impactante crimen de Homofóbicos

Espantoso asesinato de un niño de 8 años, víctima de la homofobia de su propia madre y de su padrastro

Pese a las informaciones que habían circulado en ese sentido, Perla Fernandez e Isauro Aguirre todavía no han llegado a un acuerdo para declararse culpables del asesinato en primer grado del pequeño Gabriel Fernández, hijo de la primera, a cambio de evitar la pena de muerte. Gabriel Fernandez, de 8 años, moría en mayo de 2013 en California después de meses de ser sometido a tortura y malos tratos por los dos acusados, que entre otras cosas rechazaban la idea de que el pequeño, aficionado a las muñecas, pudiera ser homosexual

Por Mauricio Videla

06/11/2014

Publicado en

Derechos Humanos / Mundo

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fuente: dosmanzanas.com

fuente: dosmanzanas.com

En mayo del 2013, Perla Fernandez llamó a los servicios de emergencia porque su hijo no respiraba. Estos no daban crédito a lo que encontraron cuando llegaron al domicilio, situado en Palmdale, al norte de Los Ángeles (ee.uu). El niño tenía señales evidentes de haber sufrido malos tratos (hematomas, quemaduras, señales de ataduras) además de varias costillas rotas y una fractura de cráneo. Murió dos días después.

Según reveló la investigación,el pequeño sufría malos tratos desde octubre de 2012, la infortunada fecha en la que Perla Fernández reclamó su custodia (antes vivía con sus abuelos). Fernández y su pareja, Isauro Aguirre, sometieron al niño a un auténtico infierno, motivado entre otras cosas por su creencia de que el niño era homosexual: le proferían insultos homófobos, le azotaban con una hebilla metálica y le golpeaban con un bate de béisbol cuando le encontraban jugando con muñecas, le obligaban a ingerir su propio vómito (e incluso heces de gato), le encerraban con un calcetín en la boca para que no pudiera gritar y le obligaba a que se hiciera encima sus necesidades… Produce escalofríos pensar en el sufrimiento que tuvo que sentir el pequeño.“Durante ocho meses, fue sometido a abusos, golpeado y torturado de una forma más grave que muchos prisioneros de guerra”, llegó a declarar un representante de la Fiscalía.

Quizá lo más terrible del caso es que los servicios sociales del condado de Los Ángeles no hicieron nada por evitar el sufrimiento de Gabriel pese a recibir varias denuncias del maltrato que sufría, entre ellas las de su propia profesora, y a tener incluso constancia de que el pequeño había escrito una nota de suicidio poco antes de ser asesinado. Varios trabajadores sociales han sido expedientados y despedidos por su actuación en este caso, lo que no ha evitado las protestas por el muy deficiente servicio que el condado de Los Ángeles presta en este tipo de casos.

Los dos acusados tienen hasta el 3 de diciembre para aceptar el acuerdo que la Fiscalía les ha ofrecido, que les supondría cadena perpetua pero que les evitaría una posible condena a muerte si el juicio tiene finalmente lugar. Sea como sea, nada devolverá la vida al pequeño Gabriel. Ojalá lo sucedido sirva al menos pare evitar otros espantos similares en el futuro.

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