Estela de Carlotto y su relación con el fútbol

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo fue nombrada madrina de los Juegos Buenos Aires 2015 y en una entrevista cuenta su vínculo con el deporte

Por Javi Gumucio

25/09/2015

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El 27 de noviembre de 2012, Estela de Carlotto fue nombrada madrina vitalicia de los Juegos de la provincia de Buenos Aires por Alejandro Rodríguez, secretario de Deportes bonaerense. Dos días más tarde, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo participó por la mañana de su primera inauguración en Mar del Plata, y por la tarde salió a caminar por la ciudad en la que vacacionaba en la década de 1950 con su esposo Guido y su hija Laura, desaparecida en la última dictadura. Cuando llegó a la esquina de la Peatonal y San Luis pasó por alto al pianista que tocaba enfrente con la Orquesta Errante en la Plaza San Martín, en la segunda edición del Festival de Jazz de esta ciudad. Le dolían las piernas, y decidió regresar al hotel.

El músico se llamaba Ignacio Hurban. Es, hoy, Ignacio Montoya Carlotto, el hijo de los militantes Laura y Walmir Montoya, el nieto de los abuelos Estela y Guido, quien llegó a jugar hasta la Tercera División de Estudiantes de La Plata, el 114 de los nietos recuperados, el hincha del River campeón de la Copa Libertadores 1996 y de Enzo Francescoli.

“Mañana, la semana que viene, algún día de estos, Estela de Carlotto charlará con su nieto Ignacio (nombre que le dieron sus apropiadores a Guido, hijo de Laura Carlotto) y seguramente comentarán que quizás alguna vez estuvieron cerca -escribió el año pasado el periodista Marcelo Pasetti en el diario marplatense La Capital-. Estela entonces sonreirá cuando se entere de que aquella tarde del 29 de noviembre de 2012, el que le ponía música a la esquina de la Peatonal y San Luis era Ignacio. Aquella tarde en la que la abuela y su nieto, el mismo que buscó durante 36 años, estuvieron en mi ciudad, a pocos metros de distancia”.

Ahora, en la presentación de los Juegos BA 2015 en el Polideportivo Malvinas Argentinas, Estela de Carlotto -84 años, vital, saco gris y chalina multicolor para paliar el frío, la primera oradora del acto que cerró el gobernador Daniel Scioli- habla a un año de encontrar, y reconocer, a su nieto Guido, a aquel pianista de la plaza, con el libro Aún no te dije adiós, un compilado de relatos y documentos de los familiares de desaparecidos de Monte Hermoso, apretado en las manos.

-¿Qué recuerda de aquella primera vez como madrina de los Juegos?
-Lo que recuerdo es la enorme satisfacción, la enorme sorpresa de poder participar con la juventud maravillosa y de estar con Alejandro Rodríguez, quien fue el que me trajo. Lo que nunca me imaginé fue que estaba junto a mi nieto. En cuántos lugares estuvimos juntos, a pocos metros, mi nieto y yo, es increíble… Y acá, justamente, en Mar del Plata. Digo que el destino nos estaba juntando, que estaba queriendo que nos arrimáramos, que nos encontráramos. Y así pasó. También en la Universidad de Quilmes él estuvo unos días antes que yo cuando me dieron el doctorado honoris causa. Cuando veo mi foto y veo la de él, estamos en el mismo escenario, con la misma decoración, él tocando el piano y yo recibiendo eso. O sea que nos hemos cruzado. También en Olavarría. En la ex ESMA hemos estado, en diferentes días. Además te digo una cosa: lo hacía de otra fisonomía. Es idéntico al padre, ¿viste?

-¿Qué significa ser madrina y volver un año después de encontrar a su nieto?
-Es un honor que me hacen ser madrina de los Juegos Bonaerenses. Es hacerme partícipe de actos con la juventud nuestra, y como yo admiro a la juventud… Las Abuelas trabajamos mucho con los jóvenes, porque son los que tienen la frescura, el coraje, el desinterés mezquino, sino todos los intereses sanos, y además son nuestros relevos para que nunca más pasen cosas malas. Entonces estar en un ambiente de juventud me hace más joven, me hace sentir útil para transmitirles, si se quiere, alguna palabra de estímulo, o de consejo, o de una persona mayor.

-No le gusta mucho el fútbol. Pero, ¿qué es el deporte para usted?
-El deporte es uno de los caminos más importantes para la realización de un ciudadano, de un ser humano sano. El chico que practica deporte es una persona sana, de buenos sentimientos, de compañerismo, porque se practica mucho no sólo el deporte, sino también la vida social dentro de ese deporte, y creo que si quisiéramos sacar a muchos chicos de la calle, y de alguna manera se está haciendo, los mismos clubes lo están haciendo, como mi Estudiantes de La Plata, sacar a los chicos para que practiquen el deporte que más les guste, salvaríamos muchas vidas de todas esas cosas que conducen realmente a mal.

-¿Alguna vez, como docente, le dijo a un alumno que si no hacía tal cosa no lo dejaba jugar a la pelota?
-Mmm, no… He podido quitarle alguna vez a un chico la pelota en un recreo porque es un juego un poquito violento cuando juegan con tanta competencia, ¿no? Pero después nada, devolvérsela a la salida y decirle: “Jugá en un espacio que no sea el patio de la escuela porque vas a golpear a los demás chicos”.

-Estuvo con Maradona en el Mundial de Sudáfrica 2010, con Messi antes de Brasil 2014, ellos la apoyaron en la búsqueda de…
-¿Y ahora sabés con quiénes estuve?

-No.
-Ahora, en París, estuve con Lavezzi, con Pastore y De María. ¿De María es?

-Sí, Di María.
-Con los tres, y se sacaron fotos conmigo y no por mí, eh. Fui a una actividad con la alcaldesa de París, que es una amiga, y hay una placita con el nombre de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Y los chicos de la agrupación HIJOS que están allá consiguieron la voluntad de estos tres jugadores argentinos para que se sacaran una foto con un cartel para encontrar a los nietos. Lo que hicieron Messi, Mascherano, y también Lavezzi y Di María antes del Mundial, dos meses antes de que conozca a mi nieto. Ahora, hace unos días, los volví a ver allá en París. En tierra extraña. Les dije: “¿Cuándo van a volver, chicos, no extrañan la Argentina?”

Fuente: El Gráfico Diario

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