¿Es posible descifrar el ADN de Chichén Itzá y revelar sus misterios?

Utilizando técnicas avanzadas de análisis genético, investigadores desmitifican la creencia de que los mayas sacrificaban sólo doncellas vírgenes

Lizzette Vela

07/07/2024 12:25pm

Investigadores como Rodrigo Barquera desmitifican la creencia de que los mayas sacrificaban sólo doncellas vírgenes en Chichén Itzá. Su estudio reveló que los 64 restos óseos descubiertos en la zona eran exclusivamente varones de entre 3 y 6 años.

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Utilizando técnicas avanzadas de análisis genético, Barquera pudo determinar el sexo de estos individuos, cambiando radicalmente la interpretación histórica de los rituales de sacrificio en la región. Este hallazgo es parte de una investigación publicada en Nature que ha capturado la atención global.

El descubrimiento no sólo confirmó que eran todos varones, sino que también reveló relaciones de parentesco entre ellos, incluyendo dos pares de gemelos idénticos, un fenómeno hasta ahora desconocido en este contexto histórico.

El proceso para analizar estos restos óseos fue complejo debido a las condiciones ambientales adversas de Chichén Itzá, donde la preservación del ADN es mínima. Gracias a nuevos protocolos y tecnologías sensibles, los investigadores lograron extraer y secuenciar el ADN de manera efectiva, permitiendo reconstruir aspectos clave de la historia maya.

Además, el estudio reveló una continuidad genética entre la población maya antigua en Chichén Itzá y la actual, con una variante genética asociada a la resistencia a la salmonela que ha persistido a lo largo de los siglos.

Este trabajo también contribuye al entendimiento de la historia antigua de México, de igual manera plantea nuevas preguntas sobre la distribución geográfica de estas señales genéticas y su impacto en las poblaciones contemporáneas.

Rodrigo Barquera y su equipo continúan explorando estas conexiones genéticas, destacando la importancia de la colaboración con las comunidades locales para enriquecer la investigación y comprender mejor el legado ancestral de Chichén Itzá.