Latina y su relación con el occidente, es reconocer que nuestro territorio es rico por y con sus pueblos originarios, y por tanto, debemos encontrar juntxs una manera armoniosa de coexistir, administrar el Estado y reconocernos en esta diversidad.

No queremos los llamados al odio ni que se continúe estigmatizando y criminalizando a un pueblo, como tampoco podemos permitir que, en nombre del “desarrollo”, se expropien sus tierras, se robe el agua, se mate la vida, se vendan los bosques. Trabajar por un país más justo exige cambios estructurales. Debemos trabajar por una modernización que alcance al conjunto de la población mapuche y de todos los pueblos que aún resisten en los territorios, una que aborde todos los ámbitos: culturales, económicos, sociales, políticos, ese es uno de los desafíos de este nuevo camino y concretar así el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas.

No aceptamos la violencia, rechazamos el ideario violento de la derecha y las acciones “de pacificación armada” que instalan en los medios que colaboran para infundir el miedo, sabemos que el trasfondo de ello es el interés económico de uso, abuso y explotación del territorio. Creemos que lo que han denominado “conflicto” es parte de una estrategia de intimidación frente a la recuperación de tierras.

Mantener la idea de que el problema del pueblo mapuche es la pobreza e intentar superar esto a través de medidas economicistas o enfrentar al pueblo con las policías y la justicia es un grave error. Si no se toman medidas ajustadas a los derechos humanos a través del diálogo, seguiremos reproduciendo las consecuencias de la violencia estatal con todas sus secuelas, para entender recién que no es posible detener las justas aspiraciones de un pueblo a través del uso de la coerción y la fuerza.

En este tiempo constituyente el Estado chileno tiene la oportunidad y el deber histórico de iniciar un proceso orientado al reconocimiento, autonomía y restitución territorial en  clave de decolonización.

Por Nicole Cornejo Pino XD10. Candidata a Convencional Constituyente. Distrito 24 – Región de los Ríos. Lista del Pueblo – Independientes los Ríos.

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