Otra promesa de Infantino fue la de hacer público su salario: alcanzó 1,5 millones de dólares y su secretaria general,Fatma Samoura, cobró 837.400 dólares.

Pese a todos esos números, la FIFA dijo ser optimista. Subrayó que las pérdidas están relacionadas con una nueva norma contable que le permite identificar mejor las fuentes de ingresos. Asegura también que habrá «un importante superávit en 2018, el año del Mundial, que contribuirá a la obtención de un resultado positivo en el ciclo cuatrienal de unos 100 millones de dólares estadounidenses».

Como es costumbre al final de un ciclo de cuatro años, es el Mundial el que centra las expectativas y así será también en 2018 con la cita en Rusia. «En término de flujo de tesorería, estamos muy cómodos», insiste una fuente próxima a la FIFA.

Didier Primault, economista del Centro de Derecho y de Economía del Deporte (CDES) de Limoges (Francia), apoyó la teoría: «La FIFA mantiene un modelo económico muy sólido. Hay picos y valles clásicos para este tipo de federación porque los beneficios están muy relacionados con el Mundial. El aumento del número de equipos conducirá a un aumento de los beneficios en entradas y en derechos de televisión».