Jorge Linares enfrenta dura batalla mundial ante Vasyl Lomachenko

La batalla que librará este sábado el venezolano Jorge Linares, campeón mundial ligero de la Asociación Mundial de Boxeo, contra el ucraniano Vasyl Lomachenko,  revelará si el llamado «Niño de Oro» tiene la pegada, la resistencia y el temperamento necesario para superar al boxeador más completo que se ha enfrentado en los cuadriláteros.

Linares con récord de 44 victorias por tres reveses con 27 triunfos por la vía del sueño se enfrenta en el gran escenario del Madison Square Garden de Nueva York, al temible pegador ucraniano que reina en la división inferior de los súper pluma en la Organización Mundial de Boxeo con marca de 10-1 y 8 nocauts.

El peleador venezolano realizará la séptima defensa del título ligero que ganó en 2015 al derrotar por nocaut en el cuarto asalto al mexicano Francisco Prieto.

Desde entonces, Linares dejó en el camino a inglés Kevin Mitchell (KO); al mexicano Iván Cano (KO): dos veces al británico Anthony Crolla, ambas por decisión unánime;  venció por decisión dividida al inglés Luke Campbell; y en su más reciente combate se deshizo por la vía de las tarjeta del filipino Mercito Gesta en enero de este año.

Pero ninguno de estos contendientes tenía el poder de los nudillos que exhibe Lomachenko. El campeón mundial aficionado en 2011 y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 es uno de los boxeadores más completos libra por libra de la actualidad.

Lomachenko fue campeón peso pluma de la OMB en 2014 al superar por decisión dividida al estadounidense Gary Rusell Jr. y luego de dos defensas exitosas conquistó el cinturón super pluma en 2016 al noquear al puertorriqueño Rocky Martínez.

Puntos a favor y en contra

Lomachenko tiene a su favor la mayor velocidad para combinar y tirar golpes. Es un boxeador muy inteligente que sabe adaptarse a lo que propone el rival, pero que perderá algo de su demoledora pegada al subir de categoría.

Linares cuenta con 15 años de experiencia en el profesional y ha evolucionado. Pasó de ser un simple pasador a convertirse en un peleador más firme cuando camina el ring, que aprendió a administrar los golpes y pegar con más efectividad. La debilidad del venezolano ha sido siempre su frágil mandíbula y la tendencia a sufrir cortaduras.

Si ambos boxeadores cumplen con las expectativas que han levantados con sus declaraciones de que no rehuirán el combate y dejarán hasta la última gota en el ring, este sábado se verán en el Madison Square Garden una de esas batallas que marcan época en los ensogados.