Conservadurismo familiar y bullyng escolar derivaron en su odio racial

A lo América X: La historia de una neonazi que se enamoró de una mujer negra en la cárcel

La historia de Angela King es un relato de reconversión y renacimiento

La historia de Angela King es un relato de reconversión y renacimiento. De ser una violenta neonazi, pasó a convertirse en una activista para ayudar a quienes han profesado ideas de odio y que buscan abandonarlas.

Fue educada en el catolicismo y su familia tenía prejuicios racistas y homófobos. Esto la hacía vivir en la contradicción, puesto que desde niña se sintió atraída por mujeres. «Desde el principio sentí que era anormal porque estaba atraída a personas del mismo sexo”, señala a BBC Mundo.

«Sabía que tenía que guardar el secreto. Mi madre solía decirme: ‘Nunca te dejaré de querer… a menos que traigas a la casa a una persona negra o a una mujer’”, agrega.

Sufrió bullyng en el colegio y cuando se defendió, descubrió en la violencia una vía de escape para sus frustraciones. De hecho, se convirtió en la matona de la escuela.

Más tarde, conoció un grupo de adolescentes que tenía inclinaciones neonazis. Odiaban a negros, judíos, homosexuales, aun cuando Angela era gay y lo mantenía en secreto. «Me uní a ellos porque aceptaron mi violencia y mi enojo sin cuestionarme”, afirma.

Asaltaron una tienda de películas pornográficas. Uno de sus compañeros golpeó con la pistola al dependiente y se llevaron el dinero.

Por aquel acto, Angela fue arrestada y enviada al Centro Federal de Detención en Miami. Dentro del recinto, una mujer jamaiquina se le acercó para preguntarle si sabía jugar cribbage.

Comenzaron una amistad y King se dio cuenta de que sus creencias racistas no tenían sustento. Incluso, terminó haciéndose amiga de un grupo de reclusas jamaiquinas, algunas de las cuales estaban presas por internar drogas a Estados Unidos.

En 1999 fue condenada a cinco años de prisión, pero fue trasladada a otra cárcel. Ya no estaban sus amigas, pero sí otras reclusas, entre las cuales había otra jamaiquina que mostraba rechazo a King.

Sin embargo, se acercaron y hablando se dieron cuenta de que tenían experiencias similares. «Nos dimos cuenta de que nos habíamos enamorado. Nos preguntamos cómo había podido pasar eso”, dijo a BBC Mundo.

“Pasábamos mucho tiempo juntas hablando y compartimos una celda por un tiempo. La relación era seria pero teníamos que mantenerla el secreto”, detalló Angela King.

La relación terminó. King salió de prisión en 2001 y estaba resuelta a dejar atrás su anterior vida.

Decidió asumir quién era y estudió sociología y psicología. Incluso, conoció a una sobreviviente del Holocausto.

La vuelta de página concluyó cuando participó en la formación de una organización para asistir a personas que habían experimentado odio racial y que decidieron dejarlo.

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