Experta asegura que la erradicación de cánticos homofóbicos no resuelven el problema de discriminación en el deporte

"Este tipo de conductas no desaparecerán mientras la FMF no genere una campaña que ataque esta forma de normalizar la marginación" señaló Pedraza

Por Sofia Belandria

30/09/2019

Publicado en

Deportes

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Claudia Pedraza especialista en estudios de género y deporte de la UNAM afirma que las medidas tomadas por la Federación Mexicana de Fútbol para evitar gritos denigrantes son un atenuante, más no atacan el fenómeno de fondo


Las medidas disciplinarias que se implementarán para tratar de erradicar el grito ¡eeeh, puto! y otras conductas racistas en el fútbol mexicano sólo son un paliativo, pues no se está atacando el problema real, que es la discriminación, consideró Claudia Pedraza, doctora en ciencias políticas y sociales especializada en género y deporte por la Universidad Nacional Autónoma de México.

La Federación Mexicana de Fútbol (FMF) y la Liga Mx anunciaron el pasado viernes que en el presente torneo Apertura 2019 se comenzará a aplicar un protocolo y una campaña informativa para evitar la discriminación en los partidos del balompié nacional.

Se estableció que de las jornadas 11, la cual comenzó el pasado martes, a la 14 del certamen local se realizarán campañas dentro de los estadios para difundir las consecuencias que tendrán este tipo de conductas, y a partir de la fecha 15, que iniciará el 25 de octubre, entrará en vigor el protocolo.

Éste indica que ante la aparición del primer insulto por parte de la afición el sonido local hará una advertencia; si las agresiones continúan, el árbitro detendrá por cinco minutos el encuentro.

En la tercera fase, se suspenderá el partido y se retirará a los jugadores de la cancha por un tiempo razonable. Si la situación persiste, la Liga castigará al equipo local con un juego a puerta cerrada, además habrá una multa para la porra visitante, en caso de que lance insultos.

Pedraza estimó que ambos organismos decidieron recurrir a estas disposiciones sólo porque la FIFA ya advirtió que México corre el riesgo de no asistir al próximo Mundial si continúan dichas exclamaciones, lo cual, obviamente repercute en el tema económico, y no porque realmente tengan un interés en atacar la homofobia, el machismo y la discriminación que existe en el fútbol nacional.

Apuntó que las medidas disciplinarias son necesarias, pero no creo que éstas vayan a resolver el problema y quizá no vayan a funcionar a corto plazo. Más bien, creo que lo que van a generar es mucha molestia, pues en realidad no están enfocadas en acabar con la discriminación, sino en evitar una sanción económica o deportiva. Es una medida urgente ante un riesgo inminente.

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Claudia Pedraza especialista en estudios de género aplicados al deporte. Foto Archivo

Falta posicionamiento

La especialista explicó que el discurso de la FMF en este tema “está mal manejado, pues lo que están diciendo es: ‘la FIFA nos castiga por algo que nosotros no consideramos homofóbico’. En ningún momento la federación se ha posicionado respecto al grito, lo que ha mencionado es que lo tiene que erradicar porque es una petición” del órgano rector del futbol internacional.

Indicó que el problema de fondo es que “la defensa de este grito se da bajo la idea de que, uno, no es homofóbico, y dos, es parte de la cultura mexicana; y ninguna de las campañas y medidas está atacando estas dos creencias, lo único que están diciendo es ‘no lo hagas porque a nosotros nos castigan’.

La campaña que se hizo anteriormente no sirvió porque quieren resolver este problema con medidas que atacan al aficionado, cuando en realidad lo que se debe revisar es cómo todos los mecanismos que el fútbol genera contribuyen a que exista la homofobia y el racismo.

Pedraza advirtió que dichas disposiciones podrían resultar contraproducentes, pues están retando y reprimiendo al aficionado, quien “seguramente reaccionará en sentido contrario y dirá: ‘si esto es un castigo de una institución porque no les parece algo que hago, pues lo voy a hacer’.

“Se convierte en un juego de demostrar cuál de las dos posturas va a ganar, e irónicamente, está muy ligado a la idea de masculinidad, porque a final de cuentas, lo que lee el aficionado promedio varón es: ‘¡ah!, me están retando, pues ahora les voy a demostrar que por mis ganas lo voy a seguir gritando’, se vuelve un desafío”.

Finalmente, precisó que este tipo de conductas discriminatorias no desaparecerán del fútbol mexicano mientras la FMF no crea que el grito y estas actitudes contribuyen a la homofobia y que es su responsabilidad erradicarlo, y además no asuma que para lograrlo tiene que generar una campaña que ataque justamente esta forma de normalizar la discriminación en el deporte.

Cortesía de Karla Torrijos La Jornada

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