Investigación de Amnistía Internacional

El terrible negocio detrás del Mundial de Qatar: ‘abusos’ y ‘trabajos forzados’

La organización denunció las condiciones de los obreros inmigrantes que construyen el Estadio Khalifa, en Doha, y la Aspire Zone, un complejo deportivo de alto rendimiento ubicado al lado del mencionado campo de juego

Por Alex Ripne

31/03/2016

Publicado en

Deportes

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0014504169Un duro informe difundido este miércoles por Amnistía Internacional (AI) reveló las malas condiciones laborales de los trabajadores inmigrantes que construyen los diferentes estadios y campos deportivos para el Mundial de Fútbol de Qatar 2022.

Según AI, han sufrido la confiscación de sus pasaportes, además de ser intimidados por parte de los empleadores.

El organismo indicó que miles de trabajadores migrantes se ven obligados a vivir y trabajar en condiciones precarias, peligrosas, que en algunos casos constituyen el trabajo forzoso.

Amnistía entrevistó entre febrero y marzo del 2015 a 132 empleados de construcción quienes realizan tareas en el estadio Khalifa, y a otros 99, de la Aspire Zone.

En esos encuentros, los trabajadores indicaron que se ven obligados a vivir en «alojamientos insalubres» y en condiciones de «hacinamiento».

Los inmigrantes, principalmente provenientes de India, Nepal y Bangladesh, aseguraron que se les negaron los permisos de salida, por lo que fueron incapaces de retornar a sus lugares de origen, y fueron amenazados en caso de hablar de su situación laboral precaria.

Entre las denuncias efectuadas, dijeron que fueron obligados a pagar cuotas de entre 500 y 4.300 dólares a reclutadores para conseguir el trabajo en Qatar. Además, indicaron que el pago es muy bajo, y en varias oportunidades no se les abona por la tarea realizada.

«Se les había prometido 260 dólares mensuales más un extra por alimentos. Sin embargo, están ganando 130 dólares», le explicó Mustafa Qadari, editor del informe que presentó el organismo al medio deportivo Goal.

Por su parte, Salil Shetty, secretario general del organismo, responsabilizó a la FIFA por esta situación: «A pesar de cinco años de promesas, fallaron en detener una Copa del Mundo que se está construyendo sobre violaciones a los derechos humanos. Este abuso es una mancha en la conciencia del mundo del fútbol».

Deepak, un trabajador oriundo de Nepal que utilizó un nombre falso para proteger su identidad, dijo que su vida en Qatar es «como una prisión». «El trabajo es difícil, se realizaron tareas durante muchas horas en altas temperaturas», denunció.

«La primera vez que me queje de mi situación, poco después de llegar en Qatar, el director me dijo ‘si [quiere] quejarse, puede, pero habrá consecuencias», indicó Deepak.

El Gobierno de Qatar ha negado que hayan existido muertes de trabajadores durante la construcción de los estadios para la Copa del Mundo. Sin embargo, el año pasado, varios medios de comunicación informaron de que al menos 1.200 trabajadores migrantes fallecieron, pero de acuerdo con el periódico estadounidense The Washington Post, ese número se refiere, en cambio, a todas las muertes de inmigrantes en Qatar entre 2012 y 2013.

Amnistía aseguró que la FIFA ha mostrado una «indiferencia chocante» hacia el trato de los trabajadores provenientes de otras naciones, los cuales llegarán a ser aproximadamente 36.000 en los próximos dos años, un incremento de diez veces.

A principios de este mes, el organismo rector del fútbol mundial respondió a las conclusiones de Amnistía y dijo: «Tomamos muy en serio y reconocemos nuestra responsabilidad para asegurar que se respeten los derechos humanos en el contexto de la preparación y realización del torneo».

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