Presupuesto para el deporte 2024, y una reflexión para el legado

Claudio Bossay Salinas

Sociólogo, U de Chile/Magíster en Gestión Deportiva

Pensando ya en el futuro del deporte, luego de la fiebre panamericana, examinaremos brevemente como se distribuirá la propuesta de presupuesto para el sector deporte presentada por el Gobierno para el próximo 2024

A nivel general el presupuesto tuvo una disminución de un 63.4%, en su mayoría producto de la gran inversión realizada en temas de infraestructura para el deporte y la organización de los juegos Panamericanos Santiago 2023, pasando de cerca de 500 mil millones a 187 mil millones de pesos para este 2024.

Si eliminamos el factor Panamericano, en la línea del deporte de alto rendimiento, nos encontramos, que las autoridades declaran aumentos en algunos programas como el apoyo a la carrera deportiva, pasando de unos 5 mil millones a unos 9 mil millones de pesos, acorde para nuestros esforzados deportistas. En otras líneas ya declaran bajas o simplemente mantienen su presupuesto, lo que, en pocas palabras, con el rápido aumento del costo de la vida, es simplemente un recorte, por ejemplo, el programa de “Fortalecimiento del Deporte de Rendimiento Convencional y Paralímpico” tiene una rebaja, desde los 26 mil 600 millones este año 2023, a solo 25 mil 900 millones, ósea casi 700 millones menos para este 2024.

Las otras transferencias a colaboradores del Estado en el alto rendimiento deportivo, tales como Federaciones, Coch, ADO Chile, comisiones antidopaje y de arbitraje deportivo, entre otras, mantienen sus recursos, aproximadamente 4 mil 500 millones de pesos.  

También algo de los Juegos Santiago 2023 aún quedará durante el presupuesto 2024, cerca de 16 mil millones de transferencia directa a la Corporación Santiago 2023, claro ya no son los 218 mil millones programados para el presente año.

Otra línea relevante para nuestros deportistas de elite, en todos los niveles, son las competencias, si bien el presupuesto 2024 declara un aumento en esta línea, la verdad está lejos de los presupuestos de años anteriores a la pandemia del COVID19, por ejemplo, el proyecto de presupuesto para el próximo año es de 12 mil millones de pesos, inferior en 2 mil millones al año 2019, donde se destinaron más de 14 mil millones de pesos para esta línea competitiva.

Para los 20 millones de chilenos y chilenas o las más de 50 mil organizaciones de la sociedad civil vinculadas al deporte y la actividad física, el Estado declara tres grandes líneas de políticas públicas de inversión “social”, primero el deporte recreativo o de participación, o como se reconoce internacionalmente como deporte para todos o al alcance de todos y todas. En esta línea, se propone una baja, justificada por la “eliminación de algunos eventos masivos realizados con motivo de los Panamericanos”, de unos 142 millones de pesos menos de los casi 9 mil millones del presupuesto anterior.

También, desde lo social, el Estado dispone de la línea de Formación para el deporte o crecer en movimiento, donde se logra visualizar un leve aumento de unos 450 millones de pesos (de 8 mil 900 millones a 9 mil 360 millones de pesos), aún poco significativo para la gran labor que se realiza, sobre todo cuando las autoridades declaran que el aumento no es para más actividades, sino para la justa y correspondiente paga de los profesionales y técnicos que trabajan en los diversos programas, ósea no hay nuevas actividades de formación para el deporte. 

Siguiendo en las líneas presupuestarias de programas de políticas públicas deportivas “sociales”, el Instituto Nacional del Deporte (IND), administra el Fondo Nacional de Fomento al Deporte (FONDEPORTE), estrategia que cada año dispone de más obstáculos y menos recursos para las diversas organizaciones sociales y deportivas que intentan buscar financiamiento a sus diversas ideas.

Para el próximo año 2024 el presupuesto está en unos 2 mil 500 millones de pesos para su línea concursable, similar al presente año. En la misma línea, para el desarrollo de las organizaciones deportivas, se viene una rebaja para el programa “Sistema Nacional de Capacitación y Acreditación deportiva”, de 320 millones el 2023, a 312 millones de pesos el 2024. (ojo millones, no miles de millones).     

Para llegar a los 187 mil millones del presupuesto para el deporte, nos quedan dos grandes líneas de inversión pública. Para las operaciones del IND y el Ministerio del Deporte, donde se proyectan unos 42 mil millones de pesos, en bienes, servicios y personas, a fin de un correcto funcionamiento en ambas instituciones.

Por último, los gastos vinculados al diseño, construcción o conservación de recintos deportivos, en donde para esta línea presupuestaria tenemos unos 30 mil millones de pesos proyectados para el 2024, lo que claramente es una gran disminución con relación a los años previos a los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos (2023: 150 mil millones, 2022: 88 mil millones, 2021: 40 mil millones), a esto hay que adicionar unos 22 mil millones más para la gestión de los recintos deportivos, sobre todo hoy con un gran Parque Estadio Nacional y una infraestructura, en general, a nivel mundial.  

Creo, muy humildemente, que ya es hora de hacerse cargo del programa de gobierno, que dispone de más de 20 medidas y, a la fecha, solo cuento la organización de los Juegos Santiago 2023 y creo que el inicio de un par más de medidas, pero ¿Qué pasó, con todo lo recogido de forma participativa en el programa del actual gobierno?

Por ejemplo, ¿qué pasó con la “ley del deporte laboral”? ¿Se ha discutido algo sobre el deporte en el proceso de la reducción de la jornada laboral a 40 horas? Creo que el deporte y la actividad física pueden ser un buen bálsamo para llegar a la meta de las 40 horas más sanos y activos.

¿Qué paso con el “fondo especial para el desarrollo deportivo”, dirigido a las organizaciones sociales y deportivas o con la ampliación de la oferta pública? Estos temas ya han sido promesas de muchos gobiernos que, una vez en sus cargos, se olvidan de sus propuestas o tienen otras prioridades. 

Todos los últimos gobiernos, en mayor o menor medida, han mantenido la inercia de la inversión en infraestructura deportiva con la justificación de generar mayor actividad económica y empleo, no en base a una necesidad de la población. Por ejemplo, la última encuesta CASEN 2022, declara que el 85% de la población dispone de algún equipamiento deportivo cercano.

La otra inercia, es “el deporte de alto rendimiento”, que entre más logros se obtienen, más costoso se vuelve, pero todos los gobiernos se quieren sacar fotos con las medallas, y nuestros representantes, saliéndose o desenfocándose de sus propuestas originarias para el deporte y la actividad física de nuestra ciudadanía.

Por favor Presidente Boric, retomemos las ideas programáticas, pero no solo desde las buenas intenciones, sino con acciones y presupuesto para su ejecución.

¡Más presupuesto para los verdaderos programas sociales del deporte y la actividad física que afecta a la mayoría de los chilenos y chilenas!

Elaboración propia según datos www.dipres.cl