Arturo Vidal pone a Chile otra vez en carrera por un cupo al mundial: 2 a 1 ante Perú.

Había que ganar como fuera para seguir con ilusión en la ruta a Rusia 2018. Más cuando al frente estaba Perú, rival directo para el cupo por el repechaje, puesto que La Roja aspira a asegurar dentro de las próximas fechas. Y pese a las bajas, incluida la de Jorge Valdivia a última hora, Chile entendió desde el inicio que tenía que hacer sentir en cancha la localía, la misma que se vio pálida desde una tribunas con claros, de seguro por el alto precio de las entradas y la mala campaña en las últimas fechas.

Con Jean Beausejour como lateral proyectado por izquierda y Mauricio Isla más protagonista por su banda, el equipo de Juan Antonio Pizzi se instaló en campo contrario aprovechando la movilidad de Alexis Sánchez y la presencia de Nicolás Castillo desde el inicio, que sin ser factor obligaba a los centrales del Rimac a no poder salir del todo desde su zona defensiva.

Ese simple movimientos de piezas del entrenador de la selección nacional corrigió errores que se vieron ante Ecuador. Eduardo Vargas a los seis minutos tuvo un cabezazo frontal cuando Castillo arrastró a los centrales y Sánchez le metió un centro calculado que el golero Gallese mandó al córner. Pero esa era la fórmula. A los 10′, Isla recibió de Vargas y metió un enganche brillante para quedar con opción de centro y encontrar a un Arturo Vidal que llegó destapado para poner el uno a cero con un frentazo perfecto. Ni el cuadro de amigdalitis dejó al Rey Arturo sin ser figura en un partido tan vital.

Marcelo Díaz marcaba la presencia de Chile instalado en la mitad de la cancha siendo el termómetro del equipo. El local era superior y en la media hora, un centro de Beausejour encontró a Vidal destapado quien se perdió el segundo cuando la defensa incaica otra vez quedaba descolocada. Ceder terreno y aglutinar hombres en la zona posterior no le servía al esquema de Ricardo Gareca porque La Roja ponía cambios de frente precisos y pelotazos que siempre encontraban a uno de los suyos llegando con libertad. Un centro de Alexis Sánchez a los 40′ le quedó con ventaja a Castillo que no pudo finiquitar por arriba.

Perú intento hacer presión en el último tercio del primer tiempo pero Claudio Bravo no trabajó. Con ese antecedente, la victoria parcial reflejaba a todas luces la superioridad de una escuadra chilena que se reencontraba con su fútbol ofensivo en Ñuñoa. La mala definición del Niño Maravilla ante un balonazo cruzado de Charles Aránguiz y con clara opción de alargar las cifras hubiera sido el premio merecido para un partido con un solo equipo en la cancha.

Gareca intentó con el ingreso de Raúl Ruidíaz en el complemento para poner un compañero para un solitario Paolo Guerrero y de paso, controlar las proyecciones de Beausejour pero Chile administró la ventaja y dejó que Perú se viniera recuperando en su propia zona y saliendo con rápidos contragolpes aprovechando la inspirada noche de Sánchez.

Vidal tuvo un par de opciones pero no llegó cómodo. Y a los 59′ Aránguiz sacó un remate desde fuera del área que pudo ser el dos a cero. Pero la apuesta visitante tuvo en la cabeza de Corso el empate a los ’61, cuando un tiro libre de Cueva encontró al lateral proyectado y desviando cuando la defensa chilena llegaba tarde a la cobertura.

Chile comenzaba a sufrir porque a los ’65, Jara despejó mal un balón y le quedó a Guerrero que habilitó formidablemente a Cristián Cueva. El ex volante de Unión Española cruzó el balón desviando cuando el empate se cantaba en el Nacional. Peor aún, cuando Arturo Vidal intentaba seguir en cancha y Pizzi se jugaba con Edson Puch en la ofensiva, Edison Flores tomó un balón a 25 metros del arco y con un par de enganches ante la impávida defensa chilena, metió un puntazo y marcó la igualdad que silenció al estadio y volvió a poner cuesta arriba un partido que se tenía en el bolsillo.

El empate no le servía a ninguno pero complicaba más a los locales. Puch tuvo su oportunidad de los ’83 y desvió. Pizzi no arrojaba soluciones desde la banca y Perú se sentía cómodo. Todo indicaba que Chile se enredaba pero apareció el distinto. Arturo Vidal recogió el pase de Isla, inventó los espacios y pese a estar a media máquina sacó un remate inatajable para sacar el grito contenido de la hinchada nacional. Chile se metía otra vez en la carrera por el mundial con el argumento de tener a un jugador superior, uno que esperó para marcar la diferencia y salir de la cancha cuando ya no podía más.

La derrota de Argentina en Córdoba ante Paraguay, los empates de Ecuador y Bolivia y Colombia ante Uruguay y el triunfo brasileño ante Venezuela sólo marcan que los charrúas y verdeamarillos se escapan. Chile sigue en la pelea y en la próxima fecha jugará en Barranquilla y Santiago -con Uruguay- para intentar buscar su lugar entre los cinco mejores de una clasificatoria infartante.