Conmoción en Uruguay: un entrenador secuestró, abusó y mató al hijo de un ex jugador de fútbol y luego se suicidó

El hijo de 10 años de Luis «Lucho» Romero, ex futbolista de Peñarol, apareció muerto de un disparo en la cabeza junto a su entrenador Fernando Sierra López, quien lo tuvo secuestrado desde el jueves, además de haber abusado sexualmente del él

Por Alex Ripne

24/04/2017

Publicado en

Deportes

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El hijo de 10 años de Luis «Lucho» Romero, ex futbolista de Peñarol, apareció muerto de un disparo en la cabeza junto a su entrenador Fernando Sierra López, quien lo tuvo secuestrado desde el jueves, además de haber abusado sexualmente del él. Su madre Alexandra Pérez, funcionaria policial de Maldonado, realizó la denuncia tras darse cuenta que el técnico lo retiró del colegio sin su consentimiento.

Según detalló el Ministerio del Interior, los cuerpos fueron hallados en unas quebradas cerca de Villa Serrana, a unos 150 kilómetros de Montevideo. junto a varios blisters de medicamentos con los que presuntamente el hombre intentó sedar al pequeño. Las autoridades aseguraron que Felipe y el entrenador tenían una relación muy cercana, incluso llegaron a catalogarlo como «una figura paterna para el niño». Su madre detalló que Sierra López le dijo que «siempre quiso tener un hijo como él».

La situación cambió rotundamente cuando Alexandra Pérez le informó al técnico de la escuela de fútbol infantil que no podría ver más al pequeño por órdenes de la psicóloga, quien había detectado un patrón de que «algo no estaba bien», y le pidió que lo aleje del hombre de 32 años. El entrenador aceptó las palabras de la madre del pequeño pero al día siguiente se lo llevó en un Chevrolet Prisma, el cual fue hallado el viernes con pertenencias de ambos.

«Lo que podemos decir es que las dos personas fallecieron cada uno a causa de un disparo de arma de fuego a nivel de sus respectivas sienes. Todo nos hace suponer al día de hoy que Fernando mató a Felipe y posteriormente se quitó la vida», sentenció La jueza Adriana Morosini. Finalmente los forenses determinaron mediante una autopsia que existió el abuso sexual. «Esto explotó con la información que la psicóloga le dio a la mamá y la relación que ellos tenían, él no lo entiendo», detalló el jefe de la policía. En la escena del crimen los cuerpos estaban «descalzos y abrazados», apuntó el informe del Ministerio del Interior.

Al parecer el ex futbolista de 48 años no es una figura presente en la familia y, muy asiduamente, Sierra López se encargaba de ir a buscar al niño al colegio, pasear con él los fines de semana e incluso salir de vacaciones. Fernando López Sierra tenía 32 años y era oriundo de Maldonado. Un hombre «amable, cariñoso e incapaz de hacer daño», o por lo menos así lo describían sus conocidos.

Además de tener estudios en Taekwondo, el uruguayo se desempañaba como entrenador de las categorías formativas del Club Defensor de Maldonado, hacía varios años. Fue allí donde conoció a Felipe Romero, hijo de Luis Romero, ex jugador de Peñarol, y Alexandra Pérez. Poco a poco la relación con el niño empezó a tomar fuerza, a tal punto que ya era un miembro más de la familia. Después de un tiempo Fernando no fue más su entrenador, pero el lazo de amistad los mantenía unidos. El niño había llegado a tomarlo como «una figura paterna» debido a que compartían reuniones familiares, salidas y viajes. Incluso en su perfil de Facebook, el nombre del pequeño aparece en la categoría «hijos». Por ese motivo la madre, miembro de la policía de Maldonado, decidió investigarlo. El hombre de 32 años no tenía antecedentes policiales ni judiciales. Se hizo tan cercano a la familia Romero que los padres le permitían retirarlo del colegio y hasta firmaron un permiso para que pueda irse de vacaciones con Felipe al exterior.

Diez días en Camboriú, reuniones con las maestras, mucho tiempo juntos… Alexandra Pérez comenzó a notar un cambio de actitud en él entrenador y decidió mandar a su hijo con una psicóloga para que analice la relación que mantenían. Tras salir de la sesión, la mujer le recomendó a la madre que no deje a Felipe a solas con el hombre, que se mantuvieran lejos. La especialista había detectado un patrón de que «algo no estaba bien».

Posteriormente, Alexandra se encontró con Fernando López y le explicó que, por el tratamiento psicológico, no podrían verse por un tiempo. Él demostró serenidad y hasta se preocupó por la salud de «su hijo». Pero al otro día alquiló un automóvil y decidió retirar al niño del colegio número 2 de Maldonado. No tuvo inconveniente en hacerlo, ya que todos conocían su relación con el niño. Después de ese momento comenzó el infierno. Lo llevó a unas quebradas cerca de Villa Serrana, uno de sus lugares preferidos por el paisaje. Un día antes del trágico final, la policía había encontrado el Chevrolet Prisma con los cuadernos de Felipe y la billetera de Fernando.

«Lo que podemos decir es que las dos personas fallecieron cada uno a causa de un disparo de arma de fuego a nivel de sus respectivas sienes. Todo nos hace suponer al día de hoy que Fernando mató a Felipe y posteriormente se quitó la vida», sentenció La jueza Adriana Morosini dos días después del secuestro. Las autopsias también revelaron que hubo un abuso sexual.

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