El debate aún está sobre la mesa

Transgéneros rompen esquemas en el mundo competitivo del deporte

Hay casos en el tenis, levantamiento de pesas o artes marciales mixtas, voleibol y el basquetbol, disciplinas que han tenido sus “exponentes”

Por Pedro Pérez

25/02/2019

Publicado en

Deportes / Género

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Desde que iniciaron su lucha en 1976, los atletas transgénero son cada vez más y persisten en abrirse paso en el mundo deportivo pese a enfrentarse a sus mayores obstáculos: la aceptación y la discriminación.

Ya sea a lo interno o externo, los deportistas transexuales han tenido que maniobrar desde el plano psicológico y emocional hacia la admisión y tolerancia colectiva o social, sorteando al mismo tiempo su buen desempeño y rendimiento deportivo junto a sus compañeros de equipo o el de sus contrincantes. Sin embargo, en el entorno competitivo el debate está sobre la mesa toda vez que rompen los esquemas.

Su mayor logro hasta el momento ha sido, más allá de palmarés en algunas disciplinas, el beneplácito del Comité Olímpico Internacional (COI), organismo que en 2016 reconoció el derecho a la identidad sexual de estos atletas: determinó que los deportistas transgénero podrían participar en los Juegos Olímpicos bajo ciertas condiciones. Pero la polémica sigue.

Hay casos en el tenis, levantamiento de pesas o artes marciales mixtas, voleibol y el basquetbol, disciplinas que han tenido sus “exponentes” que nacieron hombres y cambiaron a mujeres o el caso de mujeres biológicas que cambiaron a hombres, los cuales han sido señalados y atacados en ocasiones por tener alguna ventaja respecto a otros deportistas.

Temor irracional

El caso que ha tenido mayor resonancia en los últimos meses ha sido el de Martina Navratilova, militante de la causa gay y quien en 1981 reveló que era lesbiana. Ella fue acusada de “transfóbica” por haber dicho que las mujeres transgénero, incluso las que se sometieron a tratamientos hormonales, tienen ventaja sobre otras deportistas.

Si bien acepta que “un hombre puede decidir que es mujer, tomar hormonas si así lo exige su federación deportiva, ganarlo todo, hacerse tal vez rico y después dar marcha atrás con su decisión, volver a ser hombre y tener hijos si así lo desea”, considera que esto último “es absurdo, es hacer trampa”.

Tales aseveraciones, recogidas en un trabajo de The Sunday Times de Londres el 17 de febrero, le ha costado la membresía alcanzada en algunas instituciones del mundo deportivo.

Athelte Ally, una de sus detractoras, salió al paso argumentando que “las mujeres trans no buscan dominar el deporte femenino. Son mujeres y quieren competir en el deporte que tanto quieren, igual que cualquier otro deportista”.

La ciclista canadiense transgénero, Rachel McKinnon, que ganó en 2018 el mundial de velocidad para mujeres de entre 35 y 44 años, rebatió la tesis de Navratilova: “se basa en argumentos ficticios, inventados, una fantasía”. Además, critica el “temor irracional a las mujeres trans”.

Helen Carroll, técnica de básquetbol a nivel universitario en Estados Unidos, también justifica al colectivo de deportistas transgénero: “Mientras los trans pierdan y no sobresalgan, todo está bien. Pero en cuanto empiezan a ganar, ahí surgen las suspicacias acerca de si siguen siendo hombres”.

Casos de casos

Otro de los casos ha tenido lugar en Brasil, donde la atleta Tiffany Abréu se congratuló en 2017 como la primera jugadora transgénero que compitió en una de las principales ligas de vóleibol femenino, cinco años después de dejar de jugar en ligas masculinas.

Actualmente, sueña con ser llamada a la selección que irá a los juegos olímpicos del 2020.

En 2016, Chris Mosier, un defensor y triatleta transgénero estadounidense, se convirtió en el primer triatleta transexual no operado en competir en un Mundial dentro del equipo nacional.

Comenzó a competir en esta disciplina en 2009, cuando aún se presentaba como mujer. Un año después se reconoció como hombre y comenzó su transición. Ese mismo año participó en su primera carrera en una división masculina; esto lo llevó a aparecer en The New York Times y a destacar en el ámbito público.

Fallon Fox (Boyd Burton), un luchador estadounidense de Artes Marciales Mixtas (MMA), oficialmente la primera atleta abiertamente transgénero en la historia de las MMA, es otra de las cuestionadas en el mundo deportivo.

Ronda Rousey, máxima exponente de las artes marciales mixtas, asegura que Fox tiene una ventaja injusta sobre el resto de sus oponentes.

El fútbol es uno de los deportes que no ha escapado de los transgénero. Jaiyah Saelua, originaria de Samoa Americana, es considerada la primera persona transgénero en competir en una Copa Mundial de la FIFA.

«Estoy orgullosa de ser transgénero (…) la lucha gay está llegando a su fin; es hora que las mujeres transgénero jueguen un papel en el mundo», expresó en una entrevista para The Guardian.

La lista se amplía con el luchador texano Mack Beggs y la atleta sudafricana Caster Semenya, ganadora del Campeonato Mundial de Atletismo en 2009, quien fue acusada por otras participantes de no ser mujer.

Científicamente demostrado

Joanna Harper, quien es física médica del Centro Médico Providence en Oregón, Estados Unidos, asegura con sus estudios que la capacidad de los atletas masculinos se reduce por su cambio al sexo femenino, pero está  acorde con los niveles que muestran las atletas de su nuevo género.

Con el argumento científico y comprobado de que no hay ventaja, no debería existir discusión alguna. Sin embargo, tras realizarse estas pruebas en deportes individuales como el atletismo, la polémica no disminuye, al igual que en los deportes de contacto.

https://www.elciudadano.cl/genero/calcinan-a-mujer-transgenero-por-resistirse-a-una-violacion/09/10/

https://www.elciudadano.cl/genero/capacitacion-trabajo-permisos-sociales-para-transgenero/10/20/

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